XXXIX : Atreus

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Kratos volvió tarde de cazar, vio desde fuera como la luz del fuego se filtraba por debajo de la puerta, a estas alturas era difícil saber como se sentía, estaba feliz, por supuesto que si, pero el miedo era mas fuerte, miedo a perder todo, miedo a arruinar todo de nuevo, miedo de no poder controlarse, también estaba angustiado, por Faye, ella a diferencia de el no podía ocultar su miedo, por que al menos hasta que el niño naciera la vida de el pendía completamente de la mujer, eso la ponía nerviosa, tanto que casi no salía de su casa, asegurándose de hacer el menos esfuerzo posible, para que nada dañara al bebé.

Todo se había vuelto tan complicado, incluso el se había distanciado de su esposa, no por que no la quisiera, si no que por lo mismo que antes, miedo, ya no se tocaban íntimamente, no podían según ella, ella estaba tan asustada que el prefería aveces dejarla tranquila y marcharse durante la tarde un rato, mas los días que salía a cazar, como hoy, y el volvía tarde, ademas, el embarazo de Faye estaba avanzado, ella estaba en un punto en donde le molestaba escucharlo respirar muy cerca, el hombre solo lo atribuyo a su estado actual y esperaba que el miedo y malestar pasara una vez que el niño naciera.

Respiró hondo una ultima vez, y se dispuso a entrar, al hacerlo se sorprendió un poco al ver a Faye dentro de la bañera de madera, en medio de la sala, cerca del fuego, desnuda, respirando, sosteniendo su hinchado vientre, ella levantó la vista a el y sonrió.

—Todo está bien —Dijo forzando mas su sonrisa, el dejó la bolsa con alimentos sobre unos estantes y caminó hasta la mujer, colocando una rodilla en el suelo para estar a su altura, estiró su mano y corrió un cabello salvaje del rostro de ella.

—Que digas que todo está bien antes de siquiera saludarme solo me demuestra que no está todo bien —Dijo firme, ella lo miró con los ojos bien abiertos un momento antes de suspirar y bajar la vista a su pansa.

—Me dio un tirón —Dijo y tragó con dificultad —. Y recuerdo que la madre de Astrid dijo que le daban pero que el agua caliente la ayudaba con eso y... quizá ya esté muerto, no se, yo no se.

—Faye, calma —El hombre estiró su mano hasta tocar el vientre inflado de la mujer y ella suspiró por su tacto —. Esta vivo, yo lo se, así que tranquiliza tu corazón, no te va a hacer bien preocuparte por cada cosa —Ella asintió y respiró, tratando de calmar sus nervios.

—Si, el está vivo —Se convenció.

—¿El? —Preguntó el hombre levantando una ceja, ella se giró a verle, ambos se sonrieron —¿Crees que es un niño?

—No —Negó sonriendo —. Yo se que es un niño... estoy segura.

Kratos bufó una risa y asintió, luego se levantó y le tendió la mano a su mujer, ella la tomó y el la ayudó a salir del agua.

Ω

Sintió como alguien lo sacudía tomándolo del hombro, se despertó de prisa encontrándose con su mujer, sentada en el borde de la cama con los pies en el suelo, no sabía si era de día o de noche, toda la cabaña estaba cerrada. El se sentó al lado de ella, que sostenía su vientre ahora con ambas manos.

—¿Que sucede? —Preguntó una vez se acomodó, ella lo miró y le sonrió, tomando su mano.

—Disculpa que interrumpa tu sueño, Farbauti, pero no quería que te lo perdieras —Entonces llevó la mano del hombre a su vientre, unos segundos pasaron y entonces el sintió el movimiento y el leve golpe que le dio a su mano la criatura que habitaba dentro de su esposa. Abrió bien los ojos mientras un calor recorrió todo cuerpo. Estuvieron un buen tiempo así, el bebé se movió mas de una vez y Kratos jamas sacó la mano, quería disfrutar todo el momento, cada movimiento que el niño daba. Faye sonreía, disfrutando la concentración que su esposo había tomado de repente.

Nórdico | God Of WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora