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Evan se encontraba repentinamente con un humor excelente, debía admitirlo. Recogía unos libros que estaban desperdigados por el suelo, y mientras lo hacía, miraba de reojo a la rubia al mismo tiempo que intentaba nuevamente suprimir una risita. Obviamente, sin éxito algo.

—¿Vas a seguir riéndote de mí? —el chico no pudo más, y comenzó a reírse fuertemente. Becks pensaba que su risa era bonita, sin embargo, ahora se encontraba algo molesta. —Ahora me caías mejor cuando no reías.

—Oh, vamos. Si estoy así es solo culpa tuya. —Evan seguía sonriendo. —¿Por qué eres torpe a veces?

—¡Fue un accidente! —Becks hizo un puchero. —Mejor cállate y ayúdame a terminar esto, por favor.

—Claro.

En el momento en que Evan la escuchó gritar de manera exagerada, supo que cualquier cosa podría haber pasado.

Pues al parecer, alguien había movido de su puesto de origen las películas que la rubia estaba buscando en un inicio, encontrándose en lo alto de una estantería llena de libros. La muchacha, impaciente por querer ir rápido en donde se encontraba Evan, y algo molesta por no encontrar las películas en donde las había dejado, tomó una sillita, dispuesta a subirse en ella y agarrar rápido los objetos que quería.

No obstante, debido a su baja estatura, no lograba conseguir su objetivo, y en un mal movimiento, solo consiguió que la estantería se moviera bruscamente causando que mucho de los libros que se encontraban allí, se cayeran al suelo. Entró en pánico.

Esto no  debía haber pasado. ¡Sus padres iban a matarla si descubrían que trató a sus amados libros de aquella manera!

Becks no dudó en llamar a Evan en su rescate, pues pensaba que el muchacho la ayudaría sin chistar y todo quedaría en un divertido recuerdo. ¡Pero realmente no esperaba que Evan se estaría riendo de ella!

Aunque, por otro lado, no podía negar que se sentía muy feliz de que el chico al fin se estuviera abriendo un poco más. Ella sentía que la confianza entre ambos estaba creciendo en grandes proporciones.

—¿Por qué me miras? ¿Tengo algo en la cara? —preguntó Evan con el ceño fruncido. Becks negó con la cabeza mientras sonreía, y volteo rápidamente la mirada, intentando no incomodar al otro. Claro que no notó que el pelinegro poseía un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—Pensaba en el almuerzo de mañana. —Dijo ella intentando despistarlo. Supo que lo logró cuando lo vio parpadear.

—En serio, eres demasiado extraña en ocasiones. —La rubia rió un poco. —¡Listo! ¡Al fin es el último libro! Por favor, ten más cuidado en la siguiente ocasión.

Finalmente, la tarea de colocar todos los libros caídos en su lugar, había culminado.

—Ya te dije que fue un accidente. —la chica agachó la mirada. —Además, los libros están bien. No les pasó nada. —Evan negó con la cabeza.

—No me refiero a eso, tonta. Pudiste hacerte daño.

—Yo... realmente no quería causar un alboroto. —El muchacho, al ver la expresión decaída de su amiga, se cuestionó si de repente había sido demasiado arisco con su respuesta. Negó con la cabeza y le dedicó una sonrisa que esperaba que lograra tranquilizarla.

—Está bien, Parker. No fue culpa tuya. Los accidentes ocurren.

—S-Sí, pero yo...

—Suficiente. Vamos a olvidar el tema. —interrumpió él suavemente. —Volvamos a la sala. Una película nos espera.

Evan salió de la habitación sin decir una palabra más, y Becks rápidamente lo siguió. Ella se dio cuenta que no podía contener su sonrisa, y en su mente pensó que Evan era alguien definitivamente distinto a cualquier persona que haya conocido antes.

—¿Trajiste las botanas que mencionaste antes? ¿Dónde está tu cocina? Yo voy por ellas.

Sí, era alguien muy distinto.

❤️

—Sigo sin entender. —Brian no pudo evitar rodar los ojos ante lo escuchado. ¿Acaso aquella chica estaba hablando en serio?

—Sería más sencillo comprenderme si no estuvieras agarrando el teléfono cada cinco minutos. —El chico castaño intentaba sonar sutil, pero la verdad es que no podía ocultar el enojo que estaba comenzando a embargarlo.

¿Por qué Annie Clark debía ser una chica tan complicada?

—¿Me estás echando la culpa? —Paciencia, Brian, paciencia.

Annie por su parte, disfrutaba ver al muchacho perder los estribos por su causa. Siempre era así. Brian era el chico perfecto para todo el mundo; amable, servicial, y lindo con todos.

Y ella adoraba hacerle perder esa faceta, al menos por unos minutos. Lo veía como un buen pasatiempo.

—Solo digo que deberías prestarme atención. —está vez, Brian bajó un poco la voz. No quería comportarse mal con ella; por mucho que lo hiciera rabiar, seguía siendo su compañera de curso, y persona a la cual debía darle clases.

—A lo mejor tienes razón. —¿A lo mejor? El chico solo quería gritarle en su cara diciéndole que él tenía toda la razón del mundo, pero se contuvo. Eso solo implicaría que Annie Clark obtendría lo que quería.

Joderle la existencia por completo, y eso es algo que todavía no iba a permitir.

—Clark... por favor. Sé que me odias, pero solo por esta vez... escucha lo que te explico, ¿sí? —la nombrada frunció el ceño ante lo escuchado.

—¿Odiarte? Yo no te odio, Clayton. ¿De qué demonios estás hablando?—sin querer, se río fuertemente. —Ay, por Dios. Siempre dices cosas divertidas, pero sin duda, esta fue la más original.

—¿Entonces por qué siempre te comportas conmigo de esa manera? —la chica se encogió de hombros.

—No lo sé. Es divertido hacerte enojar.

—¿Acaso soy tu payaso personal?

—Sí. —respondió sin siquiera pensarlo.

Brian rodó los ojos.

—Eres demasiado... —el muchacho ya ni siquiera sabía qué decirle.

—¿Hermosa? ¿Encantadora? ¿Original? Lo sé, cariño. —Annie se pasó la mano por su cabello en un intento de verse genial.

La chica notó muy apenas que los labios de Brian se curvaron hacia arriba. Festejó en su interior.

—Rara. —Ella abrió su boca ofendida.

—Eso no sirve a mi lista de halagos. —Brian negó con la cabeza.

—No te estaba halagando.

—¿Entonces me estabas insultando?

—¡¿Q-Qué?! ¡Por supuesto que n-no! —Annie rió al verlo nuevamente perder la cabeza por ella.

Pensó que ya había sido suficiente por hoy.

—Clayton. —lo llamó. Brian alzó la mirada y parpadeó cuando la miró señalando una parte del libro que ambos ocupaban para los estudios. —¿Por qué en esta parte va así?

Annie quiso reír mucho más fuerte cuando escuchó a Brian rezar y agradecer a Dios en voz baja.

Ella sabía que había algo más que solo encargarse de joderle la vida a su compañero. Sin embargo, sabía que ese era un tema en el que, ni ella quería ahondar todavía, y que él probablemente no quería escuchar.

Así que por lo pronto, las cosas se quedarían así.

***
Tenía algunas cosas por decir, pero me estoy cayendo del sueño, así que se los diré en el otro capítulo. (':

Me disculpan los errores TT

Literal, voy más dormida que despierta.

Nos vemos, mis amores ❤️





















<3

Conversaciones Con La Rarita Del Curso [DEL #2] (CANCELADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora