—¿Saben? Anoche terminé un libro que iba sobre...
—¡Ay! ¡¡Ya va a empezar!!
Las protestas de mis amigos —si es que aún podía seguir llamando así a los muy traidores— ocasionaron que mi habitación se transformara en un completo griterío antes de que siquiera yo pudiese terminar mi oración. Merlín, ¿tan terrible era oírme hablar acerca de un libro? No les pedía demasiado.
—¡Necesito compartir mi dolor con alguien! —me quejé yo—. Son unos pesados.
—¿Qué? —canturreó Derek, divertido— No te oímos muy bien, Emmita, súbete a un banquito para poder escucharte.
Te acaba de llamar enana, Harvey.
—No cuenten conmigo para nada —gruñí, cruzándome de brazos para luego murmurar entre dientes—: Ojalá algún día se encuentren en un laberinto y se les cruce un penitente.
Oliv, Josh, Addy, Scott, James, Derek, Sebas y yo nos encontrábamos al interior de mi habitación. Sí, todos juntos. ¿Cómo demonios no habíamos muerto de asfixia aún? No tenía idea, pero no dudaba en que eso podría suceder en cualquier momento. Mi habitación no era pequeña, pero tampoco lo suficientemente grande como para tener a ocho individuos gritones dentro. Agradecía el hecho de que mamá tuviera la suficiente paciencia como para soportarnos, de no ser ella, ya me hubiera echado de casa con el enorme paquete que ahora tenía de amigos siguiéndome por detrás.
—¡Yo sé cuánto mide! —exclamó Josh de repente, activando mis sensores de alerta.
Oh, Joshy, Joshy.
Siempre tan oportuno.
—Atrévete a abrir la boca y será lo último que digas en tu vida, Moore —advertí—. ¡Además, ustedes ni siquiera son tan altos!
—Pues yo vivo orgullosamente feliz con mi metro setenta —se alabó la rubia.
—Y yo con mi metro ochenta y cinco —dijo Sebas, haciéndome abrir los ojos con sorpresa en dirección a él—. Síp, crecí dos centímetros desde la última vez que me medí, lo hice hace un par de días.
—Emma mide lo mismo que un Oompa Loompa —se burló Scott.
—¡Como un Pitufo! —añadió Addy.
—¿Qué piensan de un Minion? —carcajeó Derek.
No pues, con estos amigos, ¿para qué enemigos?
—¡Ay! ¡Pero qué graciosos son! —solté con falsa alegría para luego bufar, molesta— ¿Saben? Si estuvieran dentro de Los juegos del hambre patrocinaría a quien intentase matarlos.
—¿Qué? —preguntó James, confuso.
—Los juegos del hambre, tonto, ¡donde actúa Jennifer Lawrence! —le recordó Josh—. Por Dios, es tan hermosa...
ESTÁS LEYENDO
The Library Of Our Dreams
Romance«Los libros pueden unir más que corazones». Emma Harvey ha vivido rodeada de libros desde muy pequeña, de allí su gran afición y amor por la lectura. Es una adolescente sencilla que, como cualquier otra persona en este mundo, está trabajando por enc...