—Solo tengo cien mil disponibles. Mis amistades pueden prestarme doscientos mil más, tal vez doscientos cincuenta mil, pero no puedo reunir medio millón en una semana.Parpadeo un par de veces y miro a mi mejor amiga hasta que caigo en la cuenta de que está hablando de prestarme dinero.
—No he venido para eso. No puedo aceptar…
—Claro que no has venido con la mano extendida, porque tú no eres de esas. Pero te lo daría si pudiera. Tu pescuezo no es el único que está en peligro, cariño. Si fallas, los demás vamos detrás de ti.
Ayer por la mañana, me desperté como todos los días: decidida a conquistar el mundo del whisky y a convertir Garzón Guzmán en la marca famosa que hasta ahora no ha sido. Hoy me pregunto si dentro de una semana seguiré con vida. Y todo por culpa de Daniela calle. No, todo por culpa de mario.
—Ya le he dicho que no tengo esa cantidad de dinero. Ya lo sabe. - Laura asiente con la cabeza y se muerde el labio inferior.
—No me sorprende en absoluto. Esa mujer sabe todo lo que se buede en la ciudad. Lo que sí me sorprende es que esté dispuesto a cobrarse una deuda de medio millón en carne.
Su crudo lenguaje me hace dar un respingo, pero si algo he respetado siempre de laura es su costumbre de llamar al pan, pan y al vino, vino.
—He oído que acepta terrenos, casas, yates, caballos de carreras y coches, pero nunca había oído que aceptara una mujer. Esto no es normal en élla.Los engranajes de mi cerebro giran despacio, como si estuvieran oxidados por la sobrecarga de información.
—¿Por qué se desvía del patrón?
-Laura ladea la cabeza y examina el desastre que debo de presentar a la vista.—¿Te has mirado en el espejo últimamente? Entre vomitera y vomitera, me refiero. Pongo los ojos en blanco.
—poché, estás como un tren. Podría concertarte citas todos los días de la semana y turnos dobles los fines de semana.
—Sé que lo dices como un halago, pero…
—No hay peros que valgan. Tienes buenas tetas, un buen culo y esa preciosa melena castaña con un mochon blanco que hace que los hombres y mujeres piensen que van a encontrarse con una hoguera cuando te tengan debajo. Y mejor no decir nada de tus ojos. Llevas colgada la etiqueta de «intocable». Y, lo mejor de todo, es que ni siquiera eres consciente de esa realidad.
—Es evidente que mario no pensaba igual.
—Ni siquiera sé por qué he dicho eso. El recordatorio de que mi marido me ponía los cuernos se hace más doloroso a medida que pasa el tiempo.—mario solo fue un peón asqueroso que no te mereció nunca. Y, ahora mismo, tienes que dejar de preocuparte por él y empezar a preocuparte por Daniela calle .
Me llevo una mano a la nariz para pellizcarme el puente.
—No sé ni por dónde empezar. Laura ladea una cadera.—Me da en la nariz que élla va a llevar el mando, así que da igual lo que hagas. En realidad, a lo mejor esa es tu salvación. Según tengo entendido, las otras eran todas calladitas y sumisas…
Me echo hacia atrás, espantada.
—Yo no soy así.
-Laura levanta una mano.—No me digas. A lo mejor es eso. Tienes un temperamento y un carácter a juego con ese culo respingón, así que tal vez debas usarlo.
No me gusta lo que está insinuando, y tanto es así que se me forma un nudo en las entrañas.
—No te entiendo. En absoluto.
—Nadie desafía a Daniela calle. Nadie le planta cara. Pero tú tienes algo que le ha llamado la atención. Me lo dice el instinto. Así que tienes que usarlo. Saca tu carácter. No permitas que te avasalle.
—Y añade en voz más baja
—: poché, no dejes que te destruya. Aférrate al orgullo y no lo abandones nunca. Porque de esa manera, no sabrá cómo lidiar contigo.La idea de que Daniela calle tenga que lidiar conmigo me revuelve el estómago.
—¿De verdad que no hay otra alternativa? Ningún otro cliente…
—Me resulta increíble plantear siquiera esa opción. - Laura acaba con la poca esperanza que me queda al negar con la cabeza.—Estás marcada. Daniela calle es tu dueña, aunque no te haya tocado todavía. Nadie más se acercará a ti, porque todo el mundo aprecia sus extremidades.
—Me ha dado una semana. Tengo que encontrar otra alternativa.
—Esa es la parte que he estado intentando comprender. Cuando una deuda con Daniela calle vence… vence. Punto.
—¿Y si lo denuncio a la policía? ¿Harán algo? Laura pone los ojos en blanco, como si estuviera suplicándole paciencia a la divinidad.
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Sempiterno < CACHÉ G!P >
ФанфикEsto durará siempre y que no tendrá fin. Espero que te guste y disfrutalo.