34. Comienza la huida
Un verano de lo más antinatural. Ya julio llegaba a su fin, y cuatro escasos días le separaban de cumplir los diecisiete años y ser, oficialmente para el mundo mágico, mayor de edad. Por primera vez en todos sus años de docencia en Hogwarts, vació su baúl por completo. Encontrando todo tipo de cosas inservibles y olvidadas. Una de las cosas que no recordaba en lo más mínimo, fue un trozo del espejo que Sirius le había regalado, y él había roto. Alguna extraña razón lo impulsó a dejarlo sobre la cama, para llevarlo con sus otras pertenencias en la mochila y siguió explorando. Estaba también el chivatoscopio estropeado que Ron le había regalado cuando volvió de Egipto, y le impactó ver una insignia familiar. La que Draco había creado en cuarto curso, con motivo del Torneo de los tres magos, para apoyar a Cedric. Curiosamente, seguía funcionando, y las palabras POTTER APESTA, aparecían al presionar su superficie.
Todo aquello le parecía tan lejano e irreal. Era como una vida que no era suya. Una vida feliz a ratos, con grandes e inolvidables momentos. Y otros, que no dudaría un ápice en extraer de su memoria.
La esfera que contenía la pequeña maqueta realista de Hogwarts seguía sobre su mesita, junto a unas fotos mil veces contempladas. Harry sabía que esa era la última vez que vería esa casa. Su vida allí siempre había sido un infierno, pero tal vez, el inminente peligro al que se enfrentaría próximamente, le hacían temer abandonar la vivienda. Al fin y al cabo, su infancia la pasó entre esas paredes. Le daban cierta seguridad, frente a lo desconocido.
Sus tíos iban a irse antes que él. Los miembros de la Orden los pondrían a salvo, puesto que al abandonar Harry la casa, esta perdería toda la protección y no estarían seguros. El equipaje del moreno consistía finalmente en una mochila con algo de ropa muggle que pudiera necesitar, la capa invisible, el equipo de preparar pociones, algunos libros, el álbum de fotografías que Hagrid le había regalado de sus padres, su varita y la esfera con la escuela en su interior. En el bolsillo delantero había metido, el valioso mapa del merodeador, el guardapelo falso, el trozo de espejo, y sus adoradas fotografías con el rubio.
Listo. Vernon, Petunia y, sorprendentemente, un afectuoso, a su manera, Dudley, abandonaron el número cuatro de Privet Drive. Poco después, la casa se llenó de nuevo, con muchas caras conocidas. Hagrid, Ron, Hermione, Moody, Fred, George, Bill, Arthur, Tonks, Remus, Fleur, Kingsley y Mundungus. El plan era llevar sano y salvo a Harry a La Madriguera, para que permaneciera protegido.
Por orden de Ojoloco, y en contra de Potter, seis de ellos usarían la poción multijugos para despistar a los mortífagos si les atacaban. Los elegidos para tal fin, fueron sus dos mejores amigos, los gemelos, la delicada Fleur, y el desagradable Mundungus. Una vez salieron de la casa y en pleno vuelo, las pasaron canutas para huir de los mortífagos y el propio Voldemort había hecho acto de presencia. Dándose cuenta la Orden, de que un traidor los había delatado y contado el día del traslado de Harry.
El resultado, al llegar a la casa de los Weasley, fueron tres pérdidas. Hedwig, a la que mató un mortífago; Ojoloco, al que mató el propio Voldemort y una oreja de George, por culpa de Snape.
Para colmo de males, la cicatriz empieza a dolerle y su conexión con Voldemort le muestra sus terribles acciones.
Harry cumple diecisiete años. Ya puede usar magia fuera de Hogwarts. Emocionado, hace volar por la habitación las cosas de Ron nada más despertarse por la mañana.
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Te odio...amor (Harco-Slash)
FanfictionTodo empezó en la tienda de túnicas de Madame Malkin, Harry y Draco se vieron y...se odiaron ¿verdad? Harry x Draco (algo de Ron x Hermione & Sirius x Remus). OoC. Mpreg opcional. Por si este resumen no lo deja demasiado claro, es un fic CHICO X CHI...