- Michael: ¿Eh?
- Franklin: Las perlas le dan un sentido de sofisticación a una mujer señor –dijo con seriedad, mostrándole un collar de perlas, alternadas con pequeñísimas bolitas en oro blanco y se cerraba con un broche en forma de corazón del mismo metal, y que tenía engarzadas unas pequeñas esmeraldas – ¿ve? ¡Simple pero exquisito!
- Rachel: ¡Me encanta! Si yo pudiera, ¡me lo compraría ya!
- Michael: ¡Pero a mi me gusta ese! – dijo señalando un collar de perlas para nada sofisticado y que tenia un broche simple con algunos diamantes, talla brillantes.
- Rachel: Bueno, si te gusta… – dijo encogiéndose de hombros – ¡nos lo llevamos!
- Franklin: ¿Y para usted bella dama?
- Rachel: ¡No! Yo no tengo intenciones de comprar nada – rió roja – yo no tengo dinero ni para entrar a la tienda.
- Franklin: Pero es una dama muy preciosa, ¿verdad? – y miró a Michael.
- Michael: Yo... prepáreme el collar para regalo –dijo rojo de vergüenza-.
- Franklin: Bien.
- Rachel: Mike mira la hora que es, faltan diez minutos para el mediodía, ¿no te importa que te deje no?
- Franklin: Me disculpan –Ellos lo miraron – ¡tengo algo que le gustará jovencita!
- Rachel: ¡Pero ya elegimos la joya!
- Michael: ¿Por qué no esperas? ¿Tanta prisa tienes para ir a ver a Alex? – le preguntó mas celoso que enfadado.
- Rachel: No claro -dijo apenada – disculpa.
- Michael: Bien señor, ¿que nos decía? – el viejito los miró sonrientes pero se dirigió a Rachel.
- Franklin: Déjeme decirle señorita que en cuanto la vi supe que a usted le encanta el verde, por sus zapatos –ella asintió y él le guiñó el ojo – por lo que me atrevería a decir que le quedarían estupendo - le mostró un pequeño estuche de terciopelo rojo y lo abrió, dejando a la chica sin aliento- ¿qué le parecen?
- Rachel: ¡Son los mas espectaculares que he visto en mi vida! Y déjeme decirle que yo no he visto nunca nada así en mi vida – dijo aun con los ojos abiertos.
- Franklin: Sabía que le encantarían. El collar de perlas que eligió y ese anillo de compromiso, me dieron la pauta de que usted es una muchacha modesta, pero tiene una gran ilusión – Rachel lo miró y tuvo ganas de llorar, luego miró a Michael. En realidad tenía una gran desilusión.
- Rachel: Yo... creo que es tarde, si no me necesitas más – lo miró – me marcho.
- Michael: Bien… gracias por todo – dijo serio y ella antes de ponerse a llorar salió de la tienda. Michael cerró los puños de rabia.
- Franklin: ¿Algo más? – él dijo no con la cabeza – La señorita le ha sido de gran ayuda, me parece, ¿no piensa obsequiarle algo a ella? – Michael miró al viejito. Desde que vio esos ojos castaños morir por ese anillo estaba venciendo la tentación de comprárselo, pero era un anillo de compromiso y él no quería que ella pensara mal, ya demasiado había hecho al confundir las cosas esa noche – Creo que no- dijo Franklin llevándose algunos estuches. Michael observó el último que le había mostrado a Rachel. Lo abrió con cuidado. Allí se encontraban un par de aretes, eran de aproximadamente un centímetro de tamaño, en forma de corazón, cuyo centro era una esmeralda, rodeada de diamantes pequeños. Eran bonitos y recordó las orejas de su amiga y lo suaves que eran al tacto. Y lo bien que se verían esos aros en ellas.
- Michael: ¡Espere! – dijo él y el viejito se detuvo – llevaré estos también.
- Franklin: Sabía que haría una buena elección, pero por las dudas - dijo dándose la vuelta y completando la frase para si mismo **Guardaré el collar de perlas y el anillo, no sé por qué me parece que este tonto, tarde o temprano vendrá a por ellos**
A las doce del mediodía, Michael fue al McDonalds, era el sitio de encuentro con su novia. Tenía los regalos y llevaba varios ramos de flores. Entró y vio a sus amigos. Rachel estaba con la mirada perdida observando la pared. No lo vió llegar. Él se acercó y saludó efusivamente. Ella se dió vuelta y lo miró. Estaba contento pensó, vería a Lisa. Suspiró resignada. Ashley lo saludó al igual que Luke. Michael observó que Alex aun no había llegado.
- Michael: ¡Feliz día de la amistad!– dijo y le obsequió a Ashley un ramo de flores-.
- Ashley: ¡Gracias Clifford! – dijo ella contenta – mira lo que me ha regalado Luke – y le enseñó un estupendo anillo de plata con una piedra rosada en forma de corazón.
- Luke: Es una especie de anillo de compromiso - la besó – cuando trabaje te compraré uno que valga la pena.
- Ashley: ¡Este es perfecto! – dijo ella – ¡no quiero que me compres otro!
- Michael: Feliz día de la amistad para ti Rachel – dijo y le obsequió con un ramo de rosas rojas. Ella lo cogió y le agradeció.
- Rachel: Gracias Michael -y siguió mirando hacia la pared. De repente escuchó una voz que la dejó pálida, esa voz llamaba a Michael. Él se dio la vuelta y la vió. Rachel también se dio la vuelta y vio a su pesadilla hacerse realidad. La escultural Lisa estaba parada detrás de su novio él la miró de arriba a abajo. Estaba vestida con un falda negra y una blusa rosa. Michael se quedó sin poder decir nada de la sorpresa.
- Lisa: Michael Clifford mi amor, ¡MI NOVIO! – gritó y todo el mundo se giró para mirarlos. Rachel sintió que toda la sangre de su cuerpo desaparecía y estaba blanca como un papel. Los novios estaban besándose en medio del restaurante.
- Michael: ¡Lisa! – dijo después de semejante efusividad-.
- Lisa: ¿Me has hechado de menos? – Rachel lo miró-.
- Michael: Eh... si claro, como no iba a hacerlo - y sonó poco convincente-.
- Lisa: Espero que tus pensamientos hayan estado sólo en mi – dijo pellizcándole la mejilla-.
- Michael: Si… - bajó la cabeza-.
- Lisa: Bien, ¿podemos irnos de esta pocilga? – preguntó mirando despectivamente hacia la gente – esto está atestado de críos.
- Rachel: Te recuerdo, ¡que tu novio es uno de esos crios!
- Lisa: Oh, ¡aquí está la loca de tu amiga! – dijo con asco, Rachel se levantó-.
- Rachel: ¡Bonita chaqueta! – Lisa sonrió – ¿cuantos bebés oso se han quedado sin madre para que tu te abrigues con sus pieles?
- Lisa: Muy graciosa, pobretoncita.
- Rachel: ¿Cómo estás eh? ¿Siguen tus humos igual o ahora estás peor porque vives en la capital? – dijo con rabia. Michael no sabía que decir, esas dos se planteaban batalla abierta, y él tendría que estar del lado de su novia, aunque no le gustó que Lisa le dijera a Rachel pobretona.
- Lisa: ¿Perdón?
- Rachel: Ya sabes, el cuento de la rata que vive en el campo, cuando va a la ciudad, ¡se le suben los humos a la cabeza!
- Ashley: Eh, ¡hola Lisa! – dijo tratando de apaciguar los ánimos
- Lisa: Ah, hola Ashley - dijo con desprecio – ¿Sigues siendo novia de ese?
- Luke: Si - dijo con asco – y veo que tú sigues igual –Michael lo miró – de bonita.
- Lisa: Sí, ¡Es que en New York tengo tiempo de hacerme unos tratamientos faciales de lujo! Te recomendaré algunos pecosita – dijo riéndose de Rachel.
- Rachel: Gracias - y se mordió los labios por decirle unas cuantas pero las aguantó por Michael.
- Lisa: Vamos Mike, no me dirás que estaremos en este comedor infantil. Me pensaba que estaríamos más en la intimidad – le dijo acercándose al oído. Michael enrojeció.
- Rachel: Zorra -dijo encubriendo esa palabra en un estornudo. Ashley lo captó y rió – Oh, estas flores creo que me han dado alergia.
- Ashley: Si, debes tener cuidado no vaya a ser que estornudes cada dos minutos.
- Rachel: ¡Eso arruinaría mi cita! – dijo ella riendo-.
- Lisa: ¿Es que a caso hay algún loco que te tenga en cuenta? –Ella la miró y luego miró a Michael que estaba blanco. Si Rachel hablaba...
- Rachel: Claro, he quedado con un chico, pero en calidad de amigos, tu sabes, uno hace muchas cosas por los amigos - y miró nuevamente a Michael.
- Lisa: ¡Cariño! – dijo ella – espero que te hayas esmerado en lo que preparaste para mi.
- Rachel: Y tu, ¿qué le has preparado a Mike?
- Lisa: Nada – él miro a su novia atónito – ¿es que debía haberle preparado algo? Pensé que él debía esmerarse en mi.
- Rachel: ¿Y no pensaste que hoy es el día de los enamorados? O sea, ¿que debes darle un regalo especial? – preguntó algo molesta.
- Lisa: Bueno, ¡no! – dijo tranquila – vámonos Mike quiero comer algo digno de mi - y se iba – ¡adiós niños y buena suerte!
- Michael: Adiós – dijo a sus amigos-.
- Todos: Adiós –Michael se fue cabizbajo, no había empezado como quería, ella había humillado a sus amigos y no supo por qué no tenía ganas de seguir a Lisa. Peor fue cuando a la salida, se topó con Alex. Se quedó mirándolo un rato mientras simulaba ponerse la chaqueta. Alex ceremoniosamente le daba un beso a Rachel en la mano. Ella sonreía y lo invitaba a sentarse. Seguía ahí no quería irse. Vio como Alex se acercó y le obsequió un ramo de jazmines, sus favoritas y ella dejó a un lado las rosas, las que él le regaló. Bajó la mirada y se sintió el peor estúpido del mundo. Cuando la levantó, Rachel le ayudaba a sacarse el abrigo, no podía ser lo que pensaba, ella era suya, no tenía por que estar perdiéndola por ese infeliz de Alex.
- Lisa: ¿Te quedarás mucho tiempo poniéndote esa chaqueta o te irás conmigo? – se dio la vuelta y miró la cara de su novia – Mira, sé que no te traje nada, pero ya sabes, si te portas bien conmigo y me obsequias algo digno de mi sabré recompensarte ya sabes donde – Él la miró alarmado y ella le guiñó un ojo de manera sensual, pero a Michael le pareció demasiado vulgar. Y sin muchas ganas salió del restaurante para tener su cita tan soñada.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo a ser romántico (Michael Clifford y tú) *adaptación*
FanficRachel, hermana de Luke Hemmings, ambos están en la universidad, ella está perdidamente enamorada del mejor amigo de su hermano, Michael Clifford. ¿Qué hará la pequeña de los Hemmings para conquistar a Mike, el chico poco romántico y más pasota del...