Raynade I

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Tsunade y Jiraiya de sigue besando apasionadamente, pero el se detiene, Tsunade lo nota y le pregunta que sucede.

Jiraiya se levanta quedando sentado en el borde de la cama, y mirando un punto perdido.

Tsunade se acerca a él, intenta besarlo pero el la esquiva, se levanta y busca su ropa, se la coloca y se sienta en la silla mecedora que está en la esquina del cuarto.

Jiraiya, que te pasa, dice Tsunade, sentada en el borde de la cama, desnuda y con su pasión a flor de piel.

Jiraiya suspira y ubica su visión a la luna llena; Tsunade, no me gusta presumir, pero, me considero una persona paciente, que tolera todo lo que le ha pasado, y que no obliga a nadie a hacer lo que no quiere, yo nunca te he obligado a nada, tampoco te he presionado, solo, siempre quise lo mejor para ti, siempre quise que me amaras, la infildelidad la perdoné, pero no perdono lo que le haz hecho a Raynade, dice Jiraiya mirándola a los ojos fijamente y con una gran tristeza.

Jiraiya, yo..., la ex-hokage baja la cabeza, en señal de vergüenza y dolor.

Tsunade yo no voy a juzgarte por haber sido infiel, yo fui mujeriego hace mucho, y juzgarte sería tonto, duele mucho que haya sido en el matrimonio, porque yo nunca te he fallado estando casado, te he sido fiel, porque si fui mujeriego, era para buscar el amor que no me dabas, pero me los diste, y te lo agradezco todos los días, te perdono la infidelidad, pero no te perdono algo que hiciste, que me ha dejado el corazón más roto de lo que ya lo estaba, dice Jiraiya con una voz apagada.

Tsunade se paraliza ante las palabras de Jiraiya.

Tu golpeaste a nuestra hija porque ella me iba a contar lo que hiciste, la lastimaste porque ella te reprendió la infidelidad que hiciste, la forzaste a que se callara, todo por un deseo carnal, no te perdono aún que le hayas hecho eso, dice Jiraiya llorando, hacia mucho ella no lo veía así de aturdido.

Mi amor, soy una mala persona, una mala madre, una mala mujer, una mala esposa, que ha lastimado a quiénes más ama, soy una descarada, una imbécil, lo que le hice a ella, estuvo mal, pero queiro que sepas algo, aunque no lo creas, mi infidelidad, fue porque me hacías falta, fui descarada lo sé, pero te fui infiel, porque te deseaba ver intensamente, porque cada día que pasa te amo más, necesitaba suplir esa necesidad, y creí encontrarla, me dejé llevar de mis impulsos, pero cuando tenía relaciones con otros hombres, solo de mi boca salía tu nombre, sentía que eras tú el que me acariciaba, el que me besaba, solo te imaginaba a ti, se que no me crees, y que me desprecias, y lo entiendo, dice Tsunade agachando la cabeza con vergüenza y llorando.

Jiraiya se levanta de la silla mecedora, se acerca a ella, la cubre con una cobija, se arrodilla frente a ella, sujeta sus manos y le dice; tú no eres la mala persona que dices ser, solo estás muy confundida, eso te llevó a pensar en la infidelidad y hacerlo, además de golpear a Raynade, reflexiona Tsunade, y perdonate a ti misma

Jiraiya se pone de pie, sale de la habitación, abre la puerta del cuarto de su hija, ella está dormida, baja las escaleras, se pone el saco, y sale de casa.

Tsunade está confundida, Jiraiya no la odia, pero claramente está decepcionado y no le confía nada, Tsunade se pone a llorar, se recuesta en su cama tiritando de frío, claramente se siente sucia, manchada y destruida, es su culpa, y ella lo sabe

Un corazón sin heridas del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora