Capítulo 12

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Jerry y yo entramos en la habitación y cerramos la puerta. Entretanto, Axel había obligado a Kevin a sentarse en una silla.

- ¡¿Hay más?! - preguntó Jerry.

- No lo sé. - respondí - Vigila la puerta.

Él obedeció y se arrimó a ella, listo para seguir luchando.

Miré a Kevin: había engordado un poco y se había dejado barba, pero seguía teniendo aquella cara de crío. Estaba en bata y zapatillas, y aunque procuraba permanecer firme y entero, se notaba que estaba asustado.

- ¿¡Dónde está el dinero!? - le gritó Axel.

Kevin no respondió, así que este le dio un golpe con la culata de su pistola. Le hizo daño, pero Kevin no dijo nada. Mantenía sus ojos desafiantes posados sobre los de Axel.

- Nadie te va a salvar de esta. - dijo Axel - Contesta.

- No sé qué queréis de mí. - dijo.

- ¡El puto dinero! ¡¿Dónde cojones está?! - volvió a preguntar.

Axel se dio cuenta de que no le iba a sacar nada de información, así que se puso a rebuscar por la habitación.

- Apúntale. - me dijo.

Me situé frente a Kevin y toda la seguridad que había mostrado se desvaneció al mirarlo a los ojos. De repente, no me veía capaz de matarlo, que era precisamente a lo que había venido. Al mirarlo a la cara no pensaba en su traición o en la muerte de Grace, sino en la amistad que habíamos compartido, en los buenos tiempos con él y Jerry. Temblaba yo más que él.

- ¿Qué queréis de mí? - insistió - ¿Dinero? - preguntó.

- Venganza. - respondió Axel mientras buscaba.

- ¿¡Cómo pudiste hacerlo!? ¿¡Cómo la pudiste asesinar!? - le pegué el cañón a la frente.

Todos mis sentimientos afloraron en aquel momento. Sentía que quería llorar de rabia, pero no lo hice. Me sentía tan... engañado... Él estaba ahí, tan tranquilo, sin apenas inmutarse ante su inminente muerte.

- ¡Tú sabías que ella quería morir! ¡Ella me lo pidió! ¡Yo sólo la ayudé! ¡¿Te crees que Grace quería seguir así?! ¿¡Tirada sobre la cama toda su vida!? Si te consuela, no sufrió.

Yo sabía que eso era cierto, pero no había sido la manera adecuada de realizarlo. Desde luego, el asunto del seguro de vida me parecía despreciable.

- ¡¿Y Willow?! ¡¿Sabes que está muerta?! ¡Por tu culpa! ¡Traidor! ¡Falso! ¡Cobarde!

- ¡Baja la voz, Marcel! - protestó Axel.

- Prim y Elisabeth están en la cárcel. - susurré, inclinándome sobre Kevin.

- No me des lecciones de moralidad, Marcel. - me escupió en la cara.

Me limpié con la manga de mi abrigo.

- ¡Lo tengo! - gritó Axel al encontrar el dinero en la habitación de al lado.

Eran un montón de fajos de billetes de cien, doscientos y quinientos. Se los fue dando a Jerry poco a poco.

- Te lo dije, Kevin. - fanfarroneó Axel - Siempre me salgo con la mía.

Kevin apretó los dientes. Entonces, Axel le dio un bofetón que lo tiró de la silla. Después, le proporcionó una patada en el estómago y en sus genitales. Se estaba desahogando, quedando a gusto.

Sacó un cuchillo y, sujetándolo para que no se pudiese mover, le cortó la cara. Los gritos de Kevin me hacían querer arrancarme los oídos, sobre todo cuando Axel lo cegó.

Los crímenes de Marcel PeetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora