—¿Qué? —pregunto, aterrada al escucharla pronunciar eso en voz baja.—Estoy pensando. —laura levanta una mano.
—¿Ha hecho esto antes? ¿Hay libro de instrucciones para esto? Menea la cabeza.
—No, me refiero a que ha tenido muchísimas amantes. Normalmente, busca que sean de fuera.
—¿Y?
—Y desaparecen después de unos meses. Como si jamás hubieran existido, vamos. Recuerdo a Richelle LaFleur, la chica que conocíamos de la iglesia y de la que nadie sabe nada desde que empezó a correr el rumor de que se convirtió en su amante. Por lo que tengo entendido, la policía lo considera un caso sin resolver.
Se me acelera la respiración otra vez. Da igual hacia dónde mire, el único final aparente para mí es la muerte. Laura me observa con atención, como si estuviera observando cada uno de mis rasgos por primera vez.
—Después de ese follón con Richelle, no ha vuelto a estar con una mujer de por aquí cerca.
—¿Por qué se desvía ahora de sus costumbres? ¿Por qué yo? —Mis preguntas parecen tan frenéticas como lo está mi cerebro. Laura niega con la cabeza.
—A saber. —Su respuesta no consigue tranquilizarme en absoluto. Se aleja de mí para acercarse a la encimera y coger el móvil.
—Tengo que hacer una llamada.
Me deja en el sofá y sale de la estancia. Doblo las rodillas y me abrazo las piernas mientras repaso mis opciones. Encuentro medio millón de dólares por arte de magia. Me prostituyo para una mujer que ha asesinado o ha mandado asesinar a otras personas, y cuyas compañeras de cama desaparecen una vez que acaba con ellas. O me preparo para morir entre terribles sufrimientos, y asumo que mis amigos y mi familia también van a morir. Todo por culpa de mario.
¿Cómo pude ser tan tonta? Nos conocimos online, durante mi primera incursión en el mundo de las citas por Internet. Éramos tan compatibles que parecía ridículo. Nuestra primera cita fue un sueño hecho realidad. El ambiente no podía ser más relajado, tal como siempre he pensado que debía ser el amor verdadero.
¿Y la atracción? Saltaban chispas. Al menos, al principio.
Fui yo quien propuso que nos fugáramos y él me dijo que era la idea más romántica que había oído en la vida. Así que lo hicimos.
«Era un experimentado estafador». Pensé que le interesaba tanto la destilería porque era mi pasión y, después de la boda, incluso quiso involucrarse en el negocio. Íbamos a ser un equipo imparable, y eso me emocionaba. Hasta que lo vi con la otra. De repente, descubrí el motivo del escaso interés que demostraba por el sexo. Estaba demasiado ocupado tirándose a otra como para follar conmigo. Y, entonces, llegó el momento de enfrentarse a los hechos. Mario Ruiz me había estafado. Nunca quiso formar parte de un equipo. Solo quería usar la destilería como aval para pedirle un préstamo de medio millón de dólares a una mujer más espeluznante que el peor villano que haya creado Hollywood.No dejo de imaginarme a una mujer bailando descalza sobre cristales hasta que no pudo soportar más el dolor y acabó cortándose las venas. «Es una sin alma ». Me abrazo con más fuerza las piernas.
Laura regresa al cabo de un momento.
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Sempiterno < CACHÉ G!P >
FanfictionEsto durará siempre y que no tendrá fin. Espero que te guste y disfrutalo.