19. El baile de Navidad

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19. El baile de Navidad

La prueba fue muy peligrosa, y a Harry le había tocado el dragón más temible, el colacuerno húngaro, pero gracias al encantamiento convocador que había perfeccionado con ayuda del rubio, y su Saeta de Fuego, había conseguido un huevo de oro para la segunda prueba, y recuperó, además, la amistad perdida de su mejor amigo, Ron. Y el resultado de la puntuación le había hecho empatar en el primer puesto con Viktor Krum.

Esto, conllevó, que los alumnos de Hogwarts, y en mayor medida los leones, volviesen a llevarse bien con Harry, y por una gran fiesta que tuvo lugar en la sala común, el moreno de las gafas redondas no pudo encontrarse con el chico que tanto le había ayudado, y agradecérselo como se merecía. Para colmo, el huevo de oro, emitía un sonido espantoso cuando lo abría, y volvía a estar completamente en blanco de cara a la siguiente prueba, que sería el veinticuatro de febrero.

El miércoles por la noche, y tras todo un día de incesantes miradas cómplices entre Harry y Draco en el Gran Comedor, de las que solo Hermione era consciente, los 'eternos rivales' se encontraron frente a frente y a solas.

-Bien hecho, Potter- con el puño cerrado, Malfoy dio un suave golpe a Harry en el hombro-ese colacuerno fue un hueso duro de roer...aún me cuesta creer que lo lograses-añadió divertido.

El moreno sonrió- en realidad fue gracias a ti que lo conseguí- y sin dudarlo dos veces, besó a Draco. Lo había echado mucho de menos, porque cada vez lo necesitaba más, su presencia y su contacto, eso podía ser un grave problema en las vacaciones, que se acercaban peligrosamente.

A principios de diciembre, el frío llegó a la escuela como de costumbre, cosa que obligó al Gryffindor y al Slytherin, a añadir más mantas a su habitación privada.

Cuando les tocó Cuidado de Criaturas Mágicas, sobre esas fechas, descubrieron que sólo quedaban diez escregutos, Fobos entre ellos, que destacaba por su mayor tamaño. Ya median casi dos metros de largo y Hagrid les había hecho meterlos en cajas con provisiones, por si a las criaturas les daba por hibernar, así que los repulsivos bichos disfrutarían de almohadas y mullidas mantas, pero eso solo hizo enfurecer a las alimañas y la clase fue un verdadero desastre. Puesto que los escregutos acabaron desperdigándose por el huerto de calabazas del gigante y asustando a la mayoría de los alumnos.

Gracias a una incursión a la cocina de la escuela, Harry había descubierto que Dobby, el antiguo elfo doméstico de los Malfoy, trabajaba allí y que a diferencia de los demás, tenía un sueldo y vacaciones, algo que alegró a Hermione, no así a los demás elfos del lugar.

Cuando llegó el jueves, en la clase de Transformaciones, la profesora McGonagall les soltó una bomba para la que ni Harry ni Ron estaban preparados. Habría un baile de Navidad, algo tradicional, por lo visto, en el Torneo de los tres magos, para relacionarse los alumnos de las tres escuelas. Empezaría a las ocho de la tarde y terminaría a medianoche. Sólo podrían asistir a el, los alumnos de cuarto curso en adelante a no ser que alguien invitase a personas de cursos inferiores. Y les obligaban a asistir con túnica de gala, cosa que dieron ganas de llorar al pelirrojo al recordar la suya.

Al finalizar la clase, la profesora McGonagall llamó a Harry para hablar a solas.

Te odio...amor (Harco-Slash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora