Aquella mañana, el menor de los hermanos Blade se encontraba en la sala del trono, observando la ciudad desde la gran cristalera; como había hecho en todo momento desde que había llegado a aquel planeta.
Estaba mas que claro que no se casaría con la emperatriz, pero quizás si podía ayudarla a despejar aquellas inquietudes que la tenían en vilo sobre su amado planeta.
Y bien Víctor Blade -habló la emperatriz entrando en la sala del trono- Ya has tomado una decisión sobre ser el nuevo rey?
Roleia, porque tienes tantas ganas de que yo sea el rey de Falam Orbius? -preguntó el delantero girándose para mirarla-
Porque creo que puedes hacer de este un planeta mejor, estoy segura de ello -dijo la de cabellos violetas animada-
Pero es que este no es ya un planeta lo bastante bueno? -preguntó el delantero-
Cl-claro que lo es! -protestó la contraria- No hay un planeta como este en todo el universo, pero ya sabes que siento una cierta intranquilidad dentro de mi y no se a que se debe.
El peliazul la miró con un deje de pena y suspiró levemente. Ayudarla era lo correcto y el lo sabía; Arion y Alice habrían hecho lo mismo en su lugar, sus corazones y conciencias no les habrían permitido dejarla tirada y, por una vez, Víctor seguiría el ejemplo.
Roleia, para convertirme en rey de este planeta antes quiero conocerlo bien -dijo el delantero simplemente- Porqué no me dejas libre un día para que pueda verlo?
No me vas a engañar! lo que quieres es escaparte! -protestó la chica molesta-
No, te aseguro que volveré, te lo prometo Roleia -respondió el peliazul sinceramente-
Esta bien, te lo autorizo -dijo la emperatriz tras haber soltado un suspiro de rendición- Pero solamente por un día.
Volviendo ahora al Orion Express, los primeros signos de vida mañanera comenzaban a hacerse presentes en el tren; pues todos los despertadores habían comenzado con su infernal pitido, todos salvo el de la rubia.
El despertador de la chica no llegó a sonar, pues fue el impostor, levantándose de la cama quien la despertó. El movimiento de sábanas y del colchón hizo que la joven abriese sus ojos y soltase un bostezo a la vez que estiraba sus músculos.
Buenos días Alice -habló el de ojos lilas al ver que había despertado a la contraria-
Hum... Buenos días Vic -respondió esta medio adormilada-
Venga, ya son horas de desayunar -dijo el chico mientras se metía en el baño para cambiarse-
A su vez, la rubia se cambiaba en la habitación mientras que pensaba en lo surrealista de un Víctor, aunque no fuese el de verdad, despertándose antes que ella y sin la necesidad de un despertador.
Cuando ambos estuvieron cambiados, se dirigieron al comedor, donde se encontraron con el resto del equipo para desayunar todos juntos como cada mañana.
Las primeras horas del día pasaron normalmente, con el entreno matutino, en el que todos estaban dando el máximo de si para estar al cien por cien en el partido de la tarde.
Durante de la comida, como había pasado en todas las previas a un partido desde que esto había empezado, el ambiente era tenso y silencioso, nadie decía palabra, solo comían y repasaban las estrategias para el partido mentalmente.
Bien chicos -dijo la rubia, una vez que todos habían terminado de comer- Hora de irnos al estadio, estáis todos listos?
Todos sus compañeros le asintieron a la vez que se ponían en pie y se reunían frente a la puerta del comedor y así salir rumbo al estadio. Ese era el momento preciso en el que todos los corazones se llenaban de ánimos pues, de alguna forma, todos eran conscientes de que, en el momento en el que cruzasen esa puerta, cambiarían millones de vidas, para bien o para mal.
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Bienvenida al Raimon
FanfictionAlice Evans es la sobrina del famoso portero Mark Evan y ahijada del grandioso Axel Blaze. Por lo que sabe, sus padres murieron siendo ella niña asi que su custodia la tienen su padrino y su tio, aunque ella vive con Axel. Alice es una jugadora un...