volao culiao

veintisex

titulo kl aber q vendrá en ete cap...

Valentina

—Si tosiste ya la hiciste. —Damián se caga de la risa mientras me palmetea la espalda, ayudándome a toser con más fuerza pa' que la garganta me dejara de picar.

—Nos estamos fumando tu mercancía —Toso más y más.

—Y pegan más fuerte que padrastro curao', siono.

Me río entera volá.

—Oe, con eso no se juega.

—Ya si igual te reíste. —Él se pega unos pipazos y bota el humo que se esparce en toda la casa—. No te preocupís por lo de la mercancía y weás. Sólo nos fumamos un cero cinco, quizás un poquito más.

—Como digas, jefe.

La canción de Ice Cube me hacía sentir más en sintonía. Cierro los ojos y me muevo de un lado a otro terrible volá; y la verdad sólo estoy haciendo esto porque si tengo los ojos abiertos estaría entera pegá.

Sí weón, estaban letales. Pero el Mango Kush seguirá siendo mi raza favorita mm, qué rico.

Todo iba bien, hasta que me doy cuenta que el Damián había agarrado mi celu y cambiado la canción silenciosamente.

—Me cortaste toda la nota, weón —Le alego y le quito mi celu de sus manos—. ¿Qué weá pusiste?

—Una rolita terrible buena. Escúchala no más.

Temptations de Ryan Trey salía en la pantalla de mi celu. El tema era terrible sensual y al mismo tiempo tenía una onda mística. En esta situación y con lo volá que estaba podía sentir que todos mis poros estaban teniendo un orgasmo. Sentía la piel de gallina, y la música lo intensificaba más.

—¿Qué te imaginas? —oigo la voz del Damián como un eco al lado mío. Su voz estaba rasposa y ronca, se notaba lo potente que había sido los pocos pipazos que se mandó.

Dejo de tambalearme suavemente y con una ligera sonrisa abro los ojos y lo miro. Estábamos sentados en el sillón y en la mesa de cristal estaba el moledor, la mota, la pipa y mi bong que no ocupamos. Él estaba echado en el sofá, con las piernas ligeramente abiertas y con los ojos más rojos que la chucha.

—Que mi piel está teniendo un orgasmo. —Digo sin pelos en la lengua, pensando que él se reiría de las weás que pensaba, pero no recibí ninguna carcajada de su parte.

—Decirle esa weá a un weón que está volao' como yo lo pone mucho. —sincera, sin ninguna expresión rara en su rostro, como si fuera lo más normal del mundo.

Me carcajeo suaaave. Lo directo que es estando volado me causó gracia.

—¿Me estái diciendo que te excitaste cuando te dije lo que me imaginaba?

Él asienta con la cabeza, acariciándose el mentón y examinándome con la mirada.

—Tu canción me hace sentir así po'. —Me excuso.

—¿La canción que puse te calentó?

Por la conchetumare, no puedo parar de mirarle los ojos rojos de volao intenso que tiene.