Capítulo 32.

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Durante todo el día se evitaron, y las veces que se toparon sólo sonreían colorados y se iban en distintas direcciones. Luke y Ashley eran mudos testigos de ese absurdo comportamiento. Ashley cada vez estaba más segura de que algo más que un ensayo había pasado en ese lugar, porque veía a Rachel apagada y en los ojos de Michael culpa y remordimiento. A pesar de eso, no quiso entrometerse. Michael todavía no le había pedido disculpas, y le dolían las palabras de su amigo.

Después de la cena Luke y Ashley se sentaron en su lugar favorito de la sala y dispusieron hacer los deberes. Luke estaba enfadado, no entendía por qué tenía que hacer deberes, cuando se acercaba el fin de semana, hasta que su novia con varios arrumacos le hizo entender que estaban en vísperas del día de los enamorados y ella quería aprovechar, no solo ese día sino el fin de semana. **Bueno** penso Luke,* si te explicaras mejor, vamos a hacer los deberes.** Michael llegó ofuscado, después del octavo encontronazo con Rachel. Sin tener nada que decirse por vergüenza habían optado por irse, por octava vez, cada uno por su lado. Se sentó con rabia en la silla y se tocó la frente. Era la señal, quería hablar y estaba preocupado por algo, Ashley lo conocía bastante bien.

- Ashley: Hola Mike, estábamos haciendo los deberes de economía, ¿quieres que te deje copiarlos? – Preguntó contenta. Él la miró y Luke también, a él nunca lo había dejado copiar.

- Michael: No, ya los he hecho esta tarde.

- Luke: ¿Cuándo?

- Michael: En la biblioteca, cuando… – en eso entró Rachel, Michael la miró desde que apareció en la puerta hasta que subió la escalera rumbo a los cuartos.

- Luke: ¿Si? – dijo codeando a Ashley. Esta lo miró mal, no hacía falta el codazo, ella había visto su actitud.

- Michael: Eh, cuando estaba en la biblioteca… -dijo mirando nuevamente a sus amigos- Faby… -ella lo miró – disculpa lo de esta mañana... yo… estaba… lo siento.

- Ashley: No importa, entiendo lo que te pasa - él la miró y ella le guiño un ojo-.

- Luke: Yo también - dijo palmeándolo en la espalda – pero si vuelves a faltarle el respeto a mi novia, te juro que no te salva ni un muerto - sonrieron – y  entiendo el por que estás así.

- Michael: No sé de qué...

- Luke: ¡Vamos tio! ¿A caso mañana no te pones la soga al cuello con Lisa? Mañana será el definitivo adiós a tu vida solitaria, desde mañana pensarás en ella como la mujer que te acompañará para toda la vida.

- Michael: ¿Eh? – dijo sin entender-.

- Luke: Mike, los compromisos son pasos muy importantes en la vida de una persona, la palabra es compromiso “me comprometo a hacerte feliz, y de paso ser feliz con eso, para toda la vida” Es el paso previo al matrimonio, ¿entiendes?

- Michael: Si -dijo apagado-.

- Ashley: Luke, no tengo ganas de hacer los deberes - Su novio la miró – vamos a dar una vuelta por aqui.

- Luke: Pero si ho... - el codazo de Ashley lo hizo reaccionar. Michael no los vió. Rachel había bajado nuevamente a la sala y se encontraba hablando con unas chicas de su curso. Ashley le señaló eso a Luke y este entendió.

- Luke: ¡Ah! - dijo - ¡las rondas! – Michael lo miró y Luke le guiñó un ojo – perdona amigo – dijo levantándose y tomando de la mano a su novia – pero el deber es el deber.

- Michael: Vigila que las rondas no te lleven para el corredor de las habitaciones – dijo él con una mirada traviesa haciendo clara alusión al cuarto de ellos-.

- Luke: ¡Pallaso! – dijeron los dos y salieron. Cuando se quedó solo no tuvo más ojos que para ella. Estaba sentada sola. Sus amigas la habían dejado y ella miraba la chimenea como perdida en sus pensamientos y acariciando a su pelo. Michael se sintió idiota, no quería perder su amistad, así que tomó aire y se decidió, esta vez no debía escapar, lo que pasó no podía remediarlo. Así que mejor sería afrontar esto de una vez. Se levantó y se acercó lentamente.

Rachel estaba perdida en sus pensamientos, recordaba los besos de Michael en su cuello e instintivamente se tocaba la zona, luego su pelo, y recordaba que esos pelos se sentían como los de Michael, suspiró.

- **: Rachel - y la muchacha casi deja caer todo a la chimenea de la impresión – ¿Puedo hablar contigo un minuto? – ella se dio la vuelta y miró hacia arriba. Michael estaba detrás del sillón.

- Rachel: Si… claro – dijo tragando saliva. Él se sentó en una mesita en frente del sillón– ¿de qué quieres hablarme? – preguntó sin atreverse a mirarlo-.

- Michael: Mira, he intentado de rehuir a tu presencia todo el día y creo que tu también -ella lo miró al fin – cometí una estupidez y te arrastre a ti con eso, lo siento.

- Rachel: Ah - dijo ella perturbada, él le decía lo siento, ¿acaso no sintió nada? – bueno, yo creo que mi actitud fue sólo producto del vino – él la miro sin entender- pasó algo que en circunstancias normales, no hubiera pasado – él la miró, ¿acaso él no le resultaba atractivo y deseable?

- Michael: Si, claro, el licor, el ambiente, la música, yo pensé que…

- Rachel: Estabas con Lisa – él asintió y ella sonrió, aunque por dentro sentía un fuego que quería salir y quemarlo vivo-.

- Michael: ¿Tu pensabas en ese chico que amas? – ella asintió **Imbécil, si supieras que eres tu, pero nunca saldrá de mi boca** – bueno, fue una situación confusa, ¿pero por qué te fuiste?

- Rachel: ¿No es obvio? Al darme cuenta de mi error quise salir corriendo, me moría de la vergüenza, pensando que tu dirías que soy una cualquiera - bajó la cabeza-.

- Michael: ¡No lo pensaría nunca! – dijo él levantándole el mentón con la mano y obligándola a que lo mirara – ¿cómo puedes decir eso? Tú eres una de mis mejores amigas.

- Rachel: ¡Por eso mismo! – dijo ella casi a punto de llorar – no quiero perder tu amistad, me lo he pasado bien contigo, no anoche pero los días anteriores, el año entero ha sido bueno, porque pude conocerte como amigo – él se desanimó al escuchar esto – Y perderlo por una simple traición de hormonas... lo entiendes, ¿no?

- Michael: Lo principal es que ni tú ni yo queremos dejar de ser amigos, ¿que tal si lo olvidamos todo?

- Rachel: Por mi no hay problema -dijo ella y le extendió la mano. Él la cogió en señal de amistad.

- Michael: Pues por mi tampoco – Ella se levantó-.

- Rachel: ¿Tienes todo resuelto para el gran día?

- Michael: Si- dijo él también poniéndose de pie – Yo ya mandé a Jose a pedir un cuarto - se puso rojo -  y ha ido a arreglarlo…

- Rachel: No pierdes tiempo, bien, algo a tu favor.

- Michael: ¿Me acompañarás mañana a comprarle…?

- Rachel: Claro, ya habíamos quedado en eso – dijo ella – Ahora me voy a dormir - se iba-.

- Michael: Rachel – dijo él acercándose rápidamente y sin darle tiempo a que la chica reaccionara la abrazó. Ella suspiró y también lo abrazó – gracias por ser mi amiga

- Rachel: Gracias a ti por ser mi amigo – se quedaron abrazando al menos un minuto, durante el cual sintieron una descarga de emociones recorrer el cuerpo de cada uno, hasta que Michael fue el que se separó, temiendo dejarse llevar por esa sensación y besarla, eso lo arruinaría todo.

- Michael: Buenas noches, ¿mañana te veré a las nueve?

- Rachel: Si – dijo ella subiendo las escaleras – hasta mañana Mike - y desapareció.

Michael la vió desparecer escalones arriba y se dejó caer en un sillón. No lo soportaba, ella era tan buena y él tan porquería.

Aprendiendo a ser romántico (Michael Clifford y tú) *adaptación*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora