Halloween: parte 4

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Dedicado a @zzz125869357171 feliz cumpleaños!

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Calor. Tengo demasiado calor. Y no del malo, es del bueno. Ese calor que me deja el alcohol en la sangre, que me hace bailar, reír y que se me sube a la cabeza.

Ese calor que aumenta cuando Tom me besa.

No me doy ni cuenta cuando nos hemos alejado del grupo, comiéndonos la boca. Es que es imposible no ser adicta a él. Sus manos estrechándome contra su cuerpo, mientras yo me aferro a aquella armadura. Nos separamos riendo, y miramos a nuestro alrededor, buscando algún lugar donde besarnos sin que nos vean. Entramos al baño de hombres, donde salimos riéndonos a carcajadas al ver a dos chicos follando contra un urinal. Que clase pienso.

—Ven—dice Tom, cogiendo mi mano y arrastrándome con él.

La siguiente puerta, que al parecer es un armario de escobas, está cerrada. Seguimos recorriendo ese pequeño pasillo en busca de algún lugar. Por fin encontramos un baño para personas con discapacidad. Me sentía culpable por usarlo, pero rápidamente se me olvido cuando los labios de Tom volvieron a capturar mi boca. Cerró el pestillo y una aldaba. Camino de espaldas, a ciegas del lugar. La luz es prácticamente nula en el lugar, excepto por un pequeño letrero luminoso sobre el espejo que dice "You rock!".

—No sabía que los ángeles se portaban mal—susurra entre besos. Abro los ojos al mismo tiempo que siento el mesón del lavamanos contra mi espalda. Sin ningún esfuerzo, Tom me sube sobre este y continúa atacando mis labios.

—Ni yo que los caballeros seducían tan bien—replico.

Sonríe contra mis labios. Su lengua, implacable, ataca la mía, roza mis labios y me hace jadear. Si, hace mucho calor.

Sus labios dejan los míos y bajan por el reborde de mi mandíbula hasta mi cuello, donde deja besos húmedos mientras succiona mi delgada piel. Mis piernas, que están guindado en el borde del mesón, se aprietan contra sus caderas.

Mis manos recorren la armadura, buscando como quitársela. Esto no era nada practico ¿Cómo demonios lo hacían en la Edad Media?

—¿Qué estás haciendo, angelito?—susurra Tom contra mi oído, haciéndome estremecer.

—Pensé que tal vez esta armadura te estaba molestando—respondo entre jadeos, mientras continua torturándome con sus besos en el cuello. Trago saliva.— Y pretendía quitártela. Ya sabes, para que estés... más cómodo.

Ya ni siquiera recuerdo donde estoy ni porque demonios estamos disfrazados. Una de sus manos se cuela bajo el vestido y sube, acariciando con la yema de sus dedos mi muslo, dejando una corriente de placer a su paso.

—Yo creo que hay otra cosa molestando—susurra él, al mismo tiempo que sus dedos rozan mi intimidad. Echo la cabeza hacia atrás mientras un gemido escapa de mi boca.

Tom vuelve a besarme, mientras sus dedos siguen rozando y provocándome. Su otra mano baja por mi pierna hasta el borde de mi vestido y lo sube por sobre mis rodillas. Sus manos acarician la piel de mis muslos y suben a mis caderas. Sus dedos juegan son mis bragas mientras me besa con una intensidad brutal que me deja sin aliento.

Con una lentitud que me impacienta rápidamente, desliza mis bragas por mis muslos. Muerdo su labio mientras deja caer mis bragas por mis piernas. Se aleja y me mira con una sonrisa provocativa. Me muerdo el labio. Se ve tan sexy con los labios rojos y el cabello despeinado. Quiero tenerlo dentro de mí pero ya.

Sus manos atrapan mis muñecas y las quitan de su cuello. Las deja sobre el mesón y las sostiene firmemente, pero sin hacerme daño. Un brillo travieso cruza su mirada. No puedo ni hablar, finalmente ha pasado, él me ha quitado el habla.

—Te has portado muy mal, ángel—susurra. Se arrodilla frente a mí.

—¿Y qué harás?—pregunto con voz ronca. Juro que casi ni puedo respirar.

—Bueno...—comienza a besar la cara interna de mis muslos, sin dejar de mirarme.—Tendré que castigarte.

Besa mi intimidad y suelto un gemido. Cierro los ojos. Su lengua causa estragos en mí. Respiro jadeando, mis manos aferradas al mesón mientras el continua entregándome placer. Arqueo mi espalda y echo mi cabeza hacia atrás. Aquel torbellino de placer se arremolina rápidamente en mi interior. Nadie nunca me había hecho perder la cordura de esta manera. La forma en que mueve su lengua, en que mi cuerpo se estremece y reacciona a sus caricias, no tiene precedentes.

El torbellino de placer explota dentro de mí y no puedo evitar soltar un fuerte gemido, mientras mi cuerpo, derrotado, se deja caer hacia atrás. Abro los ojos y lo miro, jadeante. Su mirada brilla de deseo, y veo lo duro que esta.

Tal vez me vaya al infierno por ser tan lujuriosa e insaciable. Recobro el movimiento de mi cuerpo y rápidamente dirijo mis manos a su pantalón, intentando desabrocharlo.

—Espera, espera—dice, veo como le está costando controlarse.—No tengo preservativo.

—Ya me he tomado la pastilla de hoy—le suelto, y vuelvo a atacar su boca. Siento un poco de resistencia en su beso, pero yo no quiero parar.

—¿Y mañana?—pregunta entre besos. Me separo un poco y lo miro a sus ojos cafés, mientras mis manos luchan contra su cinturón.

—Me he puesto una alarma—replico, y eso es todo lo que necesita para seguir.

Mientras yo le bajo los pantalones, el desamarra unas tiras por sobre sus hombros y se quita la armadura falsa. Sus manos se colocan sobre mis caderas y lo siento posicionarse, rozando mi intimidad. Suelto un quejido al ver que no hace nada.

—Tom—le suplico, rasguñando su nuca. Él sonríe de lado. Con una sola estocada, entra en mí y suelto un gemido.

—Eres un ángel muy travieso—susurra, sin apartar sus ojos de los míos.

Me aferro a él y comienza a moverse dentro de mí. Mis caderas siguen el movimiento de las suyas, mis piernas lo atrapan, y mis manos juegan con sus cabellos.

No tardamos en ser arrasados por uno de los mejores orgasmos que he tenido en mi vida. Nos quedamos quietos, con las respiraciones agitadas, nuestros cuerpos fundidos el uno con el otro y nuestras frentes sudorosas. Levanto la cabeza y le sonrío, sintiéndome agotada.

—Feliz Halloween—musito, y el ríe a carcajadas.

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Nuestra ______ es un poquito pervertida ¿ah?

Les leo, lectores insaciables <3

¿El amor lo puede todo? (Tom Holland & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora