The Endgame: parte 1

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Dramamometro: nivel 1

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Abril 2019

Había llegado el día. Tras varias semanas de visitas intermitentes, de video llamadas hasta quedarnos dormidos, de la nostalgia y las lágrimas locas que se escapaban de mis ojos cuando la melancolía me superaba, por fin lo volvería a ver. Era tan angustiante extrañar a alguien como lo extrañaba, tan desgastante. Al final de un día cualquiera, llegaba a mi habitación y me daba cuenta de que no estaba él para comentarle lo ocurrido, ansiaba sus brazos, su aroma, su cabello con aquellos hermosos rizos...

—______ —escucho en mi oído. Me hundo aún más en su cuello y él ríe.

—¿No vas a saludarme? —pregunta una voz masculina. La conozco demasiado bien. Me separo de Tom y volteo a ver a mi mejor amigo.

—¡Tintin!—exclamo, y me lanzo a sus brazos. Definitivamente a él lo extrañaba demasiado.

Mi pobre mejor amigo. Había pasado aproximadamente cinco meses sin verlo. Peor aún, el pobre había terminado con Zendaya, y su corazón estaba destrozado por ello. Y yo no estaba ahí para apoyarlo.

Ser Suiza entre estos dos era casi imposible. Zendaya no lo estaba pasando bien tampoco. Al menos ella no estaría en la premier, pero no podía negar que extrañaba verla.

Martin había comenzado una maestría en Los Angeles hacia un par de meses, ya que no logró quedar en la de Oxford. Hubiese sido un sueño hecho realidad estar con él allí.

—¿Qué tal el proyecto?—pregunta Martin, mientras nos subimos al coche.

—Más o menos —replico, con una mueca.

—¿Qué significa eso? —pregunta Tom. Resoplo y me encojo de hombros.

—No encontramos algún patrón de genes en particular. Pero si hemos encontrado que tres de los genes que han salido mutados tienen una función similar, por lo que, en teoría, podríamos encontrar la causa.

—Eso es excelente—comenta Tom.

—En teoría—repito.—Pero necesitamos los estudios de los otros genes y aun no hay suficiente información.

—No entendí nada, pero creo que está funcionando de todas maneras ¿no?—pregunta Martin. Me rio a carcajadas.

—Algo así—afirmo.

Cuando llegamos al hotel, mi estómago ruge en protesta. Tengo demasiada hambre. Suerte para mí que Tom había pedido una mesa en el restaurante. Una gran porción de papas fritas con un delicioso filete mignon. No hable en ningún momento, me sentía famélica.

Era extraño que no estuvieran los hermanos de Tom ni tampoco Harrison, este último había aprovechado que no estaría para ir a ver a Sara. Después de todo, mi ausencia solo sería por tres días. Tres días en los que Aidan tendría que suplirme en el proyecto, ya que la doctora Moore era mucho más exigente de lo que ambos pensábamos. Por lo demás, las clases iban bien y no creía que ausentarme un par de días fuera algo del otro mundo.

—Has estado callada—comenta Tom, cuando nos quedamos solos en la habitación. Hago una mueca.

—Estoy exhausta. Ayer no dormí mucho y en el avión simplemente no pude.

—¿Por qué?—pregunta preocupado.

—Turbulencias—replico, y un estremecimiento me recorre de pies a cabeza. Él sonríe y abre sus brazos.

¿El amor lo puede todo? (Tom Holland & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora