Capítulo 16

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- ¿Estás bien? - me preguntó.

- Sí, creo que sí.

Acabábamos de subir a mi coche (por fin me había comprado uno). Maverick lo había dejado marchar: matar a alguien durante el día no era una buena idea. Se notaba que el sicario era inexperto, aquello era un error de novato. Además, cantó a la primera.

- No le digas nada de esto a Alice. - rogué.

- Por supuesto.

Me froté el cuello. Todavía me dolía.

- Ahora entiendo muchas cosas...

Todavía estaba recuperándome cuando el hombre empezó a dar explicaciones, pero aún así, le escuché atentamente. Nos había dicho que Axel le había pagado cinco mil euros por hacerlo, cifra que, por cierto, consideré bastante baja para tratarse de mí, una ofensa.

- ¿Crees que es cierto lo que dice? ¿Que Axel es Günther Necker? - bajó la voz al decir las últimas palabras.

Günther Necker no era un nombre que se pronunciase a la ligera. Buscado por toda Europa, el principal imitador de la droga de Willow, acusado de más de diez delitos diferentes... Protagonizaba muchos telediarios, aunque en realidad nunca salía su cara. Günther Necker era un nombre que temer.

- ¿Por qué nos mentiría? Creo que encaja bastante.

- No te ofendas, Marcel, pero si Axel fuera Necker, seguro que hubiera mandado a alguien mejor a hacer el trabajito.

- Tampoco lo hizo tan mal. Si no llega a ser por tí... - me froté el cuello de nuevo.

- ¿Qué vas a hacer ahora?

- Esa es una buena pregunta, Maverick. - suspiré.

- ¿Volverán?

- Hoy no.

Günther Necker... Axel me la había jugado bien, mejor que Kevin. Necesitaba librarse de la competencia y de paso, tras enterarse de mi regreso a Bélgica, eliminar a un posible peligro. "¿Por qué no matar dos pájaros de un tiro?", debió pensar. Seguro que creyó que moriría en el hotel. No era una mala idea: así se deshacía de la mano derecha de Friedrich Scheidemann (su principal competidor) y del inocente Marcel Peeters, que cegado por la ira y la venganza no sospecharía nada. Pero no morí, por lo que, tras enterarse de alguna forma de que seguía vivo, tuvo que contratar los servicios de un imbécil sin escrúpulos. Mi duda era: ¿Qué papel jugaba Jerry en todo eso? Quizás trabajaba para Axel, pero también podía ser una víctima más. Aunque más bien tenía pinta de haber sido un acuerdo puntual.

- Sé que me falta algo en este puzzle, Maverick.

- ¿El qué?

- No lo sé, pero no me estoy dando cuenta de algo.

El chico pensó.

- ¿Cómo sabía él el verdadero nombre de Günther, Marcel?

- ¿Eh?

- Es decir, si Axel es Necker, es un hombre muy buscado. Seguro que tiene muchísimo cuidado a la hora de revelar su nombre real. ¿Por qué se lo diría a un simple matón?

- Quizás se confió demasiado o puede que fuesen amigos.

- ¿Y un amigo canta con tanta facilidad?

- Ocurre con más frecuencia de lo que te crees. - ironicé.

Miré por la ventana. Axel era una persona retorcida, que ocultaba mucho más de lo que se veía a simple vista. Eso siempre lo había sabido, pero era la primera vez que esa característica suya iba en mi contra.

Los crímenes de Marcel PeetersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora