•Regreso•

1.5K 216 171
                                    

El profesor no lo descubrió felizmente, y las horas de Geografía se pasaron rápido.

El resto del día, Finn estuvo como en otro mundo, ya había guardado su teléfono, y dejado de escuchar la canción, cuyo significado se había quedado en su mente, haciendo acelerar su corazón cada que se imaginaba el momento en el que Olivia se la dedicó.

Estuvo como baboso todo el día, con el cerebro en otra parte, riéndose de todo, sin prestar atención a nada, con ganas de bailar o celebrar. Se le escapaban suspiros de vez en cuando, y hasta se encontró a sí mismo dibujando corazoncitos en una esquina de su cuaderno de historia, haciendo que Austin se burle tremendamente de él.

Pero no le importó, no le importó en lo absoluto, estaba tan inexplicablemente feliz que no podía salir del estado en el que estaba. Un leve sonrojo lo siguió acompañando durante absolutamente todo el día, y una risa tonta y suspiros esperanzados se le escapaban a la hora del almuerzo mientras su mente no paraba de pensar en la canción y en Olivia.

...

Todos en la mesa, se preguntaron porque Finn estaba más tonto de lo normal, Finn les contó que descubrió el significado de la canción, y ahí todos volvieron a cantar el "Finn y Olivia sentados en un árbol, se besan, se besan"

Finn se imaginó la escena, y se puso más bobo todavía, mientras sentía su rostro sonrojarse por enésima vez en aquel día.

...

Incluso cuando llegó a su casa, todos estaban como qué "¿Y a este que le pasó?", Finn estaba como en otro planeta, sonriendo de todo con una risa bastante boba, mientras parecía estar posiblemente en el mejor día de su vida. Su madre estaba feliz de verlo así, pero confundida porque nunca lo había visto así.

A manera de esperar que la cena esté lista, porque ese día le tocaba cocinar a Nick, volvió a tirarse a su cama de un salto, quedando boca arriba y mirando al techo, mientras abrazaba una almohada.

Y entonces, se dio cuenta que las mejillas le dolían de tanto sonreír, mientras ya resignado todo su cuerpo terminaba de aceptar la verdad.

Le gustaba Olivia, y le gustaba mucho.

Sabía que era un gusto solamente, y que era totalmente diferente a estar enamorado. No estaba enamorado, de eso estaba seguro, pero de lo que también estaba tan seguro, era de que no estaba muy lejos de estarlo.

...

Una parte de él lo sacudía y le mandaba quinientas bofetadas diciéndole que no le podía gustar Olivia, que piense, que no se deje llevar, que era imposible. Su relación era falsa, si Finn le confesaba su gusto, primero había un buen porcentaje de que todo el plan se vaya a la mierda y otro buen porcentaje era que su amistad con ella se vayan al mismo lugar.

No importó cuantas veces su cerebro lo quiso hacer reaccionar. Su corazón le ganó, mientras este se llenaba de ilusiones, esperanzas, y cada vez más y más cosas bonitas.

Tenía que hablar con ella, en serio tenía que hacerlo, sus esperanzas de que ella sienta lo mismo hacían que esté incluso cerca a rezar mientras abrazaba todavía a la almohada.

Pero quería decírselo en persona, porque necesitaba hacerlo. Su cerebro siguió intentando hacerlo reaccionar, una y otra vez, tratando de convencerlo de que no podía hacerlo, que si le confesara eso, todo empezaría a tornarse extraño, que es mejor dejarlo así, que se está apresurado mucho, que por el amor de Dios piense en las consecuencias que eso le traería al plan.

Su corazón ganó mientras ignoraba absolutamente todo lo que su cerebro pensaba, mientras sus ilusiones y su sonrisa cada vez se hacían más fuertes, y parecían ya no caber en su delgado cuerpo.

𝐏𝐀𝐈𝐍𝐓 | 𝖥𝗂𝗇𝗇 𝖶𝗈𝗅𝖿𝗁𝖺𝗋𝖽 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora