Sebastián- Mistery Spell - It is love (Fanfic)

Parte 56

El martes Jarod me lleva en coche y acompaña a la puerta de la facultad como todos los días, aunque ya hemos recortado vigilancia, le pilla de camino. Está mañana venia hablando con James por el camino y Jarod aún así me acompaña hasta la puerta de la facultad.

Jarod: ¿Qué tal James?

Rose: Muy bien, está estupendo, tengo muchas ganas de verle.

Jarod: Tengo que ir a Orley este fin de semana. ¿Quieres venir?

Rose: Si, me encantaría. Además me gustaría hacer uno recados ver también a mi amiga ...

Jarod: ¿Con la que ibas al bar?

Veo que unas chicas nos miran, están devorándolo con los ojos, tiene el mismo encanto y levanta las mismas pasiones que su hermano.

Rose: Si ella es. Por cierto, ¿Te puedo preguntar algo?

Me surge una duda de repente al recordar el pequeño pasado que tuve con Jarod. Entonces asiente.

Rose:  Tengo curiosidad de porque no me volviste a llamar.

Jarod mira al frente y deja de mirarme. Creo que sé la respuesta y por eso le pregunto, seguro tiene a muchas mujeres enamoradas de él y él no quiere salir con nadie.

Jarod: Mi mayor miedo era y es tener pareja y que no acepte mi forma animal, es algo que me perturba. Y bueno... mejor que no te llamase, ahora tu y mi hermano sois muy felices.

Justo lo que pensaba.

Rose: Pero si una persona te ama, imagino que lo aceptará, yo lo hecho con tu hermano, aunque es cierto que yo también soy diferente y nos hemos aceptado mutuamente.

Jarod se calla, noto algo de inquietud en su rostro, estamos tocando un tema muy sensible para él, y yo jamás debí preguntar.

Jarod: Por entonces tú no sabías nada de ti. Seguramente hubieses salido corriendo.

Rose: No estoy de acuerdo. Debes de confiar, porque si no no vas a ser feliz.

Jarod se queda muy pensativo y triste.

Jarod: No me permito ser feliz, mi felicidad consiste en ver felices a los demás, en curar a las personas y centrarme en mi trabajo.

Rose: Pues deberías permitirte ser feliz y buscar a una persona que te acompañe, y buscar tu momento.

Jarod: Quizás...

Jarod mira hacia el fondo, me mira y le brillan los ojos.

Jarod: ...ahora es el momento...

Se acerca a mí y me besa en los labios, pone las manos en mi cintura y me agarra como si no me quisiera soltar mientras prolonga su beso. Reconozco que me gusta su contacto y siento un escalofrío, pero no es equiparable a lo que siento estando con mi profesor, aunque pienso que hubiese pasado si él y yo nos hubiesemos seguido viendo en Orley.
Lo que no entiendo es porque me ha besado, tras esta conversación de la felicidad, ¿Me quiere decir que así es él feliz o qué?

Cuando se separa vuelve a poner esa mirada inquietante en mí, no quiero imaginarme cosas, pero por su actitud me da la sensación de que este beso le ha dejado tocado. ¿Acaso yo le gusto? ¿Antes me ha dicho que le dio miedo de volver a llamarme?  Se acerca a mi y me susurra al oído.

Jarod: Así te quitarás a Loan de encima. Ya no os causará más problemas, nos acaba de ver.

Así que ha sido por eso por lo que me ha besado, ya estaba yo haciéndome falsas expectativas, pero prefiero que sea así.

Me despido con la mano y de camino a clases pienso creo que este jueguecito de que los demás crean que somos novios ha ido demasiado lejos. Jamás hemos debido besarnos, yo quiero serle fiel a Sebastián y no haría nada para hacerle daño. Tengo que contarle la historia de que Jarod y yo nos conocíamos antes de que sea demasiado tarde.

Más tarde cojo el teléfono y llamo a Phillipe, el abogado, le comento que quiero concertar una cita con mi padre para devolverle toda su herencia, no aceptaré nada mientras tanto.

Phillipe: Entiendo, el otro día me di cuenta que aún no sabes quién es tu padre. Y debe de ser por algún motivo, créeme. Me encantaría decirte quién es, pero creo que no me corresponde a mí.

Rose: Todos me dicen lo mismo, me harías un favor concertando una cita con él.

Phillipe: Está bien, aunque no se si podré localizarlo, llevo años sin verlo.

Después le mando un mensaje a mi guapo profesor, necesito hablar con él y contarle que Jarod y yo nos conociamos de antes. No sé cómo hemos llegado a esta situación. Quedamos en el pasadizo y cuando llego, él ya está allí. Me da un beso y sonríe.

Sebastián: Hola cariño, no tengo mucho tiempo. He conseguido por fin casi todos los permisos para las excavaciones, me falta un sitio, y es el mas importante y se que te va a encantar, pero podemos empezar sin él. Serán dentro de dos semanas.

Rose: Genial. Te he citado porque quería que nos viésemos. Tengo que contarte algunas cosas y no sé si es mejor que...

Sentimos el altavoz a lo lejos, están llamando a Sebastián. Nuestro momento es fastidiado.

Sebastián: Tengo que irme. A la noche iré a verte.

Las clases continúan y me voy a mi casa a estudiar.
De repente mi móvil suena, cojo el teléfono y es Brad el asistente del abogado.

Brad: Señorita, no sé si ha visto los documentos.

Rose: No, aún no.

Brad: Me informa el abogado que desde la universidad de Mistery Spell están solicitando entrar al recinto de una de sus propiedades para entrar y realizar una excavación. El abogado no puede dar autorización hasta que no tenga un propietario, así que hasta que no firmes no podrán acceder.

¡Oh, mierda!

Rose: ¿Que propiedad es?

Brad: El castillo de Bruming y sus inmediaciones, señorita.

Rose: ¿¡QUÉ!? ¿Está usted de broma?

Brad: No es una broma. Debería de leerse la documentación.

El sitio que tantos problemas le está dando a Sebastián para realizar la expedición es el castillo de Bruming, un castillo que ahora me pertenece, si decido aceptar la herencia.  No puedo creer que el castillo que tanto me llamaba y me llama la atención desde que estoy en esta ciudad sea mío
Es como si desde primera hora hubiese sabido que tenía algo que ver conmigo. El castillo es realmente precioso, está bien conservado, pero parece que la historia de la ciudad lo ha catalogado como siniestro y por eso creo que es tan importante para Sebastián excavar ahí.

Rose: Brad, mañana te daré los papeles firmados. ¿Vienes a por ellos?

Brad: Sí, la llamaré.

Firmo los papeles y los guardo en mi carpeta, cuando de repente siento que alguien se acerca a la casa y no es nadie conocido.