Capítulo veintiocho.

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-Lo sé, no es sorpresa.- Sus palabras cayeron como agua fría. Bajé la mirada para que no vea que me sentía mal. Por cierto punto, esas palabras me dolieron, no esperaba que me lo tire así como si nada.

-Déjame terminar, maldita sea.- Se acercó hacia la cama en el lugar donde estaba yo.- La cosa entre nosotros no va a cambiar aquí dentro, yo voy a poder seguir haciendo lo que quiera, así como tú debes cumplir, y sabes perfectamente que la palabra 'no' no entra en mi jodido diccionario.

Me quedé callada ya que no sabía que contestar, las palabras que tenía en la cabeza así como las ganas de gritárselas de pronto se callaron, lo único que hice fue asentir con la cabeza mientras lo miraba desorbitada. Este Harry me encantaba, posesivo y dominante, joder.

Tomó la parte de mi nuca con sus enormes manos atrayéndome hacia él bruscamente.

-¿Entendiste?-preguntó. Sus labios chocaban con los míos, haciendo que la piel se me ponga de gallina.

-S-sí...-Musité, mi voz temblaba. Él ya sabía que tenía el completo control sobre mi aunque lo quisiéramos negar.

-Demuéstralo.-Capturó mi labio entre sus dientes mientras su otra mano apretaba desde mi cintura hacia su cuerpo, él podía sentir mis pechos en el suyo, mientras que mi abdomen podía sentir como su miembro iba creciendo lentamente.- Eres mía pase lo que pase Anne.-Susurró.

Sin pensarlo lo besé con brusquedad y hambrienta por él, mi cuerpo reclamaba cada parte de su piel, y ya no lo podía contener. Harry respondió sentándome en la cama sin soltar mis labios. Se sacó la camisa que tenía puesta con desesperación.

Me tiré en la cama pudiendo admirar su cuerpo, mordí mi labio al ver aquellos tatuajes tan detallados y sus abdominales, este hombre no daba más de caliente, tanto que revolvía todos mis sentidos.

Harry se tiró encima mío y nos comenzamos a besar con la misma desesperación como si no nos hubiésemos visto de hace años, me mordía los labios como si fueran trozos de carne, me estaba dejando llevar por su locura, y vaya que me encantaba.

-Quiero que te pongas en una posición especial esta noche.-Susurró con voz pausada en mi oído. Mis pezones duros chocaban con la tela del pijama que aun tenia puesto pero Harry no dudó en quitarlo en cuestión de segundos seguidos de esa frase.

Atrapó uno con sus labios mientras yo gemí desesperadamente, él tenía la facilidad de hacer que nunca me sacie, y eso me volvía loca. Sin darme cuenta él se fue bajando nuevamente de la cama para darme vuelta colocándome boca abajo.

-Ponte como perrito.-Rió.-Suena raro decirlo pero así es como te quiero.-Pegó fuertemente en una de mis nalgas, en las que seguramente dejó una marca.

Le hice caso a su petición, seguido de eso pude sentir como sus manos bajaban desde mi espalda hasta mi trasero, seguido de sus besos en mi columna, cada beso era corto, húmedo y jodidamente caliente. Pasó la punta de su lengua en el camino que había dejado, logrando que jadeara por eso.

Pude sentir como sus rodillas se ponían encima del colchón, para luego colocar sus manos en mi abdomen recostándose en mi espalda, maldita sea, podía sentir como él ya no tenía nada puesto ya que su miembro chocaba entre mis piernas, joder Harry.

-Haremos una nueva posición, te sostendré con tu espalda pegada a mi pecho, te agarrarás de mi cuello y me dejarás lo demás.-Dijo en mi oído.

Agarró mis bragas rompiéndolas de un solo tirón, haciendo que de mi boca salga un gruñido de queja, pero en esta instancia ya no me importaba nada.

Nos apoyamos levantándonos juntos mientras las manos de Harry seguían en mi abdomen y en mis pechos, rodeé mis brazos alrededor de su cuello al igual que mis piernas cada una al lado de las suyas.

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