Capítulo treinta.

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Narra Anne:

Los pensamientos me acribillaban la mente, me sentía verdaderamente mal y se le sumaba que el sueño no quería volver a mi cuerpo, pegué vueltas en la cama sin saber qué hacer. Tomé mi celular para fijarme si había algo nuevo ya que hace días no le echaba un vistazo.

Las notificaciones eran miles... algunos mensajes de Nataly, de mi prima que no la veía hace años, uno de Liam, uno de Steve... espera, ¿Liam? Los dedos no me alcanzaban para abrir la aplicación de los mensajes, una vez que logré entrar pude leer un 'Te extraño' de su parte. Los ojos se me llenaron de lágrimas, no podía ser que después de meses se digne a contactarme, el corazón me latía con fuerza al no saber que hacer, sumándole que mis manos parecían gelatina tanto que temblaban.

Marqué su número para llamarlo, ya no me importaba que sean las 4am, quería escuchar su voz, que me diga bebé, princesa, que me diga lo que hizo, lo que no. En la primera llamada sonó el contestador, pero mis caprichos no aguantaron y volví a marcar; luego de unos minutos una voz ronca se escuchó detrás del móvil, joder.

-L-Liam...-Sollocé.

-Ann... ¿eres tú? -Maldita sea, ¿cómo no me había conocido si me tenía agendada? No importó, mis sollozos se escuchaban a través de la llamada.- Oye... princesa, cálmate, estoy aquí.

-Joder Liam, te he extrañado todo estos días.- Hablé, sin embargo mi cabeza no quitaba la idea de que él no se había preocupado ni por un minuto de mi, ni en la semana que me contó que se iba a tomar las vacaciones, ni cuando tenia los días que no trabajaba o los que no hacía horas extras, lo cual hizo que mi llanto aumentara.

-Yo también te extrañé amor, ¿dónde estás? ¿Por qué me llamas a esta hora?- preguntó, su voz sonaba triste, verdaderamente me extrañaba, sin embargo un sonido proveniente de su parte me sobresaltó.

-Bien... estoy bien, me hice nuevos amigos y... ¿hay alguien contigo?- pregunté al volver a escuchar el mismo sonido, como que alguien caminaba detrás.

-Me alegro... eh... yo estoy s-solo... sí, estoy solo.- Tartamudeó, su voz se quebraba lo cual hizo que la desconfianza crezca en mi, claramente no estaba solo, era tan predecible.

-Quiero verte, Liam.- Confesé. Todo de mi lo extrañaba, aunque ya mis sentimientos hacia él sean completamente diferentes.

-Me vas a ver pronto Ann... muy pronto, creeme.- Se escuchó como alguien tosio detrás de él. Estaba por despedirme ya que la idea de que me este engañando torturaba mi cabeza, pero me ganó de ante mano.- Me tengo que ir Ann... te llamaré lo antes posible.

-Espera...-Lo corté.- Sé que no vas a llamar ni quiero que lo hagas, Liam.

-¿Qué? Pero si hace un momento...- Habló.

-Hace un momento pensé que no eras capaz de engañarme, pero lamentablemente me confundí.- Sin dejar que diga una palabra más, corté la llamada.

Sequé las lagrimas que habían salido de mis ojos, pero ya no dolía como antes, me he pasado tantas noches llorando por una llamada, un mensaje, una señal de vida de él, que ya me había quedado sin ganas de dedicarle una llorada más. Estuvo tan ocupado con otra en mi propia cama como para ocuparse de mí, y eso no me merecía. A él no lo habían obligado a firmar contrato, él no tenía un porqué y si lo hizo fue porque quiso.

Me di vuelta y tomé al almohadón en donde anteriormente Harry estaba apoyado y lo abracé. Tenía su aroma, su perfume, él. Mi mente se nubló al pensar en sus ojos... sus tatuajes.... Sus labios, y que él también ahora se encontraba con otra persona, sin embargo, no podía salir de mi cabeza.

▪︎Esclava sexual▪︎✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora