—Atreus, cariño, es hora de dormir —Le avisó Faye al pequeño de cuatro años que jugaba en el suelo, cerca de la puerta abierta, cuando ella lo miró se percató de que el pequeño no se movía, solo miraba hacia el exterior. Ya era muy tarde. Caminó hasta la puerta y la cerró, al girarse vio como su hijo ponía un semblante triste, la mujer fue hasta el y se agachó a su lado, acunando la redonda mejilla del niño —. No creo que tu padre vaya a volver hoy, mi cielo. Vamos, es hora de dormir.
Se levantó y le tendió la mano al pequeño, el la tomó, y juntos caminaron hasta la cama del menor, ella lo arropó bien, envolviéndolo con las pieles con cuidado.
—Madre ¿Me cuentas una historia? —Preguntó el pequeño, cubriendo la mitad de su cara con las pieles.
—Claro cariño.
Luego de contarle la historia de el temible e incomprendido gigante Surt, señor de Muspelheim, el pequeño calló en un profundo sueño, amaba las historias que su madre le contaba, y la manera tan amorosa que ella tenía de hablar, calmada. Para el, ella era la mujer mas lista de todas. No es como que hubiera conocida a otra.
Faye depositó un beso en la frente del niño, luego se levantó y camino hasta su chal de lana, envolviéndose con el, hacía frío, miró el fuego, este estaba casi extinto. Se encaminó hacia la puerta, no podía dejar de pensar que era extraño que su esposo no hubiera vuelto, jamas pasaba mas de seis días fuera de casa, jamas desde que su hijo nació. Salió fuera de la cabaña, era invierno, se preguntó si su esposo estaría tomando mucho frío.
Las cosas se habían enfriado mucho, aunque ella sabía que el la seguía amando, el hombre estaba distante, aunque mayormente se distanciaba de su hijo. Todo desde la primera vez que Atreus golpeó a Faye.
Fue hasta el compartimiento de madera, tomó unos troncos en sus brazos y se encaminó hacia la puerta, y a poco de entrar se detuvo, girándose a ver hacia una de las entradas de los terrenos de su casa, pasaron unos segundos hasta que vio a Kratos asomarse abriendo la puerta de la alta cerca. Se horrorizó al verlo, estaba bañado en sangre, y lleno de enorme heridas, ademas casi parecía que luchaba por llegar a casa. Las maderas no tardaron en caer al suelo, Faye corrió a toda prisa hasta su esposo, el la miró, tambaleándose, ella se colocó debajo del hombre, sosteniéndolo, pudo notar el calor en el cuerpo del hombre, era un calor demasiado notorio, parecía incluso doloroso.
—No, no, no, no... ¿Que te pasó? —Preguntó, mirando el dañado cuerpo del hombre, luego levantando la vista, el se quedó atónito por la dulce visión de su esposa preocupada por el, colocó su mano en la mejilla de ella.
—Trols.
—¿TROLS? ¿En plural? Carajo no... —Calló cuando el hombre apoyó su frente en el espacio entre el cuello y el hombro de ella, podía sentir como el hombre luchaba por respirar, y lo dejó estar, guardando silencio mientras observaba impresionada como el la usaba a ella de sostén a la vez que su cuerpo comenzaba a curarse solo, lentamente.
—Es mi culpa —Dijo aun con su rostro escondido de ella —Pero voy a mejorar, por ti, por el niño, solo dame tiempo.
—¿Que cosa es tu culpa, Kratos —Dijo rodeando al hombre con sus brazos, llegando a los músculos que sanaban en su espalda, el la abrazaba por la cintura mientras ahora aspiraba el olor de su esposa.
—Las cosas que el niño te hace —Dijo levantando la cabeza para buscar los ojos de Faye, ella estaba sorprendida, luego bajó la mirada, avergonzada —. He notado los moretones que cada tanto aparecen en tu cuerpo, y he visto mechones de cabello rojo en el suelo mas de una vez —Sacó sus manos de la cintura de ella para abrazarla por encima de todo, acunandola en el espacio entre su pecho y sus brazos —. Lo siento, el niño está maldito, y es mi culpa... yo maté a mi madre y-
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Nórdico | God Of War
FanfictionEsta es la historia de la joven Jötunn Faye, su vida, envuelta en un conflicto en el que no quería formar parte, como se interpone a los problemas y como lucha contra un mundo de crueldad. Trata de seguir sus ideales a la vez que ser fiel a la profe...