Capítulo treinta y siete.

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Louis se fue a dar una ducha mientras yo fui a prepararme para ir con Liam, faltaban casi diez minutos para que se haga la hora y a mi ya me dolía el estómago de los nervios. Hacía tiempo que no lo veía quitándole lo que pasó ayer, esta vez íbamos a hablar tranquilos, y sinceramente necesitaba resolver uno de tantos problemas que ahora ocupaban mi mente.

Toqué la puerta de Louis avisándole que me iba y que me espere para las 8 p.m. que íbamos a ir a salir a cenar juntos, me emocionaba la idea de que la gente me vea con él, cenando, bien tranquilos, iba a pasar una noche hermosa y eso le quitaba un poco de peso a lo que iba a hacer ahora.

Tomé el auto, ya que Steve estuvo de acuerdo con que vaya sola al lugar, no hace falta decir que los chicos no estaban enterados que me iba a ver con Liam sin nadie detrás, pero no tenían porqué saber, un poco de privacidad necesitaba tener.

Llegué al lugar, y aunque faltaran cinco minutos para la hora que habíamos acordado, Liam estaba allí, sentado de espaldas a la calle de donde estaba yo. Mis ojos se llenaron de tristeza al pensar que me engañó en lo que fue de su vida todo este tiempo, por dentro, estaba llorando a mares, pero no podía demostrarle eso, aunque dudo poder contenerlo este tiempo que vamos a pasar.

Bajé del auto con mis tacos pequeños, tenía puesto una falda negra apegada con un sweater gris ya que estaba medio fresco; me acerqué a él, aunque parecía que nunca iba a llegar, toqué su hombro indicándole que había llegado. Liam se dio vuelta y me sonrió; podía asegurar que mis ojos brillaban en ese momento, ese es el Liam que me había enamorado, con esa sonrisa, con esos ojos que irradiaban confianza, él, él había sido el amor de mi vida, y ya no lo era.

-Hola... Ann. – Su voz notaba nerviosismo. - Acabo de pedir así que llegaste justo.

-Soy puntual, como siempre. – Contesté, intentaba hacerme la firme, aunque por dentro podía jurar que estaba por derrumbarme. Él sabe que siempre llegué temprano a todas nuestras primeras citas.

Me senté en frente de él, estaba nerviosa así que mi pierna no terminaba de temblar en ese tic que siempre me agarra, suspiré esperando que traigan lo que habían traído así podía iniciar la conversación y finalmente largarme de aquí. Sin embargo, habían pasado ya cinco minutos y recién ahí el mozo se dignó a servir los cafés que había pedido. Una vez que los apoyó en la mesa y le agradecimos, se fue y la mirada de Liam y yo chocaron.

-Bueno... - Habló Liam. – Creo que es mi turno de hablar.

- Siempre lo fue, me debes explicaciones. – Mi voz sonaba mas decidida que nunca, tragué duro esperando su discurso de arrepentimiento.

-Primero que nada, quiero decirte que nunca dejé de amarte de la manera en que lo hago, sé que lo que te voy a contar a te va a hacer dudar de eso, pero quiero decirte que no fue así...- Asentí e intenté agarrar la taza de café como podía ya que mis manos sudaban y mi corazón iba a mil.

- Yo... yo fui parte de One Direction antes de conocerte. – Asentí. Tarde Liam, ya me había enterado de eso. – Me fui ya que Harry y yo tuvimos un gran inconveniente.

-Ashley. – Dije.

-E...exacto. – Frunció el ceño y miró hacia la taza, tomó un sorbo para continuar. – Bueno, me mudé para Seattle y le pagué a cada uno de la prensa durante mas o menos la mitad del año que pasé allá para que la información que se de en las noticias de mi y Ashley sean prácticamente nulas, sin embargo, no pude evitar que salgan noticias sobre la pelea con Harry y el porqué salí de la banda. – Asentí nuevamente para que continuara mientras tomaba mi café, estaba demasiado caliente pero no quería estar sin nada en las manos porque sabia que iban a empezar a temblar y no quería que Liam notara mi nerviosismo.

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