Cuando La Rosa Muera

Capítulo 82: Feels like home

18 de enero

Hoy terminarían de grabar el video de su nueva canción, y el clima no era muy diferente al del día anterior.

Habían medido el tiempo exacto en el que terminarían de grabar, pero se estaban retrasando. Se había previsto que para el medio día todo estaría listo (claro, habían iniciado desde muy temprano. Muy). Tal vez hora y media más fue la que se tardaron.

Saliendo de ahí, fueron al departamento a preparar sus cosas para el viaje. Tomaron una ducha y empacaron ligero, pues era un viaje de ida y vuelta, con el único propósito de dar el concierto y volver.

Se irían en la furgo, la cual pasaría por ellos y los esperaría afuera del edificio.

Cuando llegó la hora de irse, milagrosamente lograron acomodarse bien. Dian claramente se sentó con Villa en uno de los asientos de hasta atrás; al igual que L y Simón. Los demás compañeros del grupo que formaban parte de la familia de Morat estaban en los lugares de siempre. Ahora, Isa, Martín y Anyara...

Martín solía sentarse con Erick, pero esta vez Isaza interferiría.

- Fercho, ¿me hace un favor?- le preguntó al fotógrafo.

- Claro- respondió éste y asintió con la cabeza.

- Siéntese hoy conmigo. No pregunte por qué.

El chico lo miró extrañado, pero no se opuso.

Anyara acababa de subir a la furgo y buscaba un asiento que estuviera vacío mientras caminaba por el pasillo. Vio que el que estaba a lado de Martín no estaba ocupado, pero no le parecía buena idea. Dio la vuelta, pero se topó con Isaza.

- ¿A dónde?- le preguntó el del sombrero.

- A buscar un lugar.

- Por lo que veo ese está vacío- dijo casi susurrando y señalándo del lugar que acababa de alejarse.

- Pero...

- No veo otros disponibles.

- Isa...

- ¡Oh, Anyi! Mira no te vayas a...- y la empujó al lugar vacío a lado de Martín- caer.

La chica fulminó a Juan Pablo con la mirada, ya sentada a un lado del baterista, aunque en el fondo estaba agradecida.

- Gracias por aceptar la invitación- escuchó que le decía una dulce voz de su lado derecho que hizo que se erizara su piel.

- No me lo iba a perder, Marto- le respondió con una sonrisa.
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Villamil

- Y la iguana tomaba café, tomaba café a la hora del té- cantaba al tiempo que jugaba con los dedos de Dian y su cabeza reposaba sobre el hombro de la chica- ¿Qué otra?

- Pim Pon- respondió ella viendo cómo Villamil pasaba las yemas de sus dedos por la palma de su mano izquierda, contando las líneas que tenía en ella tan concentrado.

- La diferencia, señorita, es que ahora cobro por canción- avisó, adormilado.

- ¿Ah en serio?- preguntó como si Villa fuera un niño pequeño y le estuviera dando a beber un café en un vaso de juguete- ¿Cuánto cobras?

- Un beso por canción. Por favor, pida muchas canciones.

Dian sonrió por esa ocurrencia, al mismo tiempo que sentía sus mejillas teñirse de rojo. Tomó una mano del chico y la besó.