Capítulo 28

1K 81 1
                                    

No sé cómo se las arreglaron los chicos para sacarme de la clase de filosofía y tampoco me sentía con ganas de preguntar, no me sentía con ganas de siquiera volver a sonreír solo para seguir fingiendo. 

¿Cómo es posible que una sola persona, una sola situación me hace volver a sentir como mierda tan rápido? ¿Cómo es que vivir una situación tan pasajera y poco relevante a comparación a la vida de otras personas puede hacerme sentir como si no mereciera nada otra vez?

Me siento fea, me siento sola, me siento perdida y rota. 

Me siento cansada de estar rota. Cansada de darme cuenta que siempre termino dándole el placer al maldito hombre que se le ocurrió arruinar mi vida. Ni siquiera fue el único que me hizo sentir de esta forma y eso me duele más que nada. 

Porque no solo me duele que a alguien se le ocurriera tocarme sin permiso, que se le ocurriera lastimarme y hacerme sentir en soledad y sucia. Él solo se encargo de terminar de romper lo que todos ya habían roto a medias. 

—¿Pequeña, qué pasa?— Jordan se queda mirándome con esa mirada dulce, con esos ojos compasivos. ¿Cómo puede ser que él sigue sonriendo? ¿Cómo hace la gente para sonreír cuando siento que ni siquiera puedo respirar?

—Duele— le susurro. Los chicos voltean a mirarme y ya ni siquiera me importa ser el centro de atención. No me importa que se den cuenta que estoy tan rota que no puedo ni vivir conmigo misma. 

—¿Qué duele, pequeña?— me pregunta Jordan otra vez, dejando atrás todo lo que estaba haciendo. Todos estaban dejando todas sus ocupaciones para poder prestarme atención y eso solo me hace sentir peor. No quiero que tengan que detener sus cosas por mí, no es justo que tengan de cuidar lo que ya no tiene posibilidades ni oportunidades.  

—Nada— respondo negando con la cabeza y mirando por la ventana que da al patio otra vez. 

Todos se encuentran haciendo los arreglos para poder salir de viaje. Una sola semana de clases y ya quieren poder relajarse. ¿Sera que ya se cansaron de mí? ¿Sera que quieren deshacerse de mí y no se atreven a decírmelo en la cara? ¿Por qué todos terminan odiándome? 

—¿Qué pasa, Reb?— Augustus se sienta junto a mi, así que ambos nos quedamos mirando el paisaje. 

—No es nada, solo estoy cansada— le respondo desanimada.

—Puedes confiar en nosotros, Becca. No vamos a juzgarte— dice Stephan, sentándose en el piso frente a mí. 

El resto se va a acomodando para que todos estemos juntos sin que se sienta incómodo. Jordan termino a mi otro lado; Alex junto a Kyle terminaron también en el piso, junto a Stephan; y Adam se sentó junto a Augustus, justo sobre el apoya brazos del sillón.

—¿Por qué nos estamos yendo de viaje?— la primera pregunta que pude pensar salió de mi boca sin pedirme autorización previa. 

—Porque queremos relajarnos lejos de las responsabilidades— explica Adam tranquilo y el resto asiente en aprobación. 

—¿Ya se cansaron de mí y por eso quieren relajarse?— cuestiono con la mirada en mis manos. No creo tener la fuerza suficiente como para ver sus miradas. 

—Claro que no, tonta— responde Augustus con una gran sonrisa—. Estamos haciendo esto para que vos te sientas mejor— dice mientras desliza su brazo sobre mis hombros y me atrae a un abrazo juguetón, despeinando mi cabello con su otra mano—. Queremos que vos te sientas más cómoda entre nosotros. Además de que queremos que puedas tomarte un fin de semana de descanso antes de empezar a estudiar realmente. 

Soledad entre la multitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora