29. Adiós, Sirius

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29. Adiós, Sirius

Estudiar, estudiar y más estudiar. Estuviese con quien estuviese, sólo podía leer libros y más libros. Estresante.

El primer examen fue el teórico de Encantamientos, el lunes, y por la tarde, el práctico, que compartió con Draco, al que de los nervios se le había caído la copa de vino que había hecho levitar. Martes, Transformaciones. Miércoles, Herbología. Jueves, Defensa Contra las Artes Oscuras, en cuyo examen práctico le hicieron mostrar el patronus, frente a una molesta Umbridge. El viernes, Harry y Ron no se examinaron, pero Hermione si, de Runas Antiguas. Lunes siguiente, Pociones, que sin Snape le salió mejor de lo previsto. Martes, Cuidado de Criaturas Mágicas. Miércoles, Adivinación y Astronomía, durante el cual, por la noche, vieron como unos aurores, junto con Dolores, expulsaban a Hagrid de la escuela y herían de gravedad a la profesora McGonagall. Jueves, último examen, Historia de la Magia, pero el moreno de gafas redondas se quedó dormido en medio de la prueba y soñó con Sirius siendo torturado por Voldemort, que quería que le entregase algo, que su padrino se negaba a darle.

Hermione no creía del todo que ese sueño fuera la realidad. Ya que Sirius tenía tajantemente prohibido salir del cuartel general de la Orden. Pero aún así, llevaron a cabo una estrategia de distracción, para usar la chimenea de Umbridge e investigar.

Desgraciadamente, la profesora cara de sapo, no se dejó engañar y los pilló a la pelicastaña y a él con las manos en la masa. Hizo que les quitaran sus varitas, y de la suya se hizo cargo Draco. Umbridge quería averiguar con quién hablaba Harry insistentemente, mientras le tiraba del pelo con fuerza. Millicent Bulstrode se estaba encargando de sujetar a Granger. Ron, Ginny, Luna y Neville, que le habían ayudado a distraer a la maestra, también aparecieron con varios alumnos más de Slytherin. Al ver que no le sonsacaba nada, la Suma Inquisidora hizo que llamasen a Snape, para que le diese Veritaserum y que le dijera la verdad de una vez por todas, pero no quedaba y el profesor se fue. Dolores no se daba por vencida, y optó por torturar al líder Gryffindor. Hermione, asustada, mintió.

Le dijeron que tenían un arma de Dumbledore, y la profesora no dudó en que se la enseñaran. Aprovechando Draco la distracción y antes de que salieran por la puerta, entregó la varita de nuevo a Harry.

Todo era falso, claro. Y la insoportable mujer acabó siendo presa de los centauros.

Los demás consiguieron escapar del despacho en el que les habían confinado y gracias a la ocurrencia de Luna, de usar los thestrals, volaron hacia el Ministerio, donde encontraron la puerta que el ojiverde veía en sueños. Cuando entraron en el Departamento de Misterios, todo eran inmensas estanterías llenas de esferas de cristal. Una, al parecer, era para Harry, pero cuando la cogió, llegaron Lucius Malfoy, Bellatrix Lestrange y otros diez mortífagos. Huyeron como pudieron, todos acabaron heridos, y Potter y Longbottom terminaron en una sala donde solo había un arco misterioso.

Ya lo daban todo por perdido. Aparecieron Sirius, Remus, Moody, Tonks y Kingsley. Fue una lucha encarnizada. La esfera se rompió. Sirius y su prima Bellatrix se batían en duelo. Dumbledore hizo acto de presencia y capturó a casi todos los mortífagos.

Sólo había una pareja que seguía luchando; aparentemente no se habían dado cuenta de que había llegado Albus. Harry vio que Sirius esquivaba un haz de luz roja de Bellatrix y se reía de ella.

Te odio...amor (Harco-Slash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora