47. El accidente
Fue un cumpleaños de lo más atípico para el de ojos esmeralda. Cumplió diecinueve años, pero los regalos que le dieron eran todos para bebés. La señora Weasley le regaló dos bonitos gorros azul cielo de lana, tejidos por ella, además de unas bellas mantas bordadas con una J.S y una A.S. Los gemelos le entregaron una enorme caja llena de juguetes de ellos cuando eran pequeños, al menos, los que se habían salvado de sus travesuras y estaban en óptimas condiciones. Ron y Hermione, unos biberones con patitos estampados y Hagrid, una hermosa y amplia cuna de madera tallada por él mismo.
Por lo menos, ya empezaban a decorar el dormitorio de los futuros Potter. Sobre la cuna, situada en el centro de la habitación, colocaron un dosel con cortinas color celeste. Las paredes, al igual que en el resto de la casa, eran de color blanco, pero le añadieron el dibujo de un ave fénix, color rojo anaranjado y amarillo incandescente, que volaba a través de las paredes a su antojo. Había también una pequeña cómoda color caramelo y varios estantes repletos de muñecos de peluche. Con el añadido personal de Harry, que soltó la maqueta de la Saeta de Fuego que una vez le había regalado Tonks por navidad, y la dejó planear libremente por el techo. Además, del pequeño colacuerno húngaro que había sacado de la bolsa antes de la primera prueba del Torneo de los tres magos, y que se paseaba por la estancia tranquilamente.
El uno de septiembre, Draco tuvo que cenar en el colegio, con motivo del primer banquete del nuevo curso y empezó su empleo como docente, con el que estaba encantado. Harry intentaba hacerse a la idea de que su marido tenía ahora un trabajo y no podría tenerlo disponible por casi las veinticuatro horas del día, pero, por suerte, él seguía distraído con sus tareas de auror, sobretodo, porque ahora le enviaban a cumplir misiones que para alguien como él, eran nimiedades. Ron también había sido admitido como auror, y aunque debía instruirse igualmente, le dejaban acompañar al moreno de gafas redondas siempre que tenía tareas pendientes. La más común, era la captura de mortífagos que habían huido y estaban escondidos en recónditos lugares. Nada fáciles de capturar.
Los viernes eran uno de los mejores días para Harry, porque Draco volvía a casa por la tarde y no volvía a marcharse hasta el lunes por la mañana. Pero extrañamente, ése día, el primero en llegar a Godric's Hollow, fue el rubio.
-¡Harry!-gritó en cuanto entró en la vivienda.
Como no hubo respuesta fue a la cocina, donde Kreacher estaba ocupado con la cena, salchichas en salsa con puré de patatas.
Ya que el moreno no había vuelto, lo mejor era darse una ducha y esperarle.
Pero, antes siquiera de poder pisar el primer escalón para subir al piso de arriba, escuchó como alguien aparecía por la chimenea. Así que corrió para recibir a su esposo.
-Harry, menos mal creí...
No era el ojiverde, y no se le parecía en lo más mínimo. Se trataba de Fred, con una caja en las manos.
-Hola Draco- el pelirrojo echó un vistazo alrededor-¿y Harry?
-No ha llegado aún, pensaba que eras él-dijo algo decepcionado.
-Lo siento, pero mi madre os manda esto, hizo limpieza en el ático, soportando al pesado del ghoul, y encontró más cosas para vuestros bebés-tendió la caja al otro que enseguida la abrió para ver su interior.
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Te odio...amor (Harco-Slash)
FanfictionTodo empezó en la tienda de túnicas de Madame Malkin, Harry y Draco se vieron y...se odiaron ¿verdad? Harry x Draco (algo de Ron x Hermione & Sirius x Remus). OoC. Mpreg opcional. Por si este resumen no lo deja demasiado claro, es un fic CHICO X CHI...