¿El amor lo puede todo? (Tom Holland & tu)

Pieles

Dedicado a PauHernndez7 😊😊😊 Les advierto de antemano, deberían colocar el aire acondicionado, porque "is getting hot in here" 🥵

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—No creo que quepa—dice Tom con voz entrecortada. Suelto un jadeo.

—Por supuesto que sí, ya ha entrado antes—digo. Mi frente esta sudorosa de tanto esfuerzo.

—Pero no así—insiste él. Ruedo los ojos.

—Bien, si quieres ordenar tú mi maleta, bienvenido seas—digo, cruzándome de brazos.

Por alguna razón desconocida (a quien engaño, el alcohol hizo de las suyas) apenas llegamos a nuestra habitación quise empacar. Así que allí estaba, intentando cerrarla junto a Tom, los dos sentados sobre esta, y mi maleta, negándose a colaborar.

Nos levantamos de la maleta y resoplo frustrada. Eran alrededor de las dos de la madrugada, y el vuelo era a las diez, lo que dejaba poco tiempo para empacar. Rendida, intento quitarme las sandalias de un tirón, perdiendo el equilibrio y cayendo de culo en la cama. Tom se ríe mientras yo gruño frustrada. Me recuesto en la cama y cierro los ojos.

—¿Puedes hacer que la habitación deje de dar vueltas?—pregunto.

—Estoy bastante seguro que no está dando vueltas—dice. Abro los ojos y lo miro. Una sonrisa burlona esta dibujada en su rostro.

—Estoy muy ebria ¿no?

—Si—afirma riendo. Apoyo mis codos y me levanto ligeramente para mirar mis pies.

Tom, que está de pie frente a mí, toma mi tobillo derecho y comienza a desabrochar mi sandalia.

—¿Qué haces?—pregunto.

—¿No es obvio?

Sus dedos se mueven con delicadeza por mi tobillo, y me quita la sandalia. Algo en su mirada y en la forma en que sus dedos rozan la piel de mis piernas hacen que comience a darme calor. Coge mi otro tobillo y, al igual que lo hizo con mi otro mía, desabrocha y quita mi sandalia. Sus manos masajean mi pie, enviando corrientes eléctricas por mi cuerpo. Aquello se siente bien, y siento como la piel de mi nuca se eriza.

Sus manos dejan mi pie y comienzan a subir por mi pierna. Me siento como hipnotizada por sus ojos, donde ese brillo de deseo baila y enciende algo en mí. Muerdo mi labio cuando sus manos comienzan a subir por mis muslos. Mi corazón comienza a acelerarse, y mi respiración se hace irregular. Con la yema de sus dedos acaricia y roza la piel de mis muslos, subiendo y bajando sus dedos. Es la forma en que me toca y la forma en que me mira lo que hace este momento tan jodidamente sexy.

—Me advertiste algo cuando estábamos en la suite de Jake—dice con voz ronca. Trago saliva.

—Si—susurro, con la boca seca. ¿Por qué de pronto siento que falta el aire?—Fue muy descortés de tu parte bailar así frente a los demás. Algunos dirían que fue provocativo.

—¿Y quién empezó aquel juego?—pregunta él, entrecerrando los ojos. Sus manos siguen acariciando mis muslos, aproximando al borde de mis shorts rojos.

—No puedes comparar una estrofa de la canción versus Magic Mike—musito.

Tom arquea una ceja. Sus manos se detienen en el borde de mis shorts.

Había dicho que me las pagaría, pero en este momento, quien está jugando es él. Yo soy la que debería estar provocándolo, no al revés. Me siento el borde de la cama, sin dejar de mirarlo. Sus manos posadas sobre mis muslos, sus ojos fijos en los míos. Abro mis piernas y rodeo con estas las suyas, acercándolo a mí. Mis rápidos movimientos lo toman por sorpresa, y una sonrisa traviesa se dibuja en sus labios.