LA SOCIA DE MI PADRE -SUPERCORP- (KARA G!P) -TERMINADA

RECUERDOS A TRAVÉS DEL TIEMPO

Tres Años Después

POV KARA

Sentía que finalmente tenía un momento de tranquilidad y la copa entre mis dedos podía afirmarlo con seguridad. El dulce sabor a través de mis labios podía reflejarse y aunque ahora estaba justo frente al balcón de una enorme terraza viendo la amplia ciudad de Londres era obvio que algo faltaba o al menos eso imaginaba.

––Señorita Danvers... ––Escuché el ligero sonido de la puerta abrirse y para cuando había volteado su mirada ya se encontraba sobre la mía. ––La licenciada Rojas necesita verla. ––Escuché salir un corto suspiro, seguido de eso observé como el vino dejaba de balancearse y aunque tomé la libertad de pensarlo unos cortos segundos terminé dejando el alcohol por algún lugar del escritorio.

––¿No fui lo suficientemente clara con la reunión de hoy? ––Kelly parecía una excelente asistente pero hay ocasiones en las que odio repetirle las cosas.

––Dice que no se irá hasta hablar con usted. ––Su respuesta ocasionó que dejara de mirarla mientras me acomodaba las gafas y llevaba ambas manos a los bolsillos de mi azulado pantalón.

––Hazla pasar. ––Veía como Kelly se retiraba y segundos después entró Andrea llevando consigo un abrigo gris, cualquiera que la viera podría deducir enseguida lo fanática que es al derrochar su dinero con absurdez.

La intensidad de su mirada al verme fue demasiado descarada y su manera tan coqueta de caminar no le ayudaba para nada. Siguió adentrándose a la oficina para terminar justo enfrente mío y sus despistadas manos se perdieron en el borde del cuello de mi camisa abotonada como si no estuviera ya perfectamente alineada.

––¿Ahora qué se te ofrece? ––Cuestioné echándole un corto vistazo al reloj. ––Por sino te has dado cuenta estoy demasiado ocupada como para atenderte. ––Aparté sus manos haciéndome inmediatamente a un lado mientras cruzaba los brazos notándose la impaciencia.

––¿Así tratas a tu esposa? ––Una leve sonrisa se apoderó de mis labios junto a una ceja ligeramente incorporada.

––¿Esposa? ––Aunque le tomé algo de gracia Andrea parecía tener otra opinión al respecto. ––Que manera tan sutil de llamarle a un arreglo matrimonial con fines económicos, pero por el momento así le llamaremos. ––Fue casi imposible no reírme.

––¡Llevamos dos malditos meses y sigues tratándome como basura! ––¿Un matrimonio confines de lucro? nada del otro mundo.

––Si te hace sentir mejor no eres la única infeliz aquí, así lo quisieron ustedes y ahora no te queda más que conformarte. ––No tenía ningún solo remordimiento ni mucho menos presencié el arrepentimiento. ––¿Qué pensabas? ––Cuestioné divertida. ––¿Querías escuchar palabras romántica y una elegante cena a mitad de las estrellas? Ay, que tierna, Andrea. ––Ambas sabíamos las consecuencias. ––Pero si comprendes que eso jamás sucederá, ¿verdad?

––Te comportas como una...

––¿Cómo una idiota? ––Le arrebaté las palabras. ––Tienes toda la razón. ––Agregué. ––ya no soy tan manipulable, ¿Cierto? ––Después de todo era cuestión de tiempo para terminar por convertirme en una persona tan insensible. ––Ahora si ya terminaste con tus miles de lloriqueos puedes irte de mi oficina, querida esposa. ––Me tomé el descaro de sonreírle a medida que me dirigía a la salida para abrirle la puerta estando a punto de sostener el picaporte.

––¿Sigues pensando en esa perra? ––Parecía gozarlo y cuando decidí girarme en su dirección nuestras miradas enseguida se cruzaron desafiantes presenciando el daño que día tras día nos hacíamos.