El dolor

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Tsunade en camino al hotel en dónde se hospeda su esposo Jiraiya, se siente serena gracias al apoyo de Shizune y a su ferviente amor por su esposo Jiraiya y por su hermosa hija Raynade.

Las despampanante Tsunade muy arreglada y bella, hace caso omiso a lo que murmura la gente mientras pasan por su lado, incluso algunos se quedan viéndola, de sus bocas salen frases aleatorias, algunas de halago por la bella que está, y otras que son la mayoría en las que la tratan de cualquiera, pero a ella no le importa, ahora ella solo va por su esposo para hablarle y demostrarle el cambio.

Jiraiya sale del hotel para comprar algo en el kyosko de la esquina, y se le pasa por la espalda una mujer de cabello café y piernas largas, muy bella, pero parece lanzada por su gran escote y abertura en la falda.

Hola Jiraiya, que guapo te ves, parece que el divorcio te sienta muy bien, dice la descarada mientras toca su hombro.

Reyka, yo no estoy divorciado, aún estoy casado, no me molestes; dice Jiraiya alejándose del kyosko después de haber pagado un dango.

Oye, no me dejes hablando sola, es más, se que tu esposa te fue infiel, porque no le pagas con la misma moneda, se lo merece; dice Reyka siguiendo a Jiraiya.

Estás demente, yo amo a mi esposa, y aunque me haya sido infiel, jamás le fallaré, no pienso hacer eso, dice Jiraiya dándole la espalda a Reyka.

Tsunade llega a unos veinte metros de la entrada del hotel, pero ve que Reyka persigue a Jiraiya, quién sabe con qué intenciones; Tsunade se desanima al saber que su esposo habla con otra mujer, y decide irse y no hablar con él, se ha dado cuenta que el desea seguir viviendo su vida, pero Tsunade acepta esto con nostalgia afirmando la actitud que supuestamente cree que el ha tomado, la rubia se va despacio y lento a su casa con todas las esperanzas perdidas.

Lo que ella no sabe es que Jiraiya está evitando a Reyka para no tener problemas con Tsunade, Reyka hace parte del pasado de Jiraiya, porque fue ella quién curaba sus heridas internas cuando Tsunade lo despreciaba continuamente.

Jiraiya, debes aceptar una cosa, tu y yo fuimos muy cercanos, sabes perfectamente que me buscabas con la idea de que te hiciera olvidar el desamor, y me pedías que.....la mujer es interrumpida por Jiraiya; mira ya detente, tu eres una mujer muy bella e inteligente, y llegué a sentir gusto por ti, pero nunca te amé, sé que me ayudaste, pero eso fue hace mucho, hace nueve años me casé con mi esposa, y soy feliz con ella, aunque estemos distanciados, la amo aún, y no le fallaré, dice Jiraiya volteando hacia ella y separado a un metro de distancia.

Jiraiya, yo no vine aquí para decirte que te amo, no, yo no te amo, antes si te amaba, pero te superé, porque mi destino no era contigo, yo ahora estoy casada y tengo una familia, la razón por la que te dije que le fueras infiel a ella, era para comprobar eras capaz de eso, pero no, no eres capaz, eres un buen hombre, siempre lo has sido, un hombre que por muchos años no solo su esposa despreció, sino muchas mujeres te despreciaron, y te rompieron el corazón, pero nada comparado con la que siempre amaste, realmente no se si ella se haya arrepentido por lo que te hizo, pero si lo hizo y ya está en paz consigo misma, pues seguro que vendrá a hablarte, lo digo porque estoy casada y amo a mi esposo, y si ella te ama, vendrá pronto, dice Reyka.

Jiraiya afloja su cara tensada y ve a los ojos a Reyka, oye felicitaciones por estar casada, te felicito, pero no entiendo, si estás casada porque vistes con escote y falda; dice Jiraiya; bueno, así como tu esposa usa escote estando casada contigo, dice la mujer esbozando una risa, mientras lo abraza y se despide, diciéndole que se va a su aldea a verse con su esposo e hijos.

Jiraiya entra al hotel con rostro que impregna tranquilidad, pero al mismo tiempo inquietud.

Reyka espera a que Jiraiya entre al hotel y corre a casa de Tsunade, la mansión Senju, desea hablar con Tsunade y contarle lo que ha sucedido, que no se debe rendir y que Jiraiya la ama, además de contarle el sufrimiento que vio en Jiraiya en carne propia cuando el lloraba de amor por ella ante sus desprecios

Un corazón sin heridas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora