Epílogo.

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Narra Anne:

Me encantaría decir y poder afirmar que pude con la valentía para irme de allí y olvidar a Harry para siempre, pero no.

En el mismo momento que el vuelo iba a salir, el dolor en mi panza fue tal que me tuvieron que llevar de urgencias para el hospital que se encontraba más cercano, por lo tanto, lo perdí.

Ya han pasado dos meses que no vi a Harry, ni a los chicos, tampoco tuve contacto con ninguno de ellos, aunque sé que mi casilla de mensajes debe estar repleta de mensajes preguntando si he llegado, los cuales no puedo responder ya que mi móvil se perdió el día del vuelo.

Por si se preguntan, sí, me he quedado en Londres todo este tiempo, y lo he estado pagando con la ayuda de Steve, que se quedó conmigo en cada momento desde aquel día, y no puedo estar más agradecida por ellos.

Ahora estoy en el departamento, ya es invierno aquí, por lo tanto, las calles estaban decoradas con la blanca nieve que no quiere dejarte salir de casa ni para tomar aire, ya que te congelas. Las piernas me duelen ya que salí a hacer las compras, y la espalda ya no me daba para más.

En el momento que decidí levantarme para prepararme un refresco escucho que tocan el timbre de mi puerta.

No voy a negar que se me ha cruzado miles de veces que en algunos de esos momentos en donde el timbre suena sea Harry el que este parado detrás de esta, pero la esperanza se me esfumaba rápidamente cuando mi memoria recuerda que le dije a Steve que no les cuente a los chicos donde me encontraban, aunque falte poco para que se vuelvan a enterar que sigo aquí, y la razón la voy a saber hoy.

-Hola, Ann. ¿Estas lista? - Preguntó Steve una vez que abrí la puerta.

- ¿Lista? - Pregunté.

-Sí, tienes la cita a la doctora hoy, ¿te acuerdas? - Habla mi amigo.- Vamos, prepárate rápido que se te hace tarde, te espero abajo.- Habló depositando un beso en mi frente y en menos de un segundo desapareció por las escaleras.

-Joder, joder, joder, ¿cómo se me pudo haber olvidado? - Preparé mi bolso rápidamente y me coloqué unos jeans sin sacarme el sweater que tenía puesto ya que era el más calentito que había traído aquí.

Bajé las escaleras y una vez afuera me subí al auto de Steve.

-Te tengo una sorpresa. - Me comentó una vez que arrancó el auto.

-Oh ¿sí? ¿Qué es? - Hoy se podría decir que no estaba con los ánimos suficientes como para que algo me alegrara el día.

Estuve pensando en Harry desde que me levanté hasta este preciso momento, y haga lo que haga no me lo podía sacar de la cabeza. El saber si me fue a buscar, el saber cuál fue su reacción al leer la nota... si es que la ha leído... si lo que sintió por mí se apagó.

-Ey mira. - Habla Steve.- Estas distraída hoy, eh.- Se rio.

Miré su mano la cual estaba sosteniendo el celular, ¡Mi celular! O es el mismo que el que tenía anteriormente.

- ¡Steve! ¿Es el mío? - Pregunté exasperada, lo agarré prendiéndolo rápidamente.

Él asintió, me tiré a abrazarlo, joder, esto sí me alegró el día, al fin conseguí mi celular, no me importaba cómo, pero al fin lo había recuperado.

Narra Harry:

Los días sin Anne se hicieron cada vez más largos y difíciles, era complicado mantener mis pensamientos alejados cuando cara rincón de la casa me recordaba a ella, cuando los chicos directamente me recordaban a ella.

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