Capítulo treinta y cuatro.

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Liam.

De repente todo mi mundo se vino abajo, solté la plata que llevaba en mis manos para proceder a taparme la boca, por un momento sentí que me iba a desmayar, aunque no lo hice, pero estoy segura que mis piernas flaquearon.

Mis ojos se llenaron de lagrimas, no sabía cómo actuar frente de él... ¿lo abrazo? ¿Lo saludo? ¿Lo beso? ¿Es mi novio todavía? ¿Cómo me encontró? Miles de preguntas llenaron mi mente en menos de dos segundos, aunque para mí el tiempo se estaba haciendo eterno.

-Anne...-Mi nombre salió de sus labios después de cinco meses sin verlo.

-L-Liam...-Mi voz se entrecortaba a causa del nerviosismo.

Sin más Liam me hizo abrirle paso para que pueda pasar, me extrañó totalmente que no mirara la casa, que no le haya llamado la atención, y ni tampoco se perdió para llegar al living principal, es decir, no por nada, pero la mansión era enorme y no era usual en donde acostumbrábamos a vivir.

Caminé detrás de él sin saber qué hacer ¿acaso debería invitarlo a tomar algo? No lo sabía.

-Vives bien aquí ¿eh?- Preguntó mientras sonreía. ¿Por qué estaba contento? Asentí y por un momento agradecí a que los chicos no se encontraban aquí, aunque la remera de los rolling Stone de Harry que llevaba puesta capaz era un poco delatadora.

Asentí hacía su pregunta mientras veía como se sentaba en el sillón.

-Yo también lo hacía...-¿qué? ¿Hacer qué?

-Hacer...- dije en tono de pregunta, para ser la segunda palabra que hablaba delante de él era bastante bien.

-Vivir bien aquí...- fruncí el ceño porque no entendía nada de lo que estaba pasando, sin embargo no pude contestar.

La puerta abriéndose con la llave hizo que mis cachetes se tornaran rojos del nerviosismo, dentro mío estaba deseando que sea Glenda que se haya olvidado algo aunque era totalmente imposible, y no ellos...

Me volteé al mismo tiempo que Liam miró hacia la puerta, y claramente Glenda no se había olvidado nada... eran ellos.

La cara de Louis, el cual venia delante de todos, se transformó, la sonrisa que llevaba Niall detrás de él se volvió una fina línea en su cara, Harry, que era quien traía –lo que supongo que era comida – en sus manos, apretó hasta que los nudillos se pusieran rojos, y a Zayn directamente no lo pude llegar a ver ya que se posicionó frente a Liam en menos de un segundo.

Yo lo puedo estar contando en forma de secuencia porque en mi mente todo iba lento, realmente no entendía lo que estaba pasando, pero el realidad todo fue muy rápido.

-¿Qué te dije de pisar esta casa, Liam?- Habló Harry. ¿Cómo lo conocía?

-Vengo en son de paz, amigo.- Contestó Liam todo calmado, ¿amigo?

Harry bufó y soltó las bolsas a un costado echándolas en el piso, sus ojos estaban de color negro, los cuales podrían reflejar el enojo y la angustia que llevaba dentro, realmente tenía muchas emociones al verlo, y no sabía por qué.

Yo me dediqué a estar tan solo a un lado, sin moverme, sin hablar, mis ojos se revoleaban mirando la secuencia mientras mis brazos estaban cruzados intentando calmar el nerviosismo que llevaba mi cuerpo.

-Lo de amigo lo hubieses pensado hace tres años atrás, Liam, cuando aquí mismo fue el último lugar que pisaste, ahí tendrías que haber pensado que eras mi amigo.- Las manos de Harry seguían en un puño, las venas se notaban mucho más de lo que solían en su brazo.

-Nunca tuvimos la oportunidad de hablar, Harry... yo...- Liam también se veía angustiado, podía ver como las lagrimas asomaban por sus ojos, estaba arrepentido... y vaya a saber de qué.

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