Surprise, surprise

5K 347 70
                                    

Las caricias en mi espalda desnuda dejan un rastro de calor en ella, es como si por donde sus dedos rozaran mi espalda el dejara una estela mágica y agradable. Las sabanas suaves de la cama del hotel se enredan en mis piernas mientras me muevo y me acerco a Tom.

Su mano derecha sube por mi espalda hasta mi hombro izquierdo, dibujando círculos con sus dedos. Baja por el borde de mi clavícula, y se detiene cuando encuentra el lugar abombado donde la placa circular de mi marcapasos se encuentra. Sus ojos miran fijamente aquel aparato, desconocido para el como lo era para mí. Después de todo, no habíamos estado tan íntimamente juntos desde mi cirugía, por un lado porque era prácticamente imposible hacer eso mientras estuviésemos en la casa de mis padres, y por otro, porque sé que parte de él tenía miedo de que me fuese a sentir mal, me había visto frágil y desvalida, no es una imagen fácil de sacarse de la cabeza. Claro, ahora estaba bien, y me sentía como siempre, pero aquella porción de mi piel, solevantada y con forma circular, nos recordaba a ambos que no siempre había estado bien.

-Estoy bien-susurro. El despega sus ojos de mi hombro para mirarme a la cara. Sonríe algo avergonzado.

-Lo sé-musita, y me estrecha entre sus brazos.

Cuando ayer por la tarde llego, no repare en mis padres ni en nada, simplemente les dije que no llegaría a casa. Por supuesto, ya había fotos circulando de nuestro reencuentro, pero ahora me importaba más que él estuviera aquí, entre mis brazos, que un estúpido chisme.

Me coloco sobre su torso desnudo y atrapo su boca con la mía, perfilando el borde sus labios con mi lengua, mientras enredo mis manos en su cabello. Gime en mi boca y sus manos afirman con fuerza mi cintura, apretándome contra él. Bajo mis besos por el borde de su mandíbula y llego a su cuello, donde reparto húmedos besos, dando pequeños mordiscos. No se imagina cuanto lo deseo, sin importar que, prácticamente, llegamos a encerrarnos a su suite.

-Eres terrible-susurra por lo bajo, mientras yo continuo atacando su cuello.

-¿Quieres que me detenga?-pregunto, separándome un poco de el para mirarlo a los ojos. Sus mejillas están ruborizadas, sonríe de lado y niega con la cabeza.

-No-dice, haciéndome reír por lo bajo. Muerdo mi labio mientras lo observo por unos segundos, y luego vuelvo a atacar su boca.

Su lengua juega con la mía, provocándola. Nuestros labios se mueven a un mismo ritmo, acompasados, sin apuro. El pitido de mi alarma hace que Tom e aleje un par de centímetros de mí. Protesto, aunque en realidad debería ir a darme una ducha y vestirme. Tal vez debería haber pensado mejor esto de haberme ido con Tom, porque no tengo ropa interior limpia.

Tom estira el brazo para alcanzar mi teléfono de la mesita de noche. Apaga la alarma, pero en vez de dejar el teléfono allí, se queda mirando la pantalla detenidamente. Frunzo el ceño, solo quiero volver a besarlo antes de tener que ir a la ducha.

-¿Qué pasa?-pregunto algo enfurruñada. Tom voltea y me mira con una mueca.

-Creo que tu teléfono explotara-dice, y me muestra la pantalla.

Más de mil notificaciones, entre mensajes, Instagram y llamadas perdidas. Demonios, no debería poner el teléfono en modo "no molestar", aunque por otro lado, me hubiese vuelto loca con tantas notificaciones.

-Es por las fotos de nosotros-dice Tom, mientras leo algunos mensajes de antiguos conocidos, hablándome como si fuésemos amigos de toda la vida. La gente interesada es realmente un suplicio.

-Tengo que irme-digo mientras le quito el teléfono a Tom y lo dejo en la mesita de noche.- Debo ir a mi casa a buscar ropa interior.

-De hecho...-comienza a decir Tom con una expresión culpable. Arqueo una ceja.

¿El amor lo puede todo? (Tom Holland & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora