Fuego

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Me arrima contra la barra, y sus manos me toman de la cintura apretándome contra él. Su beso me toma con la guardia baja, pero no opongo resistencia. Su boca se entreabre, moviendo sus labios con desesperación sobre los míos. Apoyo mis manos en su torso. En mi cabeza, me repito que estamos en un bar, y que en cualquier momento puede llegar alguien. Pero sus manos comienzan a colarse por debajo de mi camiseta, y siento como aquella parte cuerda de mí se va haciendo más pequeña. Su boca deja la mía y comienza a bajar por mi cuello. Echo la cabeza hacia atrás, sintiendo como la electricidad recorre mi cuerpo, deseando más. Sube hasta mi oreja y da un suave mordisco al lóbulo de esta, haciéndome soltar un gemido ahogado.

De pronto, Tom se aleja, me suelta y da un paso hacia atrás. Me quedo estática, mirándolo. Me da una sonrisa ladeada y se cruza de brazos.

-Vamos, nos están esperando-dice, y da media vuelta para comenzar a caminar.

Tardo unos segundos en seguirlo. Me acerco a paso rápido tras él y lo cojo del brazo, para enfrentarlo.

-¿Lo has hecho apropósito?-pregunto. El me mira, haciéndose el inocente.

-¿El qué?-pregunta. Me cruzo de brazos y se ríe.- Te dije que no te salvarías.

Debe estar de broma. Toma mi mano y me arrastra hasta el vestíbulo para subir por el ascensor. Sé que lo ha hecho por celos, ya que no pude despegar mis ojos de Chris Evans. Bueno, si él quiere jugar, no tengo problema. Yo también puedo.

Cuando llegamos a la suite, los demás (especialmente Harrison) nos molestan por haber tardado. En la habitación, busco el bikini que he traído (por indicaciones de Zendaya), mis sandalias y un pareo. Acto seguido, me encierro en el baño antes de que Tom pueda entrar. Me peino un poco, ya que mi cabello se enreda con solo mirarlo. Me coloco el bikini, es de color rojo con un lindo bordado en la parte posterior, de color blanco. Suspiro, hora de jugar. Me enrollo el pareo alrededor de mis caderas y lo amarro. Suelto la parte posterior de la parte de arriba de mi bikini, afirmo la ropa con mis manos, pegándolas a mi pecho, y salgo. Tom, ya vestido con su traje de baño color verde musgo, me observa de pies a cabeza y sonríe. No puedo evitar darle una mirada a su musculoso torso. Me sonrojo y camino con rapidez hacia mi maleta.

-Necesito tu ayuda-le digo, luego de dejar la ropa en mi maleta. Le estoy dando la espalda a propósito. Carraspea un poco antes de hablar.

-¿Si?

Volteo la cabeza, y con una mano muevo el cabello que cubre mi espalda, sin dejar de mirarlo a los ojos. Dejo al descubierto mi espalda desnuda. Su boca se abre y parpadea varias veces.

-¿Puedes abrocharme?-pregunto con voz baja.

No habla, simplemente asiente y se acerca. Sus manos rozan la piel de mi espalda, haciéndome tiritar. Debo concentrarme, porque si no, terminare cayendo en la tentación. Miro al suelo, y siento como amarra las pequeñas tiritas del bikini. Cuando acaba, sus dedos rozan la piel y trazan un camino hasta mi espalda baja. Controlo mi respiración. Me volteo y procuro mirarlo a los ojos. Sus ojos miran mis pechos y luego suben a mi boca, hasta llegar a mis ojos.

-Gracias-susurro.

Coloco mis manos en sus hombros, me pongo un poco de puntillas y, con una lentitud desesperante, me acerco y deposito un beso en la comisura de sus labios. Me alejo, dejo mis brazos bajar, rozando con los dedos sus brazos y respiro hondo, levantando mi pecho. No emite palabra, sus ojos viajan de los míos a mi boca, y de mi boca a mis pechos. Sonrío con satisfacción, muy pocas veces en mi vida intente seducir a alguien, y la reacción de Tom es más de lo que esperaba.

-¿Vamos?-pregunto.

-¿A dónde?-pregunta, sin despegar su vista de mi boca. Suelto una risita, y me mira a los ojos.

¿El amor lo puede todo? (Tom Holland & tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora