Capítulo 6

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que no lo viera nunca como el aprovechado que era?

El autodesprecio me invade por enésima vez. Es como la reposición de una mala serie de televisión que no puedo evitar ver. Me tragué sus promesas. Creí que íbamos a reconstruir el imperio de mi familia. Creí haber encontrado un compañero. Yo fui la idiota que sugirió que nos fugáramos, porque estaba convencidísima de que era el hombre de mi vida. No tardé mucho en darme cuenta de que era un capullo oportunista que me ponía los cuernos desde antes de casarnos y que empezó a sacar dinero de la cuenta bancaria de la destilería tan pronto como tuvo acceso. Golpeo con las palmas de las manos la sólida puerta de roble que tengo detrás.

-Joder, mario. Joder.

Tomo una honda bocanada de aire, abro los ojos y enderezo la espalda. Se acabaron las lágrimas. Acabo de pasar tres meses lidiando con las desastrosas consecuencias de su muerte, un mes más del tiempo que estuvimos casados, y justo cuando pensaba que pisaba de nuevo en firme... Aparece daniela Calle .
Miro de reojo el documento que descansa en mi mesa. La mesa que mi bisabuelo mandó traer de Irlanda y a la que se sentó para firmar el primer contrato de alquiler para la Destilería Garzón Guzmán .
Tenía siete hijos, y el optimismo de todos ellos para pensar que acabarían dominando el mercado del whisky era innegable. Creí que por fin había demostrado mi valía para sentarme a esa mesa el día que mi padre accedió a venderme sus acciones.

Sempiterno < CACHÉ G!P >Donde viven las historias. Descúbrelo ahora