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A la mañana siguiente, ambos chicos dormían plácidamente, abrazados el uno al otro, en la cama de la chica.

El reloj marcaba las doce de la mañana cuando los ojos azules de la chica se abrieron lentamente y comenzaba a sacudir el hombro del chico de cabellos azules mientras bostezaba.

Víctor... -dijo la chica en medio de un bostezo- despierta.... Tenemos que volver a la residencia

Hum.... -dijo el de ojos ámbar abriéndolos y frotandolos con una mano- Buenos dias...

Has dormido bien? -preguntó la rubia con una pequeña sonrisa mientras se sentaba en el borde de la cama-

Si, muy bien -dijo el contrario sentándose en la cama y estirando sus músculo-s Siempre duermo bien contigo.

La rubia le respondió con una enorme sonrisa y se levantó de la cama cogiendo de encima de una silla su uniforme de la selección, el cual habían traído hacía unos días para esa mañana.

El de cabellos oscuros imitó la acción de la chica y ambos se cambiaron, ella en el baño y el en la habitación.

Ambos bajaron con sus cosas al salón de la sede nacional de fútbol juvenil y, como ya se esperaba la chica, allí no encontraron a nadie y era normal.

El resto de personas que todavía estaban en aquel lugar dormirían hasta bien entrada la tarde, pues, para un día que podían permitirse algo así, aprovecharian.
En cambio, ellos debían volver ya.

Para avisar de su marcha, la de ojos azules dejó una nota sobre la mesa del comedor, sabiendo que alguno la encontraría nada mas entrar en el salón.

Por suerte para ellos, como el resto del equipo estaba entrenando, Tia Andrea, tuvo la amabilidad de acercarse a recogerlos y llevarles de vuelta a la residencia.

Cuando llegaron, era la una y media así que, conscientes de que enseguida terminaría el entrenamiento matutino y los demás se reunirían en el comedor, llevaron sus mochilas a sus respectivas habitaciones y fueron al comedor.

Cuando llegaron, todavía estaba vacío, por lo que ambos se sentaron y esperaron a que el resto llegasen.

El de ojos ámbar esperaba con los brazos cruzados sobre su pecho, recostado contra la silla y los ojos cerrados; mientras que la rubia estaba recostada sobre la mesa, con la cabeza apoyada sobre los brazos y los ojos cerrados.

Vaya, vaya, por fin han vuelto los niños, tenéis pinta de haber dormido realmente poco -escucharon ambos chicos la voz del estratega-

Lo pasasteis bien en la boda? -preguntó entonces la voz del capitán mientras soltaba una pequeña risita-

Pues porque dormimos poco.... -dijo la rubia bostezando sin levantar la cabeza y mostrando una sonrisa en sus labios- Y si, lo pasamos de maravilla.

Solo diré, que todos quedaban durmiendo mientras nosotros volvíamos.... -dijo el de cabellos azules mientras abría los ojos bufando-

Buena noche entonces -dijo el de cabellos cenizos divertido sentándose junto a la rubia y colocando una mano sobre su cabeza acariciándola-

Contadnos, como fue?! -preguntó Arion entusiasmado mientras tomaba asiento junto a su mejor amigo-

El resto del equipo se fue sentando a la mesa mientras la comida era servida y la rubia comenzaba a contar, con pelos y señales, como había sido la noche anterior, sin perder un solo detalle.

Menuda boda mas increíble! -dijo Frank sonriendo-

Normal que lo pasaseis tan bien y estéis tan cansados -dijo Falco riendo suavemente-

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