Capítulo 61.

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"Encerrado en casa por al menos una semana." Esa fue la primera noticia que le dio su tio, cuando despertó al día siguiente. Se rascó la cabeza, despeinando su cabellera, y miro a su tio con expresión sombría. No era una excelente noticia la que le estaba dando. Su tío postizo lo miro esperando los reproches e insultos que podría decirle, pero se sorprendió cuando Michael solo asintió sin palabras. Se levantó lentamente, acariciando la cabeza arrugada de Cleo y se metió en el baño. Después de media hora apagó el agua, salió y buscó algo que ponerse. Un par de jeans desgastados y un sueter con algunos agujeros en la espalda, de tan vieja que estaba, fueron su única opción. Se puso las zapatillas y salió de su habitación. Bajó las escaleras, cuidando de hacer el menor ruido, y se metió por un pasillo, bajando hacia las cocinas. Al entrar, se dio con sus tios que hablaban despacio y cariñosamente. Saludó rápido y se encaminó hacia la estufa.

- Alejandra: Buenos días Mike – dijo, levantándose – deja, yo te serviré el desayuno – Michael sonrió y dejó la taza para sentarse en la silla que solía usar su padrino.

- Ricardo: Mike – dijo – no me has dicho tu opinión respecto a lo que te he dicho esta mañana en tu cuarto.

- Michael: Bien – solo dijo. Alejandra se acercó, mirando a Ricardo y este se encogió de hombros. No tenia idea por que Michael actuaba así.

- Alejandra: Si te parece bien - dijo acercándole la taza humeante de té – Podríamos salir a comprarte algo de ropa, no puedes ir con estas pintas ahora que… bueno, ahora que frecuentas un roce social.

- Michael: Me iría bien comprar ropa porque tengo la necesidad de comprarla. – cogió una tostada – no tiene nada que ver con mi futuro roce social, no tendré ninguno aparte del que he estado teniendo siempre - mordió la tostada sin ganas.

- Alejandra: ¿Pasó algo en la fiesta? – preguntó.

- Michael: ¿No lo habéis leído en el periódico? – dijo al descuido.

- Alejandra: Bueno, allí dijeron que estabas con Lisa y que te pusiste a gritar varias cosas como un loco descerebrado.

- Michael: No fueron cosas a lo loco – dijo serio – Fue opinar sobre una absurda ley - miró a su tío – echar a las personas de bajos recursos del barrio – bufó – si tu hubieras estado ahí tia, los hubieras insultado a todos de la peor manera, daban asco.

- Alejandra: ¿Qué? – dijo la mujer – ¿Quieren...?

- Ricardo: Así es – dijo– ya había escuchado algo así, bueno, será cuestión de esperar a ver lo que hacen - dijo resignado.

- Michael: ¿Esperar? – dijo, levantando la voz – estás loco si piensas que tenemos que esperar, ¡tenemos que actuar ahora! No debemos dejar que esa maldita ley sea promulgada. Eso será el principio del fin para algunos con problemas como el tuyo, si eso sucede, como dije anoche, antes de cabrearme, ¡esto se convertirá en una bola de nieve que nos llevara a todos a la mierda! – y golpeó furioso la mesa.

- Ricardo: ¡Cuida tu lenguaje muchacho! – dijo serio – Entiendo lo que dices, pero no todo se puede hacer así Mike.

- Michael: ¿Por qué no? ¿A caso te sentarás y esperarás ver pasar el cadáver de tu enemigo? ¿Dejarás que otros hagan el trabajo que tu debes hacer? Que otros te defiendan, ¿porque tu no quieres estar inmiscuido?

- Ricardo: No se trata de eso - dijo, algo mortificado.

- Michael: ¡Entonces explícame por qué no quieres unirte a una lucha!

- Ricardo: ¿Qué te pasa? – dijo extrañado del comportamiento de su sobrino.

- Michael: Es que estoy harto de que gente como esa maneje la vida y el porvenir de las personas como marionetas. Anoche mismo me dieron la oportunidad para pelear contra estos imbéciles que se creen con derecho a dirigir nuestras vidas. El padre de Mickie es legislador, podremos hacer una ley de igualdad, yo estaré apoyándolo, ¿dónde estarás tu tio?

Aprendiendo a ser romántico (Michael Clifford y tú) *adaptación*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora