Tsunade IV

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Pasan uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez días, Jiraiya está próximo a llegar; Raynade no quiere mentirle a su padre, pero por el respeto que le tiene a su mamá, decide guardar este tétrico secreto que la torturará hasta que su padre se entere, ya sea por boca de ella o por alguien más.

Jiraiya llega a la Aldea de noche, muy contento porque la misión ha sido un total éxito, pasa por la oficina del Hokage, saluda a Kakashi y Shizune, para luego ir a su casa, sube de puntitas las escaleras para no hacer ruido, entre abre la puerta, ve a su pequeña y hermosa hija durmiendo, le da un beso en la frente, ella se levanta bruscamente y lo abraza; papi, como estás te extrañé estos cuatro meses, te quiero mucho, dice Raynade; yo también te amo mi pequeña princesa, te amo demasiado, te traje algo de mi misión, pero te lo doy mañana; Raynade agradece a su padre, se recuesta en su cama, se tapa con las cobijas y se duerme plácidamente, pero ocultar este secreto no va a ser fácil.

Jiraiya entra a su habitación y ve a Tsunade recostada sobre la cama que es de ambos, está dormida, el deja sus cosas en la sillón del cuarto, cierra la puerta, se desviste quedando solo en pantalón, se recuesta al lado de Tsunade y besa sus labios, ella se despierta y ve que es su amado esposo Jiraiya, ha regresado, sin duda esos besos no los reemplaza nadie, que ardiente era; "hola mi preciosa Tsunade, como estás, me tardé mucho lo sé, pero ya estoy aquí" dice Jiraiya; te extrañe mucho, de veras, te amo, dice Tsunade; ambos se besan apasionadamente, pero Tsunade por dentro llora, porque le ha fallado a un gran hombre, que estúpida fue, no se siente digna de besar a un gran hombre, detiene el beso y se dirige al baño, Jiraiya espera y se acomoda mejor en la cama.

Tsunade va a la habitación de su hija, y la despierta, ella le pregunta que pasa, en voz baja, le dice que su padre está muy romántico, pero que no se siente digna de estar con él, porque sabe que le ha fallado; mamá, yo no le he dicho nada, aunque ganas no me faltan para decirle, pero te dije que no le diría, ahora te toca a ti ocultar el secreto, dice Raynade mirando a su mamá.

Tsunade se sienta en el borde de la cama y sin mirar a su hija ni decirle nada, se pone preocupada, y comienza a bajársele la tensión; mamá, tu ya sabes sino estás embarazada, me refiero a que, ya sabes, estuviste con otros hombres, y me dijiste que unas ocasiones, así que debiste tener cuidado; dice Raynade; estás pensando mal, yo no estoy embarazada, y nunca más le volveré a fallar a tu padre y tampoco a ti; pero lo que ellas no sabían es que Jiraiya estaba escuchando del otro lado de la puerta la conversación, Jiraiya queda en shock, su cuerpo se paraliza, pero sigue escuchando la conversación.

Mamá, si dices que le eres fiel a papá, espero que lo sigas siendo, porque el no te ha fallado, dice Raynade; dime una cosa porque lo aseguras, porque estás segura de lo que dices; dice Tsunade, porque papá en el matrimonio nunca te ha fallado, te ama mucho, daría mi vida para demostrarle a cualquiera de su inocencia y honestidad; dice Raynade.

Jiraiya del otro lado, recobra las fuerzas, al escuchar de su hija, tan sinceras y bellas palabras, las cuales son verdad, pues el si cambió, y eso de ser mujeriego es su pasado, él es un hombre fiel.

Jiraiya va a su habitación, se mete en la cama, se tapa con las cobijas y cierra los ojos, reflexionando que hizo mal para que Tsunade haya hecho lo que hizo; mientras tanto, Tsunade sale de la habitación, pues lo que dice su hija sobre Jiraiya es cierto, el dejó de ser mujeriego hace mucho tiempo; que le falló ella a Jiraiya y a su hija, y que jamás podrá remediar esto.

Tsunade entra a la habitación, ve a Jiraiya recostado, lo abraza por la espalda, pero se da cuenta de que está dormido, pero el no está dormido, realmente está despierto, y su corazón más que confundido, estaba triste, llorando.

Al otro día, Tsunade despierta, pero Jiraiya no está recostado, ella se baña y se viste rápidamente, baja a la cocina y ve que Jiraiya y Raynade están cocinando, ella los saluda, a su hija con un abrazo y a su esposo con un beso. Los tres se sientan en la mesa del comedor, desayunan, pero ninguno menciona palabra más para mencionar como está de bello el día.

Al terminar, Tsunade se encarga de lavar los platos, Jiraiya y Raynade se despiden de Tsunade, pero a la rubia ex – Hokage se soprende, que Jiraiya no le da un beso en los labios sino en la frente, esto la perturba y la deja sin palabras, Raynade la abraza y se despide.

Un corazón sin heridas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora