Capítulo 56.

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Lejos de la tormenta Michael, Rachel y Alex llegaban a los terrenos de de la universidad, cerca de la haya en el parque. Ella no entendió la actitud de Alex y él se movía de un lado al otro. Estaba molesto.

- Rachel: ¿Qué te pasa Alex? – dijo ella cogiéndole del brazo con suavidad y sentándolo en un tronco cercano.

- Alex: Es Mike, me está cansando de verdad – ella sonrió – te juro que si sigue molestándome me va a conocer.

- Rachel: Deja de decir tonterías - dijo ella sonriendo – ¿crees que tendrías oportunidad con él?

- Alex: ¿Piensas que soy un inútil? – preguntó con aire ofendido.

- Rachel: No – dijo ella segura – lo digo porque sabes muy bien quién es Michael Clifford – él la miro – y sabes perfectamente que hizo por sus padres - el chico bajó la cabeza – si ha podido hacer eso, tu serías un bocadito para Mike - y rió.

- Alex: Tienes razón, pero al menos le plantaría batalla.

- Rachel: Si claro – dijo ella torciendo los ojos. Rieron – ¿De que querías hablarme?

- Alex: ¿Qué ha pasado antes?

- Rachel: ¿Con Gabriela? – él asintió – pues yo querría que tu me lo explicaras - él se encogió de hombros – Venía a desayunar y ella me cogió de atrás jalándome del pelo, y diciéndome zorra – bajó la mirada avergonzada.

- Alex: ¿Te ha dicho eso? – ella asintió sin querer mirarlo a la cara – ¿sabes por qué?

- Rachel: Al parecer alguien le ha dicho que tu y yo hemos pasado a la segunda base. Aunque no se exactamente que quiere decir eso.

- Alex: Significa que supuestamente pasamos la etapa de solo besos – dijo y Rachel abrió los ojos escandalizada.

- Rachel: ¿Eso es la segunda base? – Él asintió.

- Alex: Es algo relacionado a algún deporte, no lo entenderías si te lo explicara.

- Rachel: Pues de verdad, yo intenté hacerle entender que yo contigo nada, pero ella, me golpeó en la cara así que yo tuve que defenderme – él sonrió – ¡no te rías! fue bastante molesto para mi.

- Alex: ¡No me río por eso! – la miró – ¿te das cuenta? ¡Ella está celosa! Esto está funcionando a las mil maravillas.

- Rachel: ¿Y por qué te alegra que Gabriela tenga celos, y a Michael quieres comértelo crudo?

- Alex: ¡Porque Mike es un engreído!

- Rachel: No digas eso jamás – dijo enfadada – Michael es el ser más maravilloso del mundo – él sonrió – ¿no has visto como me ha defendido de ti? De mi, ¿supuesto novio?

- Alex: Deja de babear – rieron – ¿Los dos apestamos no? – se abrazaron.

- Rachel: Estamos perdidos.

- Alex: Sólo espero que esto no se nos vaya de las manos.

- Rachel: Antes que eso suceda - juntaron sus frentes – prométeme que harás todo lo posible por estar con Gabriela.

- Alex: Las locas valen la pena – ella sonrío incrédula.

- Rachel: Eso díselo a cierto imbécil.

- Alex: Él lo sabe, sólo falta que abra más su cerebro para que lo entienda.

El último exámen que hicieron fue el de diseño grafico. Michael y Luke maldijeron el día que Ashley los convenció para hacer esa materia, que no estaba en los planes. Pero ella les había dicho que les vendría bien, tener un examen, en alguna materia optativa, así que habían aceptado. Ahí estaban en el salon de diseño grafico, la profesora Jimena, recorría los diferentes lugares tratando de que los alumnos no hicieran trampas. Michael estaba mirando el cielo a través de la ventana, luego miró a su hoja. Se estaba acordando de su padrino. Miró a Ashley que lo observaba con ternura. Miró a Luke que sólo le sonrió de compromiso. Sus amigos sabían lo que estaba pensando, o mejor en quien estaba pensando. Era en esos momentos en que se encontraba tan perdido en el mundo y tan confundido, que hubiera dado todo el dinero del mundo, por hablar unos minutos con su padrino. Suspiró y volvió al trabajo. Hizo lo máximo que pudo. Y era bastante. Terminó incluso antes que su amiga. Así que sin ninguna prisa se dedicó a observar el cielo. La noche estaba tan clara, la luna apenas brillaba. Las estrellas brillaban en la bóveda azul, y no supo cómo un poema de los libros de Rachel, le vino a la memoria y se acordó de ella.

"Puedo escribir los versos mas tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «la noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos»."

Sin darse cuenta, se alejó lentamente de la mesa y se encaminó hacia la ventana. Cogiéndose del borde, miró hacia la quietud del bosque y posó sus ojos en el cuarto de Enrique donde había pasado los dos momentos mas maravillosos de su vida, donde pudo sentir el temblor de su cuerpo al acariciarla, donde descubrió cuanto la amaba y donde la perdió para siempre. Por su estúpido orgullo.

"El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito."

Suspiró. Ashley y Luke lo miraban intentando saber qué iba a hacer. Ashley pensaba que Michael cometería una locura. Luke la miró pensando lo mismo, últimamente estaba tan callado, tan ausente, tan apagado. Tenían la impresión que Michael se estaba consumiendo lentamente y que la causante de esa personalidad oscura y retraída era Rachel y su maldita manía de enredar las cosas.

Aprendiendo a ser romántico (Michael Clifford y tú) *adaptación*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora