•Juntos•

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La muchacha se quedó estática, no se movió para nada debido a la impresión.

Finn se obligó a sí mismo a hacer la escena más creíble, y se pegó un poco más a la muchacha, para luego separarse lentamente, esperando que no lo golpee, al menos no tan fuerte.

–Eso, no me lo esperé– susurró Olivia cuando el muchacho se separó ella, aún no salía del estado de impresión que estaba afrontando esos momentos.

Parecía que el supermercado se encontrara en total silencio. Cosa que no era así, ya que había un poco de música y gente caminando y hablando por los pasillos. El rostro de Olivia era todo un poema, se notaba lo confundida que estaba, y como hacía su mejor intento por descifrar y entender lo que acababa de pasar, y porqué había  sucedido.

–No me odies, te juro que todo tiene una explicación, por favor–empezó a balbucear y susurrar el muchacho.–no sabes lo horrible que me estoy sintiendo, perdóname, perdóname, perdóname, perdóname – siguió susurrando mientras tomaba las manos de la chica.– haré lo que tú quieras, sólo  déjame explicarte todo mañana. Por favor.

Para ese momento, los fotógrafos habían obtenido lo que habían deseado,  lo que probablemente sería una gran noticia, e increíblemente los mantendría lejos un buen tiempo. El plan del joven Wolfhard recién había comenzado y ya estaba funcionando.

A partir de ese momento, fue como si un hechizo hubiese ocurrido ya que, aquel hostigamiento, en general paró de un día para otro. Irónicamente, provocó que todos esos problemas, especulaciones, y seguimientos no vuelvan a aparecer, y se esfumen.

Pero por otro lado, también le trajo un problema, esta vez personal. No sabía que también gracias a eso, se enamoraría de verdad por primera vez, y viviría la ilusión más linda y dolorosa de su vida.

Pero ese ya es otro tema, que pronto ya irán sabiendo los lectores de esta historia.

...

Olivia seguía sin reaccionar, y Finn pensó que ese sería el momento dónde recibiría la peor bofetada de su vida, que para él de hecho se la merecía. En cambio, la muchacha, lo único que hizo fue recoger su canasta del piso.

Le dirigió una última mirada bastante confundida a su amigo mientras trataba que las palabras salgan correctamente de su boca.–Está bien–respondió, susurrando en un tono mucho más bajo del normal. Se sentía tan pero tan confundida, que de sus labios no podían salir más palabras.

Se despidió como pudo de él y en un instante, salió del supermercado. Dejando a Finn sintiéndose como la peor persona que pudo haber pisado la tierra. Que por más, de que haya funcionado todo, seguía sintiéndose una mierda, por haber hecho lo que hizo y a quien se lo hizo, para poder beneficiarse el mismo.

Se arrepintió muchísimo, pero tuvo que hacerse a la idea de que ya estaba hecho, que ya no podía tirarse para atrás y que a partir de ese momento, todo su plan, había empezado.

Lo que él nunca supo, fue que a pesar de lo extraña, y confundida que también se estaba sintiendo Olivia, dio todo lo que estaba a su alcance, para analizar lo que acababa de ocurrir y al menos hacer el intento de entender las razones de su amigo, el cual por lo que ella sabía y tenía entendido, siempre hacía las cosas por algo, habiéndolo pensado antes y por razones comprensibles.

...

El día siguiente, fue todo un acontecimiento.  Las fotos del supermercado se esparcieron por absolutamente todos lados. Haciendo que casi todos se enteren de lo ocurrido,  incluso la familia de Finn.

Su madre lo felicitó al igual que su padre y hermano, porque a su parecer Olivia era una chica maravillosa y estaban increíblemente contentos de que "esté" con su hijo. El joven tuvo que seguir su plan al pie de la letra, y hacer lo posible por responder normalmente a las preguntas y felicitaciones de su madre.

𝐏𝐀𝐈𝐍𝐓 | 𝖥𝗂𝗇𝗇 𝖶𝗈𝗅𝖿𝗁𝖺𝗋𝖽 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora