XLIV : Aniversario

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El se había levantado primero, se quitó aquella ropa de dormir que su esposa le había hecho hace años y se colocó su pantalón, caminando hacia el exterior rodeo la casa, yendo al patio trasero, hizo sus necesidades y buscó de leña, al volver por el costado de la casa, llegando casi al patio delantero vio doblar por la esquina a el pequeño Atreus de siete años y medio.

Era verano nuevamente, y en esta época el pequeño tenía mas fuerzas y energía que nunca, eso explicaba por que estaba tan temprano levantado, pero no explicaba del todo por que corría hacia allí mirando hacia atrás, como huyendo de algo, ni siquiera se percato de la presencia del espartano hasta que no choco contra el. Cayendo al suelo sentado.

Levantó la vista con los ojos bien abiertos, se notaba que la presencia de su padre era intimidante para el.

Entonces pasos se escucharon y por la esquina apareció Faye, corriendo, con una bola de nueva en la mano, aun llevaba su ropa de dormir, y estaba descalza, entonces se detuvo, viendo a su esposo, y cuando divisó debajo a su hijo, que miraba hacia ella tratando de levantarse, le lanzó sin piedad la bola de nueve a la cara, provocando que nuevamente cayera al suelo, sentado y apoyado su espalda contra las piernas de su padre.

Faye abrió los ojos, posiblemente no esperaba lanzar a su hijo al suelo, el niño se quitó la nieve de la cara, y cruzó miradas con su madre antes de los dos comenzar a reír con ganas.

Entonces Faye paró de reír en seco, poniendo un falso pero temible semblante lleno de ira.

—Ahora pide perdón, niño —Kratos levantó una ceja al escucharla, ella había imitado su tono de voz, Atreus llevó sus manos a su boca justo cuando una carcajada se escapaba de sus labios, el pequeño no pensaba que fuera buena idea de reírse de su padre.

—¿Que sucede aquí? —Preguntó el hombre suspirando, Faye rió antes de apuntar al niño y levantar una ceja.

—El mocoso dice que va a ser mejor que yo en la cacería ¿A ti te parece? Le enseño una o dos cosas y ya anda pensando en superarme y que será mejor que yo, y así empiezan —Comenzó a caminar hacia ellos —. Primero son mejores que tu, luego ya no te necesitan y cuando menos te quieras dar cuenta ¡ZAHS! Tienen esposa, ocho hijos, una casa al otro lado del mundo y mil excusas para nunca venir a visitarte —Llegó hasta ellos y apuntó al niño, con los ojos bien abiertos —. Te veo, traidor.

Y se volteó, caminando hacia la casa, el pequeño que sonreía se levantó y corrió hacia ella, abrazándose a la pierna de la mujer.

—No, madre, no te enojes —Pidió entre risas, mientras se aferraba a la pierna de la mujer que continuaba caminando.

—Oh claro que voy enojarme, te crees mejor que yo, pues bien, no cazaré ni cocinaré mas, a ver cuanto duras —Fingió, cruzada de brazos, sin detenerse. El pequeño dejó sus piernas sueltas, siendo ahora arrastrado por la pierna de Faye.

—No, madre, tu eres la mejor, no te enojes —El pequeño exageraba también.

—No, no, está bien, vete con tus ocho hijos y enseñales a cazar, así cuando solo piensen en superarte veras que feo es.

—No, no quiero hijos, madre no te enoj... —Entonces sus brazos se soltaron y callo como una tabla, de cara al suelo cubierto de nieve, siendo enterrado un poco. Faye se giró a verlo, abriendo bien los ojos, entonces el pequeño tardo un poco pero levantó de golpe la cara, y ambos estallaron a reír. Faye volvió a caminar dentro de la cabaña, y Atreus volvió a colgar de ella.

Kratos los seguía lentamente desde la distancia, observándolos, podía estar serio, pero la diversión bailaba en sus adentros.

—Casa se vuelve cada vez mas un espectáculo —Murmuró el hombre, mientras sus comisuras tiraron por un breve y casi invisible momento.

Nórdico | God Of WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora