Hermana de Harry Styles

27- No hagas caso

Pasó el segundo concierto y el tercero y comenzamos un viaje de tres días. Cuando subía al escenario era increíble porque los chicos seguían siendo mis chicos. No se gastaban en fingir ser normales y amaba eso. Pero cuando bajaba, las redes eran otra cosa. Los mensajes seguían llegando y eran cada vez más y peores. "No les hagas caso"- decía Liam, pero no podía ignorarlos. Me había cansado de eliminarlos, porque para hacerlo primero tenía que asegurarme que fuera malo. No quería saber si eran malos. No quería saber absolutamente nada más. Mis complejos crecían y el estómago se me cerraba. Cada vez que me sentaba en la mesa o me acostaba, recordaba los mensajes. Era como si los sintiera llegar. El odio, el desprecio. Ese no era mi mundo.

Esa noche no podía dormir y los mensajes seguían llegando. Abrí una cuenta de twitter privada que nadie más sabía que era mía, tenía muy pocos seguidores pero me servía para expresarme tranquila.

"Yo sé que no soy perfecta pero trato de serlo para complacerlos a todos".

Me sentía fatal, no quería que siguieran tratándome así. No quería seguir siendo el foco de ese odio. Me levanté y me metí en el baño. El espejo me devolvió unas ojeras terribles. Me llevé ambas manos al rostro. ¿Qué tenía que hacer para complacerlas? ¿Cómo podía lograr que me dejaran en paz? Cerré la puerta, no quería ser odiada.

...

Dos meses había pasado desde que la gira había empezado. No era divertido, ya no. Al principio todo había sido felicidad, juegos, risas, pero lo habían arruinado. Me habían llenado de odio, de palabras que nunca nadie me había dicho. Estaba acostumbrada a que algunas personas se creyeran mal y me maltrataran, Jessica por ejemplo. Pero las fans lo habían llevado a otro nivel. Las fans no me daban el terror que me daba mi padre, ellas no me culpaban de sus problemas, encontraban los míos, los marcaban, los repetían una y otra vez para que no pudiera olvidarlo.

-¿Nina?- dijo Harry tocando la puerta-¿Estás bien?

-Sí, salgo en un minuto.- respondí y tomé rápido el cepillo de dientes.

Me até el cabello y me lavé la cara, como cada mañana. Al abrir la puerta los vi a todos. Simon, Niall, Louis, Liam, Zayn y Harry. Todos me miraban serios.

-Queremos hablarte.- dijo Louis.

Agarré un chicle y los seguí. Fuimos al cuarto lleno se sillones y nos sentamos. Harry se sentó frente a mí, junto a Liam y a Simon. Niall se sentó a un lado mío y Louis al otro. Zayn estaba junto a Louis. Tenía un muy mal presentimiento.

-¿Qué pasa, chicos?- pregunté dejando caer mis manos sobre mis rodillas.

-Eso mismo queremos saber nosotros.- dijo Simon.

Yo los miré confundida.

-¿Crees que somos idiotas?- preguntó Harry enojado.- ¿Pensás que no nos damos cuenta? ¿O que no vemos que casi no tocas tu comida?

-Harry, tranquilizate.- pidió Zayn.

-¿Que me tranquilice? Mirala. Por amor de Dios, mirala Zayn. Podría jurar que se le notan las costillas hasta estando sentada.

-Eso no es cierto.- dije bajando la vista.

-Si lo es, amor.- dijo Liam.

Yo lo miré. No quería estar ahí. No me sentía bien. Quería irme. No quería que ellos también lo dijeran. No creía poder soportarlo. Sentí las lágrimas arder en mis ojos. No aguantaba eso, quería escapar pero eso iba a ser imposible.

-Nina, por favor decirnos qué pasa.- pidió Simon.

-¿Saben qué pasa? Que no puedo más.- sentí las lágrimas resbalar de mis ojos.- Ellas tienen razón. Yo no pertenezco a este mundo. No puedo hacerlo. Yo no puedo ser como ellas quieren que sea. Estoy cansada. Estoy muy cansada. Ni siquiera debería haber entrado en la banda.- ya estaba de pie sin saber que hacer.- Solo soy una maldita acomodada por ser la hermana de Harry.

Quise salir corriendo pero los chicos me tomaron por los brazos.

-Dejénnos solos un segundo, chicos.- pidió Simon y los chicos se fueron dirigiéndome miradas que no vi.

"Lacagaste"- resonó la voz de Ryan en mi cabeza.