He necesitado hacer una llamada discreta, y lo que he descubierto no es nada bueno.
Cojo el vaso de whisky y me bebo de un trago el licor que, en cualquier otro momento, habría saboreado a sorbitos, percibiendo los distintos matices a medida que llegaban a mis papilas gustativas.
Hoy no. Hoy necesito que me infunda valor para enfrentarme a lo que sea que va a salir de boca de laura.
Apoya los codos en la encimera y acaricia el borde del vaso con la uña, cuya punta lleva pintada con brillantina.—Con Daniela calle no se tontea.
—¡No lo he hecho! —Parece que estoy al borde de un ataque de nervios y, la verdad, así es.
—No pasa nada en la ciudad sin que ella le dé el visto bueno. Es como un conducto por el que debe pasar todo. Alcohol. Drogas. Putas. Estafas. Juego. No tengo la menor idea de cómo ha concentrado semejante poder, pero lo ha hecho, y lo ejerce con puño de hierro. —Me mira—. Ahora te tiene en sus garras.
—¿Alcohol? Nosotros nunca le hemos pagado.
—¿Estás segura?
—Lo habría sabido. Mi padre nunca me ha mencionado… laura ladea la cabeza hacia un lado y luego hacia el otro.
—Dudo mucho que lo hiciera. Joder, a lo mejor él sigue pagándole, dado que te hiciste con el control para mantenerlo lejos de ti. Pero ya da igual. Le debes dinero y ten por seguro que va a cobrarlo.
No me imagino a mi padre pagando a Daniela calle de forma regular y no tengo ni idea de cómo podría sacar el tema para preguntárselo. Las implicaciones me golpean como un puñetazo y veo cómo me quedo blanca en el espejo que laura tiene a su espalda.
—Ni siquiera sé qué hizo mario con el dinero. Vamos, es que ni sabía que lo había pedido prestado. Laura aparta la vista.
—¿Qué pasa? ¿Qué me estás ocultando?
—poché, sabes que te quiero, pero hay cosas que es mejor que no sepas.
No me sorprende que laura intente protegerme en la medida de lo posible, pero ahora mismo necesito respuestas. Tomo una honda bocanada de aire y la suelto despacio, como si me estuviera preparando para algo doloroso. Como supongo que va a ser.
—Dime de qué te has enterado. Habla por fin, después de unos segundos, y dice con voz neutra:
—Se rumorea que parte del dinero fue para saldar la deuda con un usurero bastante furioso, que es como pedirle prestado al demonio para pagarle a uno de sus servidores. Un poco fue para su carísimo problema nasal y el resto para la zorra que se estaba tirando, porque le dijo que estaba embarazada. Pero eso solo son rumores y tal.
Se supone que las rodillas tienen que sostenerme, pero me flaquean. Intento agarrarme a la encimera, pero me escurro y acabo sentada de culo en el suelo. El vaso de cristal se hace añicos contra el mármol cuando me caigo.
—¡poché! —laura corre hacia mí con los brazos extendidos. Extiendo ambos brazos.
—No. De verdad. No.
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Sempiterno < CACHÉ G!P >
ФанфикEsto durará siempre y que no tendrá fin. Espero que te guste y disfrutalo.