•Abrazo•

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Finn se quedó estático, mientras procesaba lo que le acababan de decir. Daniel lo hizo, fue Daniel.

Recordó sus malos presentimientos, esos que le dieron hace semanas en clase de teatro. Empezó a sentirse más frustrado, porque nunca en su vida habría pensado que el lo haría, por más de lo separados que estaban, de que ya no eran amigos. Se llevó una mano a la frente, para ver si no tenía fiebre y si no se lo estaba alucinando todo.

Daniel Henderson, ese chico que alguna vez fue su amigo, aquel chico que alguna vez consideró una gran persona, y que a pesar de aquel incidente Finn no lo odiaba. Lo había traicionado, y lastimado a propósito, gracias a un sentimiento tan feo como la envidia y el rencor. Había planeado todo tan bien, con la mera intención de hacer daño.

Y lo había logrado, había logrado todo, logró llevar a Finn a la más profunda pena, logró hacer que no compita en ese deporte que tanto le había ayudado a liberarse, logró hacerlo sentir mal, logró hacerle tanto daño pero tanto daño, que ahora Finn debía estar seco de tanto llorar, su cuerpo seguía frágil, su mente seguía dando vueltas de tanto pensar el porqué y aquel temblor en sus manos aún no se iba.

...

Olivia le siguió contando con bastantes sentimientos encontrados, como frustración, rabia e impotencia, que los profesores fueron los que primero se enteraron. Y que no se lo querían decir a nadie, pero unos de los alumnos se enteró, y luego todos, armandose un gran enojo entre todos, mientras Daniel seguía creyendo que aún no lo habían descubierto.

—Daniel estaba riéndose, pero al momento en el que lo encararon, se puso pálido y se asustó. Pero luego como si nada cínicamente empezó a hablar del tema, mintió sobre alguna cosas, diciendo que tú no te merecías estar en el equipo, que eras un tonto, una mala persona—decía Olivia frustrada y con bastante rabia al recordar aquel momento, y suspiró—y pues—hizo una pausa— tal vez ahí hice algo, que tal vez no debía hacer, al menos no cuando el subdirector estaba cerca.

...

Finn vio como Olivia se acomodó el cabello algo nerviosa con la mano derecha mientras le seguía contando, permitiéndole ver que tenía una venda en toda la mano, desde la muñeca hasta los dedos. De inmediato se puso a pensar cosas. Olivia se dio cuenta de que Finn estaba mirando su mano, y se dispuso a contar la otra parte de la historia.

La chica tomó un respiro.

—Verás, hoy estoy aquí a estas horas. Porque ayer en la tarde me suspendieron en la escuela, por una semana—confesó—y a pesar del castigo en mi casa, me dejaron visitarte hoy.

—¿Qué?¿Qué pasó?— el muchacho se sentó mejor en su cama, mientras bastante preocupado seguía viendo la mano vendada de Olivia. Sus ojos le seguían ardiendo, pero la preocupación que empezó a sentir esos momentos empezó a ganar.

—¿Recuerdas la vez que le dije a Daniel que si te hacía algo, yo le iba a romper la cara?—dijo Olivia mientras miraba abajo y Finn recordó el momento y la miró  preocupado.—Pues le rompí la nariz— confesó mientras jugaba con los dedos de su mano sana. Finn se llevó ambas manos a la boca por la sorpresa. Olivia siguió mirando abajo—y cuando estaba dispuesta a romperle el resto de la cara, el subdirector me vio, se armó un problema y me suspendieron.—dijo la chica, aún sin mirar a Finn.

—Olivia, pero—empezó el muchacho, ya que lo que la chica hizo fue peligroso, Daniel no reaccionaba bien, y algo malo pudo haberle pasado a ella. Se puso a pensar en cómo debió haber sido la escena, y mientras Olivia seguía contándole como había sido, imaginaba con cuánta fuerza tuvo que haberlo golpeado para romperle la nariz.

—Lo sé, lo sé. Estuvo mal—dijo Olivia—pero, no pude. Me enojé y de un momento a otro su nariz estaba sangrando y me ardían los nudillos. Perdón, no debí hacerlo—dijo la muchacha mientras recién levantaba la mirada.—Yo—Olivia se trabó en sus palabras—Finn, no sabes como de terribles nos sentimos todos al verte así, y al escuchar a Daniel hablar tan cínicamente de todo lo que había hecho, no sé simplemente no me pude contener y en ese momento lo único que quería hacer era golpearlo, no me medí, no controlé mi enojo—las palabras de Olivia empezaron a salir a borbotones y bastante rápido.—Pero nos importas Finn—dijo, para luego quedarse callada un buen rato—Me importas—dijo.—Y mi corazón no soportaría verte así de nuevo por culpa de alguien que solo actúa por celos, rencor y envidia. Yo no podría, me dolió  y me duele mucho verte así por su culpa, me duele mucho verte sufrir y verte llorar, y yo, yo no, yo no sé —dijo Olivia empezando a perderse en sus propias palabras, mientras trataba de expresar con sus manos lo que quería decir. Pero al parecer no podía hacerlo.

Finn, tomó a la chica y la atrajo hacia él para poder abrazarla, y hasta el momento que lo hizo, no se había dado cuenta de cuánto él como ella necesitaban uno. Envolvió sus brazos al rededor de la chica,  escondió su rostro en el cuello de la muchacha, y sintió como la muchacha correspondió a su abrazo.

...

Finn sintió absolutamente de todo en esos momentos, en serio de todo.

Podía sentir sus ojos todavía hinchados y todavía ardiendo, podía sentir el pequeño temblor en sus manos, podía sentir su propia respiración, podía sentir la de ella. Se dio cuenta de cuánto necesitaba un abrazo, pero no cualquier abrazo, sino el de ella.

Pudo sentir como cada parte de él, y de su alma volvía a armarse, a reconstruirse, pero al mismo tiempo sentía su cuerpo derrumbándose, desplomándose pero siendo sostenido, sostenido por ella. Sintió que los brazos de Olivia eran su lugar seguro, ese lugar al que acudía y corría cada que sentía su alma desfallecer.

...

Sentía la cercanía de la muchacha, y como esta acariciaba su espalda en medio del abrazo, a forma de apoyo y consuelo.

Y Finn no pudo creer que eso fue todo lo que necesito, para sentir como sanaba por dentro, como la tristeza de su corazón se empezaba a ir, como parecía que de un momento a otro, un hechizo encantador, mágico y duradero había entrado para hacer desaparecer lo mal que se había estado sintiendo.

No supo cuánto tiempo estuvieron así, ambos sentados en la cama, Finn cubierto  todavía hasta la cintura con las mantas, con Olivia abrazandolo y sosteniéndolo al mismo tiempo, con el aferrándose a ella y sintiendo su cuerpo desvanecerse y buscar refugio en los brazos de la chica.

Hubo silencio, uno súper largo, pero no era incómodo. En el cual el tiempo seguía pareciendo haber parado, aún sin intenciones para ambos de separarse—Olivia—habló bastante bajo, y con aún la cabeza escondida en el cuellos de la muchacha, la muchacha lo estaba escuchando y como si fuese un niño, pidió algo desde lo más profundo en su corazón, aún en aquel abrazo—¿Te puedes quedar un rato más?

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Jsjajsja
Holiii
Bueno, no se que poner en esta nota xd

Gracias por leerr
Atte. Dani


𝐏𝐀𝐈𝐍𝐓 | 𝖥𝗂𝗇𝗇 𝖶𝗈𝗅𝖿𝗁𝖺𝗋𝖽 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora