Hermana de Harry Styles

61- Ultimo concierto

Narra Niall.

Acabábamos de dar el último concierto de la gira. No iba a mentir, dar conciertos con ellos es lo que más amaba. Louis superó su resaca y cantó con todas sus fuerzas mientras se reía. La verdad que fue algo increíble, pero a pesar de todo noté a Harry muy pensativo. No es por decir que no estuviera comprometido con el concierto pero parecía ido.

Esa misma noche volvimos a casa con Paul al volante. Era lindo volver a estar en Londres. Amaba viajar por el mundo y conocer tantos lugares pero no había nada como volver a casa. Nuestra casa. Llegamos y todo estaba en silencio. Cada uno subió a su habitación con los ojos medios cerrados, ya eran casi las tres de la mañana y la verdad, creo que era el único que no se caía del sueño. Entré en mi cuarto y me quedé mirando el techo, teníamos una semana de tranquilidad, una corta semana. Suspiré y llevé las manos a mi rostro. Eso era demasiado cansador, es hermoso, sí, pero cansador.

En algún momento logré dormirme y no desperté hasta la mañana siguiente.

Narra Zayn.

Cuando me levanté eran apenas las cinco de la mañana, ¿Por qué me costaba tanto dormir? Porque había cosas que no me podía sacar de la cabeza. Bajé con las intenciones de tomar algo de aire en el patio y ahí la vi.

Nina estaba en bikini con los pies en la pileta, mirando el cielo y llevándose un cigarrillo a los labios. ¿Qué? ¿Desde cuándo fumaba? ¿Que hacía a esta hora en bikini en el patio? Ella no había notado mi presencia y yo me acerqué silenciosamente. Su bikini dejaba todas, o casi todas, su cicatrices a la vista. Tenía un cuerpo precioso, a pesar de todas esas marcas.

-Hola.- murmuré y ella se puso nerviosa e intentó esconder el cigarrillo.- No lo intentes, ya lo vi.

Ella no me miró, solo se incorporó con la vista gacha y apagó el cigarrillo en un cenicero.

-¿Hace cuánto...?- no fui capaz de completar mi pregunta.

-Unos meses.- dijo algo distante.

Me quedé en silencio viendo cómo se perdía en sus pensamientos. Sentí una punzada de dolor cuando tomó otro cigarrillo y lo puso entre sus dientes. Yo había fumado, lo hacía cuando sentía que no tenía salida. ¿Sería igual para ella?

-Te pones el arma mortal entre los dientes,- dijo citando la frase de "Bajo la misma estrella"- pero no le das el poder de matarte.- rió.- Ojalá fuera tan fácil, Augustus.

Parecía haber olvidado mi presencia, me quedé en silencio observando el cielo al igual que ella.

-No les cuentes, me harían dejarlo.- dijo.

-¿Por qué lo haces?- pregunté de golpe.

-Se siente bien. - dijo. -Es una forma de liberarse. Dejas salir todo de tus pulmones pero lo que te hace daño sigue ahí. Es como cuando te cortas, me refiero a que, sabes que está matándote pero te gusta la forma en que lo hace.

Me giré para verla y ella hizo lo mismo.

-Tenés una obsesión con la muerte.- le dije.

Ella sonrió y conectó su mirada a la mía.

-Lo que pasa es que es tentadora.- dijo en un susurro y le dio otra calada al cigarrillo.- Como si todos los problemas acabaran cuando esta llega. Es solo... Puff y todo se acaba.- dijo.

-Creo que lo que pasa es que estas cansada de la vida, querés darte un respiro.- dije volviendo mi vista al cielo. Ciertamente sabía lo que se sentía, lo había experimentado. Era esa sensación, esa voz en tu cabeza que pedía a gritos que te alejaras de todo por un rato.

-Exacto.- dijo.-Pero por otro lado siento que realmente quiero morir.

Fruncí el ceño al escuchar esas palabras.

-Creo que ya cause demasiados problemas a mis 18 años de vida. Arruiné tanto y ayudé tan poco. Siento que si no estuviera todo sería mejor para todos.- escuché la tristeza en su voz. -La muerte es como la suerte, a algunos les llega antes y a otros después, yo simplemente la estoy ayudando.

Sentí unas ganas incontrolables de abrazarla pero no lo hice, seguí con la vista fija en el cielo que ya empezaba a aclararse un poco más.

-Te amo.- susurre. Las palabras escaparon de mi sin que pudiera yo evitarlas. Ella se tensó a mi lado con el cigarrillo entre los labios. -No quiero que ayudes a la muerte, quiero que la evites.

Pero a pesar de estas palabras, el "te amo" seguía flotando en el aire. Quizás no tendría que haberlo dicho, era la prometida de Liam. Tal vez tendría que haber cerrado mi bocota y dejar mi secreto oculto. Le quité un cigarrillo y le di una larga calada. Ya no podía con esto.