𝗪𝗘'𝗥𝗘 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗡𝗘𝗥𝗦 ||𝐁𝐮𝐠𝐡𝐞𝐚𝐝 & 𝐒𝐩𝐫𝐨𝐮𝐬𝐞𝐡𝐚𝐫𝐭||

🌺𝐭𝐡𝐞 𝐜𝐮𝐫𝐬𝐞 𝐨𝐟 𝐫𝐢𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐥𝐞 𝐩𝐭 𝟐.

B U G H E A D👑
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(Especial de Halloween parte 2)

Luego de que aquel horrible trueno cayera sobre todo Riverdale, asustando a Jughead Jones y logrando así que perdiera de vista a Betty Cooper, el castaño solo andaba caminando desesperado por las calles de Riverdale mientras la buscaba como un loco al no tener siquiera una teoría en mente acerca de lo que había pasado con su novia.

— ¡Betty! —Jughead gritó repetidas veces por los alrededores, buscándola mientras intentaba estar tranquilo pero parecía no poder calmarse. — ¡Betty, por favor dime en dónde estás!

Pero no hubo respuesta alguna, simplemente se escuchaba el grillar de los grillos en medio de aquella oscura noche de Halloween y de luna llena. Junto con un peculiar sonido que su oído captó rápidamente.

Un maullido.

Enarcó una ceja con extrañeza al escuchar el distinguible sonido de lo que parecía ser un gato bastante cerca de él y cuando bajó la cabeza encontró al dueño del maullido, ronroneando contra su pierna izquierda. Era un pequeño minino de color negro como la noche, muy hermoso y de ojos verdes como la esmeralda pura, el que quería llamar su atención.

— ¡Shú, shú! —dijo él, alejando al gato sin querer que se le acercara demasiado pues odiaba el pelo que ellos soltaban. Y en especial sentía algo de repulsión ante los gatos en esa ocasión. — ¡Vete de aquí, gato!

Pero el gatito negro parecía no hacerle caso, pues movió su cola larga y ronroneó alrededor de su pierna, queriendo que él lo sostuviera en brazos. Pero, como ya había mencionado anteriormente, a Jughead no le gustaban mucho los gatos y su prioridad en esos momentos era encontrar a la rubia de ojos verdes que tenía su corazón.

— Vete de aquí, gato. —pidió Jughead, dándole la espalda y comenzando a caminar hacia el lado contrario al saber que el minino no le haría caso tan fácilmente.

«Mierda, Betts. ¿En dónde te metiste?»

Pensó con un semblante preocupado, mientras seguía caminando en busca de la rubia, pero sin embargo, lo que obtuvo como respuesta; fueron varios maullidos del gato negro, que continuaba siguiéndolo sin querer dejarlo en paz.

— ¿Por qué me estás siguiendo? —Jughead se quejó con el gato, mirándolo mal y deteniéndose en un callejón. — Ve a cazar ratones o no sé, pero no me sigas.

El gato bufó, sacando las garras y mostrando sus pequeños pero muy afilados colmillos al castaño con un chirrido.

— Bueno, no caces ratones si no quieres pero no me sigas. —Jughead recalcó como regaño, se encogió de hombros y continuó su camino, con el gato necio aún siguiéndole por detrás.

Y entonces sucedió.
De la nada, una figura femenina muy ajustada y fina cayó del cielo prácticamente, atacando a Jughead.

— ¡Verónica! —Jughead gritó, alejándola con un empujón mientras la latina intentaba herirlo con una de sus estacas de utilería que había usado para su disfraz. — ¡Ya, para!

— ¡Muérete ser de la oscuridad! —gritó la morena, haciendo otro movimiento rápido y pateándolo con sus tacones justo en el pecho, con una mirada distinta en sus ojos. — Tú vas a...

Pero la chica no pudo continuar con su oración ya que el gato negro se le aventó sobre el rostro, arañándola para defender al castaño y haciéndole daño al instante con aquellas garras que tenía.

— Ugh. —Jughead se quejó con un poco de dolor ante el golpe de Verónica, pero después su vista se enfocó en el gato que luchaba contra la pelinegra.