Bienvenida al Raimon

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La rubia se despertó a la mañana siguiente con la alarma del despertador resonando en sus tímpanos y haciendo que levantase la cabeza de la almohada pesadamente mientras apagaba aquel aparato infernal.

Se sentó al borde de la cama con la mirada fija en el suelo y se quedó así parada durante unos segundos, pensando en el duro día que se venía por delante, empezando por las explicaciones de Glacia tras el desayuno, sumado al nuevo secreto que pesaba sus hombros y que la hacía querer quedarse en la cama todo el día pues se sentía frustrada e impotente; hasta que, finalmente, se levantó de la cama haciendo acopio de todas sus fuerzas mientras soltaba un sonoro y amargo suspiro.

Puso rumbo al cuarto de baño y, nada mas entrar, observó su rostro en el espejo detenidamente. Las ojeras se le marcaban notablemente, formando unas oscuras sombras bajo sus ojos y sus mejillas estaban llenas de marcas por las lágrimas derramadas la noche anterior.

Con esta cara todos se darían cuenta de que algo malo ocurre.... -dijo la rubia para si misma tocando su mejilla suavemente con las yemas de sus dedos- 

Tras aquellas palabras, se quitó el pijama y se metió en la ducha automáticamente, dejando que las gotas de agua que caían sobre ella se llevasen consigo todas las pruebas de lo que había ocurrido el día anterior.

Una vez fuera de la ducha, se vistió con el chándal del equipo y volvió a mirarse al espejo del cuarto de baño, fijándose en aquellas terribles ojeras.

Tras un leve suspiro tomó el maquillaje entre sus manos, el cual utilizó para  cubrir la última prueba de su dolor y malestar; recogiendo después sus mechones rubios en una cola de caballo en lo alto de su cabeza.

Vamos Alice, tu puedes con esto, has superado cosas peores, tu piensa que el esta bien y que todo estará bien -se dijo a si misma la rubia mirándose al espejo-

Cuando estuvo lista y mentalizada, salió de su habitación y, menos mal que estaba mentalizada para aquello, pues a su vez salieron Riccardo, Arion y el falso Víctor.

No habéis dormido juntos? Os ha pasado algo? -preguntó el virtuoso-

Que va -dijo la rubia con una sonrisa- A Víctor le dolía la cabeza anoche, por eso durmió solo

Así es -dijo el falso Víctor pasando un brazo por sus hombros-

Aquel gesto hizo que la rubia se diese cuenta de que el impostor ya sabía como debía actuar para no ser descubierto por el resto de miembros del equipo.

Ya te encuentras mejor Vic? -preguntó la rubia con su mejor sonrisa tratando de aguantar las ganas de pegarle a aquel impostor-

Si, bastante, gracias rubita -respondió el de ojos lilas dejando un beso sobre la cabeza de la chica-

Aquello hizo que las tripas de la chica se revolviesen y unas náuseas increíbles se hiciesen presentes en ella, pero se mantuvo firme y sin borrar la sonrisa, como se suponía que debía hacer.

Me alegro de que te encuentres mejor Víctor, creo que hoy tendremos un día animado -dijo el capitán alegre como siempre mientras que trataba de que Pixie dejase de tirarle del pelo-

Se nota que Pixie te quiere, no te suelta -dijo Riccardo burlón-

Ja, ja, ja, muy gracioso -dijo el moreno mientras una mueca aparecía en su cara por un tirón de pelo que el pequeño le había dado-

Los cuatro llegaron finalmente al comedor y se sentaron a desayunar junto a los miembros del equipo que ya se encontraban allí y los que iban llegando a cuentagotas para desayunar también.

La conversación en la mesa se basaba en un único tema, todos hablaban del descubrimiento de Arion del día anterior y de la noticia bomba que había soltado Glacia.