Valentina
—¿Vai a venir? —La Kio me pregunta, entera animosa.
—No creo. —contesto, un poco intranquila por lo que acaba de pasar—. En verdad ya me duele la cabeza por toa' la música así que en volá me voy ahora.
—Yiaa, ¿Segura? —La Ingrid cuestiona, pero me aterra un poco mirarla a la cara—. La vamos a pasar bien.
—Síi, segura. No te preocupís. Otro día. —respondo, sonriendo—. Si hacen algún carrete me invitan.
—Ya po'. Lógico. —Creo que la Cami contesta—. Sería entero bacán que fuerai.
Me despido de cada una de las cabras, hasta que paso por el Nico, quien me implanta un beso en la mejilla, dejándome un poco baboseá.
—Otro día nos belmont. —Le digo después de decirle chao a todas y me acerco a la entrada.
Mientras me viro pa' fuera, miro hacia la salida que hay pa' la zona tech, cruzando los dedos pa' que el Damián entrara y me viese así como en una película de Netflix, pero nunca apareció.
—¿Y de verdad no pasó nada, weona? —La Cata me exige contarle más y más detalles, pero ya le había contado prácticamente todo—. Yo te dije, culiá. Yo te dije que entre tú y el Damián iban a pasar weaitas.
—Pero si no pasó nada más que eso, Cata. Te juro.
—Y vo queríai más.
—Na' que ver.
—Ni' qui vir —Me webea y yo la fulmino con la mirada—. Ay, weona. Si vo' sabí que queríai más. A mí no me podí mentir, cabra culiá.
—Pero es que tampoco puede pasar nada. El weón está con la Ingrid y punto. Ahí se cerró el tema. —Le termino el hilo pero la weona seguía y seguía.
—Y si él te hubiese intentado dar un beso, ¿Lo hubiesei evitado? —Levanta las cejas, intimidándome.
Uy, la conchetumare. Ahí me pilló.
—Aparte justo antes estabai comiéndole la boca al Nico culiao'. Quién cómo vo. —La Cata entre me halaga y me ofende, pero finalmente lo termino tomando como halago—. ¿Y qué pensai hacer? ¿No te ha hablao' nada?
—Nop. No me ha mandado ningún mensaje. Na' de na'.
—Txiuuuu... —La Vale se impulsa más en el columpio—. La volaita.
—En volá no me habla más. Quién sabe uno.
—Cómo no te va a hablar, weona. ¿Vo' eri tontita?
—En volá. —le contesto y la Cata rodea los ojos.
—Me hiciste levantarme a las diez de la mañana para escuchar tus pelaciones y tus problemas de amor, y me decí que en volá el Damián no te vuelve a hablar. Si eso no es ser weona no sé qué significa.
Puta que es dura la weona. Siempre siendo directa pa' sus weás.
—Pero si no me habla, no me habla no más po'. Yo no me hablaría si fuera él. Sería terrible incómodo. —Abro los ojos para darle intensidad a la situación, pero ella sólo bota un largo suspiro.
—¿Y el Seba no te ha hablado?
—Nop. Nadita. —le comento—. Debes dejar de shippearnos, Cata. La pulenta que entre el Sebastian y yo nunca va a pasar nada. Te lo juro. No es de mi tipo.

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volao culiao
Teen FictionDe cómo la Vale le ayuda a vender mota al Damián, un weón drogo con polola.