―¡Oh, por favor, Emma!
No, de ninguna manera.
―Olivia, ya sabes lo que pasó la última vez que fuimos a una fiesta —Repliqué, acelerando mis pasos—. Olvídalo, mi respuesta es no.
Las fiestas definitivamente no eran lo mío, no me agradaban, no me sentía cómoda y mucho menos se me hacían entretenidas, y prometo que había intentado divertirme en ellas millones de veces. ¿La última vez? La última vez fue horrible. Un Josh ebrio se puso a cantar karaoke delante de todos los presentes y luego se acercó a mí, intentando llevarme con él hacia el pequeño escenario que entre todos habían armado. ¿El final? El chico terminó vomitando y con una resaca horrible, prometiendo que nunca más volvería a beber.
―¿Por favor? —Insistió la rubia, haciendo un pequeño puchero— ¡Será divertido!
―No, Brown, no, no y no.
Continuamos caminando y levanté un poco la cabeza, entrecerrando los ojos al localizar a Josh y Addison a lo lejos
Allí están los muy tontos.
—¡Tú! —Exclamé, señalando al castaño.
—¿Yo? ¡Ahora qué hice! —Se quejó Josh, acercándose a nosotras.
—¿Que qué hiciste? —Repliqué, cruzándome de brazos frente a él—. Hablaremos luego acerca de eso, aquí no te puedo golpear.
—Dios, qué violenta ―El chico rodó los ojos y extendió sus brazos de lado a lado, a lo que yo reí― Ven aquí —Hizo un pequeño puchero y me lancé a sus brazos, rodeándolo con fuerza― Sé que me amas, enana.
«Las esperamos a la salida, en la puerta principal» ¡Por Merlín, estuvimos cerca de veinte minutos buscándolos! No podía asegurar que lo correcto era decir que los habíamos perdido... Pero sí, los habíamos perdido. Oliv y yo dimos vueltas y vueltas por el perímetro de toda la escuela y luego en su interior, pero no encontramos rastro de Josh y Addy, hasta que claro, los localizamos aquí de lo más felices.
—¿Vamos a la biblioteca?
Abrí los ojos de par en par al oír la voz de la rubia y posé mis ojos en ella. Íbamos de camino a la parada de autobuses todos juntos, tal y como solíamos hacerlo cada día.
—Sí, no es mala idea, ya que la enana de aquí no quiere salir nunca con nosotros y le damos vergüenza... ―Aceptó Josh, pasando uno de sus brazos alrededor de mis hombros― ¿Verdad, Emmita?
No, no y no.
—¡Sí! —Chilló Addy, apoyándolos― Yo creo que será muy divertido.
—¿A qué irán? —Indagué, frunciendo las cejas― ¡No vayan! Es muy, pero muy aburrido estar allí, créanme...
―¿A qué iremos? ―Repitió Oliv, sonriendo con inocencia― A leer, obviamente no. Pero de que vamos, vamos, ¡es un lugar público y tu madre estará encantada de vernos!
ESTÁS LEYENDO
The Library Of Our Dreams
Romance«Los libros pueden unir más que corazones». Emma Harvey ha vivido rodeada de libros desde muy pequeña, de allí su gran afición y amor por la lectura. Es una adolescente sencilla que, como cualquier otra persona en este mundo, está trabajando por enc...