t r e s

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V a l e n t i n a

—No subai esa weá po, Vale. Me veo como las weas. —La Cata me webea—. Saquémonos otro boomerang.

—Pero si la voy a subir pa mejores amigos, oh. —Le digo, riéndome.

—Tenís a mi ap en mejores amigos po, farándula. —sigue reclamando— Si subís esa weá no pienso ayudarte a limpiar tu casa pal carrete.

—Buta —Presiono la equis de la pantalla de mi celu y el boomerang se elimina automáticamente—. Ya, pichula. No subamos niuna weá.

La verdad no sé por qué la Cata siempre está preocupada pa verse bien, si ella siempre se ve de pana. Tiene el pelo entre rubio y ananranjado, unos ojos como pepas y la piel terrible suavecita —no sé cómo chucha tiene la piel tan perfecta si es terrible buena pal pucho—. Aparte, el uniforme se le ve 10 de 10.

El uniforme era terrible cute. A diferencia de los otros liceos, aquí se tenía que ocupar blusa y corbata. La corbata era rojita con negra, la falda roja con líneas blancas y negras y las calcetas negras también. Se notaba de lejos que este liceo era pa "cuicos", y aunque mis viejos tuvieran plata y toa la weá siento que mi perso es de flaite nativa.

Mis amigos eran todos zorrones; los hombres con flaps, las minas rubias, deportistas y su pichanguita. No conocían otro copete que no fuera el pisco, y la weá me tiene chata ya. Pero na que hacerle. Con la Cata nomás tomamos cualquier weá que se nos venga: vodka, su tequila y volás.

Salimos pal patio y con cada persona que nos topábamos la saludábamos. El liceo es súper chico, así que todos se conocían con todos. No le tengo mala a nadie, pero sé que hay mines que les caigo mal, pero pura buena vibra nomás.

—Ay, adivina quién te está mirando, weonaaa. —La Cata grita, y sé a quién se refería... El Seba.

—Sé más piola po, weón —Le di una palmada en el pecho, susurrando—. No veís que le dai alas al culiao pa que se me acerque.

—Pero weona —Nos apoyamos en una reja que había—... Todas las minas babean por él, incluyéndome. ¿Cómo podís desaprovechar una oportunidad pa estar con ese mijito rico?

—No es por él, es sólo que... —Ladeo la cabeza, buscando las palabras adecuadas pa expresarme—. Es sólo...

—Que no te gustan los compromisos —me completa la frase.

—Así es. Tenís toa la razón, ¿No hai pensado en trabajar como akinator? —La webeo, y ella se ríe.

—Ya po', Vale. Te lo estoy diciendo en serio —sigue con la cuerda—. Conchalalora, viene, viene.

—¿Quién viene?

—El Seba po, chesumare. Déjame sacar mi violin... —La Cata finge estar tocando el violín y noto cómo el Seba se ríe al notar las weás que estaba haciendo mi amix.

No puedo negar que el Seba es realmente lindo. Tiene el pelo con rulitos, así que los flaps le quedan de pana. Siempre ocupa una gorra negra con un signo de marihuana color amarillo. Ocupa la blusa larga y siempre tiene los botones mal abrochaos, la corbata más suelta que el pico y zapatillas. Tiene un hoyuelo en la mejilla izquierda y una sonrisa perfecta.

volao culiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora