20. El regreso de Voldemort

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20. El regreso de Voldemort

El resto de las vacaciones, tanto él como sus amigos, las pasaron haciendo deberes, ya que, ni siquiera con el baile de Navidad por medio, los profesores les habían dado tregua. Y al comenzar de nuevo el curso, Harry, con pesar, canceló su habitual cita con Draco, para hacer una incursión nocturna al baño de los prefectos y realizar lo que le había comentado Cedric. Descubriendo así, que la segunda prueba tenía que ver con el lago, sirenas, recuperar algo de gran valor para él y apañárselas para respirar bajo el agua, a poder ser, durante una hora.

Por lo que, los días siguientes, y con la ayuda de Hermione, Ron y Draco, que se les sumaba cuando podía, disimulando frente al pelirrojo con comentarios de rechazo a Cedric como campeón de la escuela, ayudaron al moreno a buscar algún tipo de hechizo, poción o lo que fuera, en los polvorientos volúmenes de la biblioteca.

A falta solo de dos días para la prueba, seguían como al principio, y Harry no podía ni comer de la preocupación. En clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, Hagrid, debido a que solo quedaban dos escregutos, Fobos y otro un poco más pequeño, centró su clase en los unicornios, de los que a pesar de ser más bonitos de lo que el acostumbraba a tratar, sabía mucho.

La noche antes de la prueba, el moreno ojiverde estaba en estado de pánico. Los ojos de sus amigos se mostraban ojerosos y cansados. Unas pilas enormes de libros los rodeaban constantemente y no obtenían ningún resultado, y la situación no mejoró, cuando los gemelos llegaron y se llevaron a Hermione y a Ron al despacho de McGonagall, dejando a Harry y a Draco solos y rendidos. Y a pesar de que la señora Pince, les había acabado echando de la biblioteca, ambos volvieron con la capa invisible y devoraron nuevamente más libros.

Harry despertó sobresaltado, seguía en la biblioteca, y la mejilla la tenía apoyada en un libro. Se incorporó y se colocó bien las gafas, parpadeando ante la brillante luz del día. Le había levantado Dobby, con incesantes gritos, y observó como Malfoy se desperezaba , sobre una de las incómodas sillas y apenas podía abrir los ojos, dándole un aspecto algo oriental.

-¿Dobby?- el rubio musitó, aún dudando si era un sueño o la realidad, y con un dolor de espalda considerable.

-¡Harry Potter tiene que darse prisa!- chilló el elfo con premura-la segunda prueba comienza dentro de diez minutos, y Harry Potter...- ambos chicos se pusieron en pie en el acto.

-¿Diez minutos?-Harry miró asustado a Draco, que tenía la misma expresión de pánico que él.

-¡Aprisa, Harry Potter!- continuó Dobby-¡se supone que tiene que bajar al lago con los otros campeones, señor!

-Es demasiado tarde Dobby- el moreno había perdido toda esperanza, y el rubio histérico recogía varios libros y los abría por páginas al azar por si acaso- no puedo afrontar la prueba, porque no sé cómo...

-¡Harry Potter afrontará la prueba!-exclamó el elfo- Dobby sabía que Harry Potter no había encontrado el libro adecuado, así que Dobby lo ha hecho por él.

Un estruendoso ¡bum! sonó, ya que de la impresión a Malfoy se le había caído un pesado libro sobre la mesa.

Te odio...amor (Harco-Slash)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora